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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Aventuras. Acción El arqueólogo Indiana Jones deberá emprender otra aventura contra el tiempo para intentar recuperar un dial legendario que puede cambiar el curso de la historia. Acompañado por su ahijada, Jones pronto se encuentra enfrentándose a Jürgen Voller, un ex nazi que trabaja para la NASA. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
211/23(29/07/23) Entretenidilla quinta entrega de la saga de aventuras del mítico arqueólogo Indiana Jones, esperaba mucho más. Tras el tropiezo de crítica de la cuarta parte (“Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” de 2008), esta pretende ser cierre digno a la franquicia, pero se queda a medio camino, supera (no era difícil) a su predecesora, pero no llega ni de lejos a la magia de las de los 80. En esta deja la dirección Steven Spielberg (responsable de las cuatro primeras, se queda, junto al co-creador del personaje George Lucas en la producción ejecutiva) para darle el testigo a James Mangold, seguramente por su film “Logan”, dónde se hace un crepuscular film sobre Lobezno, queriendo ser esta algo así. El guion es del propio Mangold junto a los hermanos ingleses Jez Butterworth & John-Henry Butterworth (responsables ambos de libretos como el de “Ford v. Ferrari” o “Edge of Tomorrow”) y David Koepp (“Jurassic Park” o “Carlito’s way”), siendo el MacGuffin un Oopart (acrónimo en inglés de out of place artifact: artefacto fuera de lugar en español), en este caso el mecanismo de Anticitera, que supuestamente aquí se dice creó Arquímedes, y que persiguen los buenos y malos completar, en este caso los malos vuelven a ser los nazis. Esta es una producción que intenta alimentar el fan-service, y dónde la chispa y gracia son en cuentagotas. Cumple, pero no encandila.

El legendario Harrison Ford de 81 años (vuelve a enfundarse su clásico atuendo, el bolso, el sombrero y el látigo, 42 años después de la primera vez), posee un carisma natural; está de villano el danés Mads Mikkelsen, muy desaprovechado en un rol monocorde; de acompañante al aventurero aparece Phoebe Waller-Bridge, radiante, fulgente, simpática, roba escenas, aunque restando de lo que se espera de Indy, con el que no tiene mucha química; también aparece Toby Jones en un papel escasito, al que poco puede darle el gran actor; Antonio Banderas en un papel que parece decir que todos tenemos que pagar letras del coche, porque menuda prescindible presencia la suya, le d aun abrazo a Indy como capitán de un barco pesquero, nada dicen de donde viene su amistad, no hay anécdotas entre ellos, bajan al mar, ascienden y sin solución de continuidad desaparece de escena, solo está para rellenar cartel, penoso se preste a un papel tan bluf; Boyd Holbrook, que no ha terminado de despuntar tras su exitoso paso por la serie “Narcos”; e Ethann Isidore en un rol que pretende ser el nuevo Tapón de “El Templo Maldito”, y ni a la suela le llega; además de recuperar de la saga al amigo egipcio John Rhys-Davies (repitió su papel de Sallah por primera vez desde “Indiana Jones and the Last Crusade” en 1989), en el rush final hay otra aparición que no desvelaré por no spoilear.

Un relato donde desgraciadamente Indiana Jones llega a sentirse secundario de su propia película, al detentar demasiado protagonismo Phoebe, no es que sea mala la actriz, es que no es su historia. Es una película dónde el componente nostálgico es muy fuerte para sobre todo los de mi generación que crecieron en los 80 con este icónico personaje, pero el dineral gastado en su producción (más de 300 millones dólares) no brilla en el metraje, pues siendo amena, aunque algo estirada su duración, no hay una escena de acción que vaya a perdurar en el tiempo (no hay la gran bola de piedra persiguiendo a Indy, no hay la escena del puente colgante de “El Templo Maldito” o las pruebas a superar para llegar al Santo Grial de “La Última Cruzada”) en muchos casos se sienten refritos de ideas recicladas de anteriores entregas (ejemplo ese inicio en el tren también de “Indiana Jones y la última Cruzada”, ese túnel de también la tercera entrega; ese puentecito colgante decrépito que recuerda tímidamente al de “En busca del arca perdida”; o la escena dónde Indy juega con su látigo ante enemigos y estos responden sacando sus pistolas, en claro guiño a la escena de la espada en “En busca del arca perdida”; pero si hasta el adolescente es un claro émulo de Tapón), no hay sentido alguno de la épica, hay una escena al principio con demasiado CGI en la persecución de Indi al tren nazi, una persecución por Nueva York (en realidad Glasgow) en medio de un desfile triunfal (el de Armstrong, Aldrin y Collins tras el alunizaje), que llega al metro con caballo Indy, dos persecuciones donde se repite lo de los vehículos pequeños, hay una secuencia bajo mar sin mucha enjundia, un tiroteo bajo tierra low cost, una secuencia en un aeródromo donde se rebasan todo tipo de sentido de la realidad (y no me refiero a elementos sobrenaturales, pues lo que hacen los personajes es inverosímil), ni tan siquiera su rebuscado clímax te saca de lo lineal, con el juego que habría dado el fin de esa máquina, el guion la utiliza de forma ramplona y sin chispa alguna. Tampoco es que el sentido del humor brille, más bien es algo muy marginal y si te saca alguna media sonrisa es por los guiños de Ford a pretéritas entregas.

En “Indiana Jones 4”, estamos en 1957, el arqueólogo "resuelve" una vez más el caso, vuelve a Harvard, se casa por fin felizmente con Marion, le aparece un hijo con el que comienza una nueva relación prometedora, recupera a un amigo dado por perdido. En esta quinta estamos en 1969, Indy está en trámites de divorcio de Marion, su hijo ha muerto en servicio militar, ha dejado Harvard, siendo profesor de una escuela universitaria de menos prestigio.

Tiene un prólogo centelleante, pretendidamente enigmático al ver el espectador en plena vorágine de huida de nazis de un castillo, llevan allí a un tipo encapuchado vestido de nazi. Cuando le quitan la capucha, Sorpresa! Es Indy con 30 años menos (muy buen CGI, mucho mejor que la chapuza de la scorsesiana “The Irishman”), le interrogan, este responde con bravuconería, por lo que lo llevan a ahorcar a un campanario. Desembocando en una imaginativa escena de veintitantos minutos de acción trepidante, de lo mejor del film... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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