Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with TOM REGAN
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por TOM REGAN
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
6
Voto de TOM REGAN:
6
6.7
14,564
Serie de TV. Thriller. Intriga. Drama
Miniserie de 8 episodios. Una noche, hace nueve años, Mateo intercedió inocentemente en una pelea y terminó convirtiéndose en un homicida. Ahora es un ex-convicto que no da nada por sentado. Su mujer, Olivia, está embarazada, y los dos están a punto de conseguir la casa de sus sueños. Pero una llamada impactante e inexplicable desde el móvil de Olivia vuelve a destrozar la vida de Mateo por segunda vez.
2 de junio de 2021
2 de junio de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
192/52(28/05/21) Entretenidilla serie española original de Netflix de 8 episodios dirigida por el especialista en el thriller Oriol Paulo (“El cuerpo”, Contratiempo” o “Durante la tormenta” son prueba de ello), guionizada por el propio Paulo, junto a Jordi Vallejo (“Nit i dia”), y Guillem Clua (“Estoy vivo”), adaptando la novela homónima del 2005 del estadounidense Harlan Coben. Escritor con el que tras el éxito en el gigante del streaming de la serie “Safe” (2018), hizo un trato para adaptar 14 de sus novelas en cinco años, siendo estas en varios países, esta lleva la acción de USA a España. En este caso el guión juega con el espectador a confundirlo, a trampearlo, a engancharlo, a cambiar de punto de vista constantemente, a dar ingeniosos flash-back trepidantes del pasado de los personajes, donde los giros sorpresas son permanentes, con cliffhangers ingeniosos para atraparte y querer más, sabiendo modular el ritmo de vez en cuando para serenarse, ello generando preguntas que tardan en responderse, pero la vez saltan nuevas incógnitas, cual puzle en tres dimensiones se complica más y más, donde Paulo se convierte en Maestro de Marionetas que crea expectativas y las destruye. Serie con mucha intriga, misterio, acción, donde el peso del pasado es perenne para todos, embarcados en una vorágine complicada de escapar. Ello con una puesta en escena propia de este gran artesano Paulo, generando una exquisita ambientación claramente influenciada de las producciones norteamericanas en su cuidada factura visual.
Una noche, hace nueve años, Mateo (Mario Casas) intercedió inocentemente en una pelea y terminó convirtiéndose en un homicida. Ahora es un ex convicto que no da nada por sentado. Su pareja, Olivia (Aurora Garrido), está embarazada, y los dos están a punto de conseguir la casa de sus sueños. Una inexplicable llamada desde el móvil de Olivia desconcierta a Mateo, que comenzará una frenética carrera por descubrir la verdad. Su inocencia será cuestionada de nuevo, esta vez por Lorena (Alexandra Jiménez), una inspectora de policía investigando un caso de suicidio. Con esta premisa se irá desplegando una madeja con raíces en años anteriores que han dejado huellas en mucha gente.
Pero la serie no pasa el filtro a ser trascendente, pues en cuanto uno piensa un poco en lo que va sucediendo, los agujeros son muchos, apoyándose en multitud de casualidades para avanzar la trama, con comportamiento de muchos de los personajes inverosímil e incoherente, con resoluciones de conflictos nada naturales, muy forzados. Añádase que gran parte del reparto se siente perdido en sus inexpresivas interpretaciones, como si el no transmitir emoción alguna fuera bien para promover incertidumbres, y lo que realmente contribuye es a unas actuaciones ataráxicas con las que cuesta empatizar en su frialdad, epítome de esto es por supuesto, Mario Casas, que parece no sentir, ni padecer, a lo que se suma un modo de hablar en susurros que termina hastiándote, no tiene intensidad alguna. Tampoco Aurora Garrido me resulta creíble en su proceder, o ese rol de Ana Wagener que no hay por dónde cogerlo en su relación chirriante con el protagonista (una madre teniendo una relación materno-filial con el asesino de su hijo? Puaj!, a Alexandra Jiménez también le viene grande su personaje, demasiado frágil para dar veracidad a lo que hace. El único que pone algo de alma es un siempre carismático José Coronado, aunque su personaje sea otro que no hay por dónde cogerlo.
Posee un ingenioso primer capítulo en la presentación de personajes y de situación retorcida donde no se sabe si hay adulterio, chantaje, soborno, secuestro, rociando de migas de pan de suspense el minutaje, queriendo saber cómo discurrirá en las siguientes entregas....
Spoiler:
... Y llega el segundo episodio y parece otra serie, pues todo pasa con otros personajes y otro caso que parece distinto, con una policía marcada por el suicidio de su padre, con la muerte en nebulosas circunstancias de una monja, esta con secretos de prostitución, para al final, como buen cliffhanger entroncar con el primer capítulo, y con ello haciendo al espectador queriendo más. Y se llega el tercero y otra subtrama paralela que vuelve a cruzarse con las principales, cual puzle perverso y bien manejado, aunque siempre dando las licencias propias de como el azar mueve mucho más de lo que parece. Hasta que las tramas son presentadas y los personajes comienzan a conocerse y con ello todo se va liando más y más, con un carrusel de giros que dan atractivo al argumento, pero que en realidad nunca dejan desarrollarse mínimamente a los personajes, que son meros arquetipos. Los muertos van cayendo, los malos comienzan a emerger, pero siempre dejando abiertos misterios para el final. Y llegando a cuando todas las respuestas se cierran, y lo hacen atando todos los cabos, aunque su resolución no aguanta un fact-check de credibilidad. Pero al menos te ha entretenido cual placer culpable.
Una noche, hace nueve años, Mateo (Mario Casas) intercedió inocentemente en una pelea y terminó convirtiéndose en un homicida. Ahora es un ex convicto que no da nada por sentado. Su pareja, Olivia (Aurora Garrido), está embarazada, y los dos están a punto de conseguir la casa de sus sueños. Una inexplicable llamada desde el móvil de Olivia desconcierta a Mateo, que comenzará una frenética carrera por descubrir la verdad. Su inocencia será cuestionada de nuevo, esta vez por Lorena (Alexandra Jiménez), una inspectora de policía investigando un caso de suicidio. Con esta premisa se irá desplegando una madeja con raíces en años anteriores que han dejado huellas en mucha gente.
Pero la serie no pasa el filtro a ser trascendente, pues en cuanto uno piensa un poco en lo que va sucediendo, los agujeros son muchos, apoyándose en multitud de casualidades para avanzar la trama, con comportamiento de muchos de los personajes inverosímil e incoherente, con resoluciones de conflictos nada naturales, muy forzados. Añádase que gran parte del reparto se siente perdido en sus inexpresivas interpretaciones, como si el no transmitir emoción alguna fuera bien para promover incertidumbres, y lo que realmente contribuye es a unas actuaciones ataráxicas con las que cuesta empatizar en su frialdad, epítome de esto es por supuesto, Mario Casas, que parece no sentir, ni padecer, a lo que se suma un modo de hablar en susurros que termina hastiándote, no tiene intensidad alguna. Tampoco Aurora Garrido me resulta creíble en su proceder, o ese rol de Ana Wagener que no hay por dónde cogerlo en su relación chirriante con el protagonista (una madre teniendo una relación materno-filial con el asesino de su hijo? Puaj!, a Alexandra Jiménez también le viene grande su personaje, demasiado frágil para dar veracidad a lo que hace. El único que pone algo de alma es un siempre carismático José Coronado, aunque su personaje sea otro que no hay por dónde cogerlo.
Posee un ingenioso primer capítulo en la presentación de personajes y de situación retorcida donde no se sabe si hay adulterio, chantaje, soborno, secuestro, rociando de migas de pan de suspense el minutaje, queriendo saber cómo discurrirá en las siguientes entregas....
Spoiler:
... Y llega el segundo episodio y parece otra serie, pues todo pasa con otros personajes y otro caso que parece distinto, con una policía marcada por el suicidio de su padre, con la muerte en nebulosas circunstancias de una monja, esta con secretos de prostitución, para al final, como buen cliffhanger entroncar con el primer capítulo, y con ello haciendo al espectador queriendo más. Y se llega el tercero y otra subtrama paralela que vuelve a cruzarse con las principales, cual puzle perverso y bien manejado, aunque siempre dando las licencias propias de como el azar mueve mucho más de lo que parece. Hasta que las tramas son presentadas y los personajes comienzan a conocerse y con ello todo se va liando más y más, con un carrusel de giros que dan atractivo al argumento, pero que en realidad nunca dejan desarrollarse mínimamente a los personajes, que son meros arquetipos. Los muertos van cayendo, los malos comienzan a emerger, pero siempre dejando abiertos misterios para el final. Y llegando a cuando todas las respuestas se cierran, y lo hacen atando todos los cabos, aunque su resolución no aguanta un fact-check de credibilidad. Pero al menos te ha entretenido cual placer culpable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Resulta que Olivia es una ex prostituta que de buenas a primeras la vemos trabajar en un bufete de abogados (¿?), pero donde ha sacado los estudios para esto, solo se puede pensar ‘malévolamente’ que ha sido a través de su anterior profesión que ha dado el salto, y es que no hay por dónde coger esto. Como que se a capaz de enfrentarse con una pistola a un agente de élite (se supone) como el que encarna Coronado, para además la resolución sea un salto por una ventana a lo Jason Bourne (venga ya!). Ah, por cierto, resulta que se va de rositas, cuando ha sido colaboradora en una red de trata de menores, colaboradora necesaria para ello, esto es un delito como la copa de un pino, o sea, que no debería salir impune como lo hace; Resulta que las cintas son el gran McGuffin de la serie, pero esta retahíla de casetes acaban por arte de birlibirloque en manos de la agente Lorena, pero porque? A nadie le interesa destapar a todos estos sádicos? Lorena tampoco lo va a hacer? Puaj!; La antigua amiga de Olivia, Kimmy (correcta Martina Gusman), tiene un plan maquiavélico para vengarse de la traición de Olivia, peor menudo quilombo pergeña, todo tan elaborado como un plan del Profesor Moriarty cruzado con el escritor de “50 sombras de Grey”, inverosímil una tipa que vive de modo frugal en una caravana planee toda esta parafernalia con contenedores tuneados con cristales acorazados y le monte un gang- bang para que lo admire su marido Mateo, cuando ni siquiera sabía Kimmy que este iba a aparecer. Coronado todo con ese final de tiroteos en que Kimmy no baja el arma, y nos e sabe porque Olivia se cruza en su camino y pilla un disparo para salvarla (puaj!). El remate es que Olivia la visita en prisión, Kimmy le pide perdón y tan amigas, menudo insulto a la inteligencia; Y tenemos a Jaime (Gonzalo Castro), que cuando se destapa su retorcido plan para a cavar con Mateo es para ponerlo en un marco con letras de oro lo que es superar la licencia de credibilidad. Un simple doctor que se pone a tratar con un policía corrupto y un matón y estos se dejan mangonear por este. Luego es capaz de matarlos a los dos fríamente, sin dejar huella alguna, e incluso de componer pruebas en contra de Mateo cual si fuera un especialista en ello. Pero todo esto castillo de naipes de personalidad inverosímil contrasta con el modo torpe en que cae en la trampa de Mateo para destapar la verdad (puaj!).
Me queda uno de esos placeres culpables que te engancha, pero dejando al descubierto sus muchas costuras deshilachándose al menor análisis. Fuerza y honor!!!
Me queda uno de esos placeres culpables que te engancha, pero dejando al descubierto sus muchas costuras deshilachándose al menor análisis. Fuerza y honor!!!