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6.8
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Intriga. Thriller. Drama
Luther Whitney, un especialista en grandes robos, planea desvalijar la mansión de un magnate que se encuentra de vacaciones en el Caribe. Sin embargo, una vez dentro, es testigo involuntario de un asesinato que involucra al Presidente de Estados Unidos, a su jefe de gabinete y a dos agentes del Servicio Secreto. Pero, ¿a quién puede recurrir un criminal para acusar de asesinato a alguien relacionado con la Casa Blanca? (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2019
11 de mayo de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
73/03(05/05/19) Pretencioso y fallido film de Clint Eastwood (produce, dirige y protagoniza), contiene elementos para haber esperar mucho más de lo insípida propuesta que queda, y es que el mostrar que podría pasar si el POTUS (President of the United States), fuera una sesina da para muchas posibilidades, y más con el maravilloso elenco, y estando en el guión William Goldman (“Dos hombres y un destino” o “La princesa prometida”), pero mi gozo en un pozo. Es un thriller de intriga con artificiosos toques políticos, el guión adapta una novela homónima de 1996 de David Baldacci, tiene entre su excelente elenco actoral al mencionado Clint, Gene Hackman, Ed Harris, Laura Linney, Judy Davis, o Scott Glenn, toda una pléyade, lástima que estén al servicio de un relato tan soso, superficial, donde todo sucede de modo inverosímil, donde las implicaciones políticas terminan sin ser aprovechadas lo más mínimo, donde las escenas de tensión son resuelta de modo simplón, derivando en un final atropellado que te lo dan en cucharadas soperas para no pienses. Clinton Eastwood demostró que solo fue un bache, pues se vendría arriba en la primera década del 2000, con varias obras maestras, esta sin embargo debe estyar en un cajón del fondo, en el que pone trabajos olvidables.
La historia detrás del asesinato se desarrolla enérgicamente. El viejo Walter Sullivan (EG Marshall) es un patrocinador principal del presidente (Gene Hackman). Estuvo felizmente casado por 48 años, pero después de la muerte de su esposa, tomó una esposa más joven. Los hombres que irrumpieron en el dormitorio de la mansión y le dispararon eran agentes del Servicio Secreto (Dennis Haysbert y Scott Glenn). El encubrimiento está siendo orquestado por una jefa de personal de la Casa Blanca (Judy Davis).Seth Frank (Ed Harris), el policía del caso, advierte inmediatamente todo tipo de cabos sueltos sospechosos: se dispararon dos tiros, pero solo se recuperó una bala, por ejemplo, y las trayectorias de los disparos no coinciden. Sospecha que esto fue más que un simple asesinato.
El realizador de San Francisco intenta combinar el thriller con una subtrama paterno-filial muy sobada, algo muy manido en la filmografía del director, de hecho en la última “The Mule” hay otra vez este recurso facilón para intentar conmover sentimentalmente al público con un padre que intenta por todos los medios recuperar el amor de su hija, en este caso con Kate (Laura Linney), pero no se nos dice el porque del abandono que sufrió durante años ella, se corre un tupido velo sobre esto, para mostrarnos a un padre rechazado por su ya adulta hija, con lo que la empatía del rechazado es de cajón para el público voluble, siendo la catarsis cuando Kate ve que su padre cual sombra lejana siempre estuvo ahí a distancia (a la graduación, cumpleaños,…), pero porque leche no se hizo presente junto a ella?
Lo de que el poli Seth Frank (Ed Harris) de con la retorcida clave de lo que sucedió (que un ladrón fue testigo de un crimen) me resulta que ni Sherlock Holmes, pero es que en el colmo de lo sobrenatural da con el ladrón en apenas unos segundos, y da con él cual cuasi-policía de Minority Report (puaj!). Y es que todo es llevado de un modo tan ligero y perezoso que parece tuvieran prisas por acabar sin pensar demasiado en los agujeros de argumento. Ejemplo es que lo sobrenatural no se circunscribe al agente Seth Frank, también posee poderes el propio protagonista Luther, y es que se materializa y desmaterializa porque sí en todos los lugares que quiere, en casas vigiladas, plazas sitiadas por decenas de polis, hospitales, autos de millonarios, residencias de polis, nada se le resiste, e un fantasma (puaj!) maestro del disfraz cual Mortadelo. Está el sugerido romance entre la hija del protagonista y el policía Seth, que resulta un pegote. La forma de manejar el caudal que da que el POTUS esté implicado en un asesinato me queda relativizado a un mafiosillo de tres al cuarto con sicarios a sus órdenes, perfectamente intercambiables, y es que no se ahonda lo más mínimo en cómo podría afectar a intrigas políticas esto, es todo reducido al cliché.
La historia detrás del asesinato se desarrolla enérgicamente. El viejo Walter Sullivan (EG Marshall) es un patrocinador principal del presidente (Gene Hackman). Estuvo felizmente casado por 48 años, pero después de la muerte de su esposa, tomó una esposa más joven. Los hombres que irrumpieron en el dormitorio de la mansión y le dispararon eran agentes del Servicio Secreto (Dennis Haysbert y Scott Glenn). El encubrimiento está siendo orquestado por una jefa de personal de la Casa Blanca (Judy Davis).Seth Frank (Ed Harris), el policía del caso, advierte inmediatamente todo tipo de cabos sueltos sospechosos: se dispararon dos tiros, pero solo se recuperó una bala, por ejemplo, y las trayectorias de los disparos no coinciden. Sospecha que esto fue más que un simple asesinato.
El realizador de San Francisco intenta combinar el thriller con una subtrama paterno-filial muy sobada, algo muy manido en la filmografía del director, de hecho en la última “The Mule” hay otra vez este recurso facilón para intentar conmover sentimentalmente al público con un padre que intenta por todos los medios recuperar el amor de su hija, en este caso con Kate (Laura Linney), pero no se nos dice el porque del abandono que sufrió durante años ella, se corre un tupido velo sobre esto, para mostrarnos a un padre rechazado por su ya adulta hija, con lo que la empatía del rechazado es de cajón para el público voluble, siendo la catarsis cuando Kate ve que su padre cual sombra lejana siempre estuvo ahí a distancia (a la graduación, cumpleaños,…), pero porque leche no se hizo presente junto a ella?
Lo de que el poli Seth Frank (Ed Harris) de con la retorcida clave de lo que sucedió (que un ladrón fue testigo de un crimen) me resulta que ni Sherlock Holmes, pero es que en el colmo de lo sobrenatural da con el ladrón en apenas unos segundos, y da con él cual cuasi-policía de Minority Report (puaj!). Y es que todo es llevado de un modo tan ligero y perezoso que parece tuvieran prisas por acabar sin pensar demasiado en los agujeros de argumento. Ejemplo es que lo sobrenatural no se circunscribe al agente Seth Frank, también posee poderes el propio protagonista Luther, y es que se materializa y desmaterializa porque sí en todos los lugares que quiere, en casas vigiladas, plazas sitiadas por decenas de polis, hospitales, autos de millonarios, residencias de polis, nada se le resiste, e un fantasma (puaj!) maestro del disfraz cual Mortadelo. Está el sugerido romance entre la hija del protagonista y el policía Seth, que resulta un pegote. La forma de manejar el caudal que da que el POTUS esté implicado en un asesinato me queda relativizado a un mafiosillo de tres al cuarto con sicarios a sus órdenes, perfectamente intercambiables, y es que no se ahonda lo más mínimo en cómo podría afectar a intrigas políticas esto, es todo reducido al cliché.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Spoiler:
Menudo modo de actuar chusco de los sicarios con la jefa de gabinete, en vez de amenazar-secuestrar a la hija para no denuncie y entregue las pruebas lo que hacen es intentar matar a la hija. Incluso en eso son unos tarugos, pues no se aseguran esté muerta, y deben volver a la carga en el hospital. Y como su plan parece hecho por el enemigo lo único que consiguen es cabrear a Luther, dejarle sin más opción; Luego está lo de que un anciano que apenas puede andar con su bastón pueda asesinar con un abrecartas a un tipo mucho más joven como el encarnado por Gene Hackman, nada menos además que el POTUS, y nos quieran hacer pasar que todo ha quedado sustanciado como un suicidio, pero es que el CSI estaba de vacaciones? Menudo insulto a la inteligencia del espectador!; Y mirando un poco más atrás en la trama, porque Clint no da las pruebas a la policía y juega de ese modo tan burdo al gato y al ratón. Y a todo esto, el presidente no mató a la mujer fueron el servicio secreto, por que ella intentaba matar al POTUS.
En conjunto me queda un decepcionante film, ordinario, que parece hecho con el piloto automático, donde los grandes intérpretes no tiene cancha para demostrar lo buenos que son y a la vez elevar el resultado final tan vulgar. Fuerza y honor!!!
Menudo modo de actuar chusco de los sicarios con la jefa de gabinete, en vez de amenazar-secuestrar a la hija para no denuncie y entregue las pruebas lo que hacen es intentar matar a la hija. Incluso en eso son unos tarugos, pues no se aseguran esté muerta, y deben volver a la carga en el hospital. Y como su plan parece hecho por el enemigo lo único que consiguen es cabrear a Luther, dejarle sin más opción; Luego está lo de que un anciano que apenas puede andar con su bastón pueda asesinar con un abrecartas a un tipo mucho más joven como el encarnado por Gene Hackman, nada menos además que el POTUS, y nos quieran hacer pasar que todo ha quedado sustanciado como un suicidio, pero es que el CSI estaba de vacaciones? Menudo insulto a la inteligencia del espectador!; Y mirando un poco más atrás en la trama, porque Clint no da las pruebas a la policía y juega de ese modo tan burdo al gato y al ratón. Y a todo esto, el presidente no mató a la mujer fueron el servicio secreto, por que ella intentaba matar al POTUS.
En conjunto me queda un decepcionante film, ordinario, que parece hecho con el piloto automático, donde los grandes intérpretes no tiene cancha para demostrar lo buenos que son y a la vez elevar el resultado final tan vulgar. Fuerza y honor!!!