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Voto de TOM REGAN:
7
Voto de TOM REGAN:
7
6.9
37,941
Thriller. Intriga. Acción
Después de dos años acechando por las calles de la ciudad como Batman (Robert Pattinson), e infundiendo miedo en las mentes perversas de los criminales, Bruce Wayne está sumido en las profundidades de las sombras de Gotham City. Este vigilante solitario cuenta con pocos aliados de confianza y eso le ha llevado a convertirse en la única encarnación de la venganza entre sus conciudadanos. Cuando un asesino apunta a la élite de Gotham con ... [+]
29 de septiembre de 2024
29 de septiembre de 2024
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
338/24(23/09/24) Sugestiva nueva aventura del súper héroe sin súper poderes, Batman, o The Batman aquí, para mí sería el segundo mejor film sobre el Hombre Murciélago (aquí lo llaman ‘Vengador’) de DC Comics, tras la ‘nolaniana’ “El Caballero Oscuro”. Dirige Matt Reeves con pulso sólido el guión lóbrego de Peter Craig (“Top Gun: Maverick”), siendo un reinicio de la franquicia cinematográfica de Batman producida por DC Films. Robert Pattinson interpreta a Bruce Wayne/Batman, acompañándole un elenco estupendo de secundarios que dan vigor y apuntalan el relato, con Zoë Kravitz, Paul Dano, Jeffrey Wright, John Turturro, Peter Sarsgaard, Andy Serkis y Colin Farrell.
La historia empieza in media res, con Batman en su segundo año luchando contra el crimen en Gotham City, intenta descubrir quien ha asesinado al alcalde, con lo que se irá desmadejando un reguero de corrupción en la ciudad con vínculos con la propia familia Wayne. Destaca desde el inicio como a Batman se le confiere aire detectivesco con ínfulas a Sherlock Holmes, sumergiendo al protagonista en una especie de narración de cine negro, con el marco de este género, en un mundo rebosante de amoralidad, un ‘Sam Spade’ estoico y cuasi anti héroe, atormentado por su pasado, tendremos una femme fatale en Catwoman, villanos retorcidos, juegos mentales, y un final nada complaciente. Un relato muy estirado de casi tres horas, teniendo sus altibajos, pero que aun así estos contrarrestados sensorialmente por la belleza gótica del film, haciendo que la tensión sea casi siempre efectiva, todo solemne, sin lugar para el humor, para una historia de niños huérfanos.
Argumento inteligente se aleja de mostrar el origen ya consabido del héroe, como omite la sobada muerte de los padres de Bruce Wayne (Thomas y Martha Wayne). Ya es conocido en la ciudad como el Vengador Vigilante, una sombra que asusta con su halo invisible, como deja patente en el sugerente inicio paseándonos por el Averno de una ciudad violenta, y la voz en off de Batman muestra como el temor a que salga de la oscuridad es el mejor remedio contra el crimen. Ya tiene relación policial con Jim Gordon. También llama la atención el subtexto de crítica a los políticos que prometen renovación en modo populista.
Todo calando en consonancia al atomizado por una ambientación tétrica epidérmica por su simbiosis con la ennegrecida historia, con aire operístico. Gracias al prodigioso diseño de producción de James Chinlund “La guerra del planeta de los simios”), inspirándose en una Nueva York fosca, maximizada mediante ampliaciones de decorados y efectos especiales por ordenador, todo muy hosco, deprimente, ciudad a medio hacer, un grupo negro de edificios se alza en el lugar donde estaría el bajo Manhattan, con varios espléndidos visualmente momentos con Batman en su lugar de reunión a varia altura en uno de estos edificios sin terminar desde donde se ve una urbe hostil. Esto atomizado por el DP Greig Fraser (“Dune: Parte 1”), incide sobre la labor de Wally Pfister en la trilogía ‘Batman’ de Nolan, yendo más allá aun en los tonos lóbregos, inspirándose nada menos (así lo reconoce el Fraser) en la cinematografía del ‘Maestro de las Tinieblas’ Gordon Willis, remarcando el goticismo de la ciudad, el expresionismo gótico en sus sombras, los claroscuros, las penumbras, ello en simbiosis con la urbe ominosa remanece con su aire que nos cala tóxico, con su lluvia, sus luces de neón, con sus cielos grises. Así como muy buena en las secuencias de acción. Jugando con la luminosidad de modo dramático en cada acromatismo; Como reseñables son las vistosas coreografías de las peleas, diáfanas y crudas, aunque me falta la mala baba en este aspecto de por ejemplo “Deadpool”, que no haya miedo a la sangre y los huesos rotos, que no haya tanta pleitesía por ser un film para toda la familia; La banda sonora original es de Michael Giacchino (habitual de PIXAR), creando un (ya mencionado) aire de ópera al desarrollo, oyéndose a Beethoven, Gabriel Fauré, o Schubert (su micónico ‘Ave María’ para el funeral), esto alternado de modo iconoclasta con temas de Nirvana, Dean Martin o Al Martino.
Este Batman interpretado con desgarradora intensidad por Robert Pattinson (inspirado en su imagen en Kurt Cobain), tipo vulnerable, parece llevar sobre sí el peso de los pecados de Gotham City, versión humanizada del mega héroe, sus gadgets no son nada espectacular (si acaso las lentes de contacto con cámara oculta, que parecen sacadas del mítico episodio de la serie “Black Mirror; Tu historia completa”, amén de su Batmovil y batmoto), los golpes se notan le duelen, las caídas las sufre, tiene en sus espaldas las cicatrices de las mil batallas, excelente los matices que posee. Este Bruce ya no es el playboy de otras versiones. Lo conocemos al ritmo de la canción de Nirvana "Something in the Way" (1991), de ahí la inspiración del director para Batman en el cantante del grupo grunge Kurt Cobain, con sus andares y su peinado, reconociendo el escenario de un crimen. Un Bruce melancólico, nostálgico, tristón, que deja traslucir sus emociones a través de la capucha. Pattison le confiere un aura de hondura penetrante, su laconismo, su parquedad oral. Ello en travesía donde se cuestiona la toxicidad de la Venganza, si el involucrarse en una espiral de violencia no es más que dar cuerda al infinito tiovivo del terror. De hecho, aquí se le llama no Batman, sino Venganza (ello desde la escena inicial en que aparece ante una pandilla violenta callejera e intentan burlarse de él: “Qué demonios se supone que eres?”, el vigilante ataviado de murciélago les espeta: “Soy Venganza”.
Por supuesto con piezas de acción espléndidas, siendo la más espectacular la de la persecución nocturna automovilística de Batman con su magnífico Batmovil (esas llamas infernales azules que salen del motor) a Coppelport, aconteciendo de modo hermoso bajo una copiosa lluvia, con lo que los haces de luz de los faros crean una sensación espectral,... (sigo en spoiler)
La historia empieza in media res, con Batman en su segundo año luchando contra el crimen en Gotham City, intenta descubrir quien ha asesinado al alcalde, con lo que se irá desmadejando un reguero de corrupción en la ciudad con vínculos con la propia familia Wayne. Destaca desde el inicio como a Batman se le confiere aire detectivesco con ínfulas a Sherlock Holmes, sumergiendo al protagonista en una especie de narración de cine negro, con el marco de este género, en un mundo rebosante de amoralidad, un ‘Sam Spade’ estoico y cuasi anti héroe, atormentado por su pasado, tendremos una femme fatale en Catwoman, villanos retorcidos, juegos mentales, y un final nada complaciente. Un relato muy estirado de casi tres horas, teniendo sus altibajos, pero que aun así estos contrarrestados sensorialmente por la belleza gótica del film, haciendo que la tensión sea casi siempre efectiva, todo solemne, sin lugar para el humor, para una historia de niños huérfanos.
Argumento inteligente se aleja de mostrar el origen ya consabido del héroe, como omite la sobada muerte de los padres de Bruce Wayne (Thomas y Martha Wayne). Ya es conocido en la ciudad como el Vengador Vigilante, una sombra que asusta con su halo invisible, como deja patente en el sugerente inicio paseándonos por el Averno de una ciudad violenta, y la voz en off de Batman muestra como el temor a que salga de la oscuridad es el mejor remedio contra el crimen. Ya tiene relación policial con Jim Gordon. También llama la atención el subtexto de crítica a los políticos que prometen renovación en modo populista.
Todo calando en consonancia al atomizado por una ambientación tétrica epidérmica por su simbiosis con la ennegrecida historia, con aire operístico. Gracias al prodigioso diseño de producción de James Chinlund “La guerra del planeta de los simios”), inspirándose en una Nueva York fosca, maximizada mediante ampliaciones de decorados y efectos especiales por ordenador, todo muy hosco, deprimente, ciudad a medio hacer, un grupo negro de edificios se alza en el lugar donde estaría el bajo Manhattan, con varios espléndidos visualmente momentos con Batman en su lugar de reunión a varia altura en uno de estos edificios sin terminar desde donde se ve una urbe hostil. Esto atomizado por el DP Greig Fraser (“Dune: Parte 1”), incide sobre la labor de Wally Pfister en la trilogía ‘Batman’ de Nolan, yendo más allá aun en los tonos lóbregos, inspirándose nada menos (así lo reconoce el Fraser) en la cinematografía del ‘Maestro de las Tinieblas’ Gordon Willis, remarcando el goticismo de la ciudad, el expresionismo gótico en sus sombras, los claroscuros, las penumbras, ello en simbiosis con la urbe ominosa remanece con su aire que nos cala tóxico, con su lluvia, sus luces de neón, con sus cielos grises. Así como muy buena en las secuencias de acción. Jugando con la luminosidad de modo dramático en cada acromatismo; Como reseñables son las vistosas coreografías de las peleas, diáfanas y crudas, aunque me falta la mala baba en este aspecto de por ejemplo “Deadpool”, que no haya miedo a la sangre y los huesos rotos, que no haya tanta pleitesía por ser un film para toda la familia; La banda sonora original es de Michael Giacchino (habitual de PIXAR), creando un (ya mencionado) aire de ópera al desarrollo, oyéndose a Beethoven, Gabriel Fauré, o Schubert (su micónico ‘Ave María’ para el funeral), esto alternado de modo iconoclasta con temas de Nirvana, Dean Martin o Al Martino.
Este Batman interpretado con desgarradora intensidad por Robert Pattinson (inspirado en su imagen en Kurt Cobain), tipo vulnerable, parece llevar sobre sí el peso de los pecados de Gotham City, versión humanizada del mega héroe, sus gadgets no son nada espectacular (si acaso las lentes de contacto con cámara oculta, que parecen sacadas del mítico episodio de la serie “Black Mirror; Tu historia completa”, amén de su Batmovil y batmoto), los golpes se notan le duelen, las caídas las sufre, tiene en sus espaldas las cicatrices de las mil batallas, excelente los matices que posee. Este Bruce ya no es el playboy de otras versiones. Lo conocemos al ritmo de la canción de Nirvana "Something in the Way" (1991), de ahí la inspiración del director para Batman en el cantante del grupo grunge Kurt Cobain, con sus andares y su peinado, reconociendo el escenario de un crimen. Un Bruce melancólico, nostálgico, tristón, que deja traslucir sus emociones a través de la capucha. Pattison le confiere un aura de hondura penetrante, su laconismo, su parquedad oral. Ello en travesía donde se cuestiona la toxicidad de la Venganza, si el involucrarse en una espiral de violencia no es más que dar cuerda al infinito tiovivo del terror. De hecho, aquí se le llama no Batman, sino Venganza (ello desde la escena inicial en que aparece ante una pandilla violenta callejera e intentan burlarse de él: “Qué demonios se supone que eres?”, el vigilante ataviado de murciélago les espeta: “Soy Venganza”.
Por supuesto con piezas de acción espléndidas, siendo la más espectacular la de la persecución nocturna automovilística de Batman con su magnífico Batmovil (esas llamas infernales azules que salen del motor) a Coppelport, aconteciendo de modo hermoso bajo una copiosa lluvia, con lo que los haces de luz de los faros crean una sensación espectral,... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
…todo un alarde de coreografía de coches por un lado y otro, con choques en cadena tremendos, explosiones, giros de campana, saltos entre llamas épicos. Inspirándose, como no, en famosa persecución de automóviles en “The French Connection” (1971). Reeves originalmente planeó filmar la escena en una autopista de Liverpool, pero en su lugar la filmó en el aeródromo de Dunsfold después de determinar que una pista de carreras permitiría un mayor control. También se filmaron partes en la refinería de Coryton.
Tenemos varios formidables combates en tomas con pocos cortes para emitir veracidad, tiroteos en pasillos oscuros, con la dramática iluminación de los centelleos de las balaceras, combates en un club nocturno con ese juego dramático de luces rojas parpadeando, para en el tramo final escenificar una especie de Apocalipsis tsunámico. Aunque para el final esperaba un clímax enfrentamiento entre los némesis y me queda esto un poco coitus interruptus, no me llena lo que debería.
Zoe Kravitz como Selina Kyle/Catwoman es maravillosa como la atormentada femme fatale, felina, sensual, compleja, sin superpoderes, con una gran química con Pattinson, como lo demuestra ese abrazo cuando se esconden de los malos y parecen fundirse en una sola respiración. Es una joven de imagen esbelta, de movimientos gatunos, con uñas peligrosamente puntiagudas, también con sus traumas acuestas que la hacen vulnerable, pero con el marcado objetivo de la Venganza, muy buena la rabia interior que emite. Aunque le sobra el ramalazo Woke (no es culpa de ella, lo es del guion) con la fuera de lugar frase de que hay que acabar con ‘los imbéciles blancos privilegiados".
John Turturro como el mafioso Falcone lo borda con un carisma fulgente, se nota disfrutando en su papel de malo malísimo con estilo Armani; Colin Farrell como Oswald Coppelpot-Pingüino, está irreconocible bajo el amasijo de 25 kg de prótesis que lo engordan y desfiguran el rostro, da bien con un rol al que le falta cancha, dando la sensación que todo es la preparación para darle más metraje en las secuelas planeadas; Jeffrey Wright como el fiel amigo policía de Batman, es algo plano, sin carácter más allá de acompañar al protagonista, su gran momento es en el interrogatorio a Coppelport; Andy Serkis (el eterno Gollum tras el capture-motion) como Alfred Pennyworth, tiene una cálida relación con Bruce Wayne, de índole claramente paterno-filial, teniendo su momento en la charla con Bruce en el hospital, cumplidor
El último que analizo es Paul Dano, encarnando a un villano que solo aparece durante la mayor parte del tiempo en clips en monitor embutido en cuero dominatrix, pero cuando se hace presente inunda la pantalla en plan roba escenas, demostrando es uno de los actores más infravalorados del cine. Extraordinario en el entente con Batman, un vengador clasista que se cree emparentado en motivaciones con Batman, ambos justicieros en las sombras que atacan las corruptelas y hipocresía de la ciudad, ejecutando sus castigos en plan Jigsaw. Ello en una dinámica desde el inicio jugando con Batman, al que le deja notas en cada ‘ejecución’. Una actuación corta, pero de una intensidad apabullante, tanto como para ser, tras el Joker de Ledger, el más aterrador de los villanos de la saga del Hombre Murciélago.
La pregunta que uno se hace es si este inicio rebot podrá competir con la trilogía de Nolan, era escéptico de si habría margen para un nuevo enésimo relato con mismos villanos, pero sin ser obra maestra, si sabe cautivar con sus armas, atrapa con una ácida revisión del héroe alado. Gloria Ucrania!!!
La escena final silenciosa entre Batman y Catwoman es muy bien llevada emocionalmente, con ese viaje juntos en moto sin saber si se irán juntos, pero llegados a un cruce ella tira a un lado y al otro Batman.
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/09/the-batman.html
Tenemos varios formidables combates en tomas con pocos cortes para emitir veracidad, tiroteos en pasillos oscuros, con la dramática iluminación de los centelleos de las balaceras, combates en un club nocturno con ese juego dramático de luces rojas parpadeando, para en el tramo final escenificar una especie de Apocalipsis tsunámico. Aunque para el final esperaba un clímax enfrentamiento entre los némesis y me queda esto un poco coitus interruptus, no me llena lo que debería.
Zoe Kravitz como Selina Kyle/Catwoman es maravillosa como la atormentada femme fatale, felina, sensual, compleja, sin superpoderes, con una gran química con Pattinson, como lo demuestra ese abrazo cuando se esconden de los malos y parecen fundirse en una sola respiración. Es una joven de imagen esbelta, de movimientos gatunos, con uñas peligrosamente puntiagudas, también con sus traumas acuestas que la hacen vulnerable, pero con el marcado objetivo de la Venganza, muy buena la rabia interior que emite. Aunque le sobra el ramalazo Woke (no es culpa de ella, lo es del guion) con la fuera de lugar frase de que hay que acabar con ‘los imbéciles blancos privilegiados".
John Turturro como el mafioso Falcone lo borda con un carisma fulgente, se nota disfrutando en su papel de malo malísimo con estilo Armani; Colin Farrell como Oswald Coppelpot-Pingüino, está irreconocible bajo el amasijo de 25 kg de prótesis que lo engordan y desfiguran el rostro, da bien con un rol al que le falta cancha, dando la sensación que todo es la preparación para darle más metraje en las secuelas planeadas; Jeffrey Wright como el fiel amigo policía de Batman, es algo plano, sin carácter más allá de acompañar al protagonista, su gran momento es en el interrogatorio a Coppelport; Andy Serkis (el eterno Gollum tras el capture-motion) como Alfred Pennyworth, tiene una cálida relación con Bruce Wayne, de índole claramente paterno-filial, teniendo su momento en la charla con Bruce en el hospital, cumplidor
El último que analizo es Paul Dano, encarnando a un villano que solo aparece durante la mayor parte del tiempo en clips en monitor embutido en cuero dominatrix, pero cuando se hace presente inunda la pantalla en plan roba escenas, demostrando es uno de los actores más infravalorados del cine. Extraordinario en el entente con Batman, un vengador clasista que se cree emparentado en motivaciones con Batman, ambos justicieros en las sombras que atacan las corruptelas y hipocresía de la ciudad, ejecutando sus castigos en plan Jigsaw. Ello en una dinámica desde el inicio jugando con Batman, al que le deja notas en cada ‘ejecución’. Una actuación corta, pero de una intensidad apabullante, tanto como para ser, tras el Joker de Ledger, el más aterrador de los villanos de la saga del Hombre Murciélago.
La pregunta que uno se hace es si este inicio rebot podrá competir con la trilogía de Nolan, era escéptico de si habría margen para un nuevo enésimo relato con mismos villanos, pero sin ser obra maestra, si sabe cautivar con sus armas, atrapa con una ácida revisión del héroe alado. Gloria Ucrania!!!
La escena final silenciosa entre Batman y Catwoman es muy bien llevada emocionalmente, con ese viaje juntos en moto sin saber si se irán juntos, pero llegados a un cruce ella tira a un lado y al otro Batman.
Para leer más sobre el film ir a: https://tomregan.blogspot.com/2024/09/the-batman.html