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Voto de TOM REGAN:
6
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6
Ciencia ficción. Thriller Cerca de un pequeño pueblo de Estados Unidos cae algo que, a primera vista, parece ser un meteorito. Los vecinos acuden al lugar del acontecimiento y descubren que un extraño objeto de que emerge una especie de ojo que empieza a disparar un rayo mortal. Es una nave marciana que, junto con otras muchas, ha llegado a la Tierra para conquistarla. La invasión está teniendo lugar simultáneamente en todo el planeta y ni siquiera la bomba ... [+]
11 de diciembre de 2013 3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
179/12(30/10/13) Hace 60 años de esta arrugada producción basada en el clásico de H. G. Wells de ciencia ficción y 75 de la radiotransmisión ‘La Guerra de Los Mundos’ por Orson Welles y que tanto pánico desató en USA. Byron Haskin era un innovador en la todavía en pañales ciencia ficción en cine y se atrevió a ser el primero en adaptar al cine esta novela, lo hace cambiando algunos elementos, que convierten a la obra en un alegato a favor del rearme americano para oponerse a la URSS y una oda a la fe religiosa, elemento que el guionista Barre Lyndon (‘El mayor espectáculo del Mundo’) torticera al dotarla de misticismo, traicionando a H. G. Wells notorio ateo. Vista hoy en día queda en un simpático film que envejecido mucho.

En el inicio una voz en nos alerta de que hay vida inteligente en Marte, su planeta se torna en inhabitable, con lo que deciden ‘visitar’ el que tengan vivible más cercano, la Tierra. La acción tiene como centro un pueblo californiano, Linda Rosa, allí llaga un misterioso y enorme meteorito, las autoridades reclaman al científico Clayton Forrester (inane Gene Barry) que se encuentra en la zona pescando para que lo investigue, detecta que posee radiactividad, pero resulta no ser un pedrusco sideral, es una nave marciana que incinera todo lo que se le acerca con un devastador rayo, entonces el ejército actúa y también es devastado por la nave. Esta no es la única en la Tierra, por todo el planeta han caído estos artefactos que parecen poder hacerse con la Tierra en poco tiempo, ni tan siquiera la bomba atómica les hace daño alguno, la humanidad está abocada a su extinción. El relato sigue a Forrester y una muchacha lugareña a la que ha conocido y con la que ha simpatizado, Sylvia Van Burren (Inane Ann Robinson), los dos huyen del caos como pueden, siendo testigos por el camino de la anarquía y terror que provocan los sucesos.

En su día se vio como una alegoría de la fragilidad de USA ante un peligro extraordinario, este no era otro que la Guerra Fría con los soviéticos a la cabeza, personificación del Mal, incluso pueden ser vistos como los maléficos alienígenas. Los americanos son reflejados como gente creyente con mucha fuerza de voluntad.

Haskin imprime al film un notable ritmo, sabiendo engancharnos con el prólogo un delirio visual obra del pintor Cheley Bonestell, representando el Sistema Solar (excluyendo a Venus!?), el narrador Cedric Hardwicke nos expone el peligro extraterrestre que se cierne sobre nosotros de un modo impactante, para a continuación circunscribir los hechos a un determinado lugar con esporádicas noticias globales para hacernos el miedo más real y cercano. Construye un increscendo dramático estupendo para de modo inesperado estallar la acción, y aquí los novedoso para la época efectos especiales de Gordon Jennings (‘Días Sin Huella’ o ‘Sansón Y Dalila’) se adueñan del metraje, todo esto hay que enmarcarlo en los años 50, destacando la caída de meteoritos, el rayo láser mortífero, las naves atacando en estruendosas batallas, la caída de la casa o la aparición tenebrosa del tentáculo del extraterrestre en las ruinas casa con Clayton y Sylvia escondidos, extraordinario, trabajo este que le valió el Oscar póstumo, ayudado por las maquetas de Albert Nozaki (‘Los 10 mandamientos’ de Cecil B. De Mille), esto con un colorido exuberante gracias a la excelente fotografía de George Barnes (‘Rebeca’ o ‘Juan Nadie’).

La película dista de ser sobresaliente, el paso del tiempo ha ejercido de juez cruento, es una obra que carece de profundidad, los personajes son meros clichés sin alma, nunca se empatiza con ellos, se ve con agrado pero no deja ser algo naif, no termina de tener un tono adecuado tendiendo hacia lo plano, nunca llegas a emocionarte, te da igual lo que les pase a los personajes, construidos de modo torpe, a lo que no ayuda su pareja protagónica, un desprovisto de carisma Gene Barry y una sobreactuada Ann Robinson, que solo destaca por sus chillidos, y entre ellos la química es penosa. Tampoco suman sus avejentados diálogos que por momentos rozan el ridículo. Y para rematar las taras está su místico final, retorciendo la idea agnóstica de H. G. Wells, loando la fe cristiana, con múltiples referencias beatas, el sacerdote Martin que avanza hacia la nave rezando, Sylvia rezando en la Iglesia para que su churri la encuentre, derivando en el colofón final (spoiler), de hecho Wells hizo referencias rerligiosas para hacer sobresalir su futilidad.

Hay escenas de bastante interés, como el curioso modo en que los lugareños afrontan la llegada de ‘los meteoritos’, como si fuera una feria, está el Pastor Matthew Collins (buen Lewis Martin ) recitando el Salmo 23 mientras se acerca en son de paz a la nave, el lanzamiento de la Bomba atómica, la antes referida en la casa derruida, de gran tensión, la gran representación del caos en que se ha convertido la ciudad en su evacuación masiva, donde se dan dos visiones, la de la ley del más fuerte con saqueos y asaltos, y la de la gente rezando desesperada en la Iglesia, y por supuesto su inesperado final, eso si con una lectura alejada de lo que pretendía H. G. Wells.

Esta es una novela que se llevaba décadas queriendo llevarse a la gran pantalla, el ruso Sergei M. Eisenstein, Cecil B. De Mille, el especialista en stop-motion Ray Harryhausen (este incluso grabó algunas escenas que pululan por Youtube), Alexander Korda que trabajó con Wells en la distópica ‘Things To Come’ (1936), incluso Alfdred Hitchcock se interesó en el proyecto. El jefe de la RKO George Schaefer pretendía que el primer film de Orson Welles fuere esta adaptación. En conclusión queda una interesante muestra de la ciencia ficción de mitad de siglo, con un relato moralizante algo rancio. Fuerza y honor!!!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El guionista cambia el escenario y el tiempo de la novela, Wells la situó en Londres y alrededores a finales del SXIX, siendo el protagonista en el libro un periodista casado que tiene como uno de sus objetivos es reunirse con ella. En el film la única misión de los marcianos es solo devastar la Tierra para ocuparla, Wells cuentan que los alienígenas cazan humanos para alimentarse de ellos drenando su sangre, además los utilizan como esclavos. En la película los marcianos mueren a 3 días después de invadir la Tierra, en el libro esto no se produce hasta 3 semanas de sus primeros ataques. Tampoco la forma que se da a los marcianos ni sus naves es similar a la que describe Wells. El film da una visión global del conflicto, vemos diferentes lugares del mundo atacados, mientras Wells solo contaba lo que acontecía a los protagonistas sin mención de lo que sucedía en otros países.
El remate pro-cristianismo es ver las naves marcianas caer ante los Templos Católicos, las Iglesias, ello tras las ’Explosivas’ oraciones de los creyentes, viene a sugerir que si, son las bacterias las que acaban con nuestro exterminio, pero las bacterias son producto de Dios, para acabar con las gentes en una colina cantando himnos cristianos para loa r a Nuestro Salvador. Wells no hubiera estado de acuerdo con este sesgo.

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