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Voto de TOM REGAN:
5

Voto de TOM REGAN:
5
5.5
3,760
Drama
En Jerusalén el joven y ambicioso centurión romano Clavius recibe, por parte de Poncio Pilato, prefecto de Judea, la misión de investigar la misteriosa desaparición del cuerpo de Jesús, un predicador nazareno crucificado hace tres días, y los crecientes rumores sobre su resurrección. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2016
7 de agosto de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
139/22(28/07/16) Fallida revisión a la llamada Historia Más Grande Jamás contada, el realizador Kevin Reynolds enfoca el relato de la Crucifixión y la Resurrección desde un punto de vista poco dado en el cine (solo recuerdo “La Túnica Sagrada” 1953, y con un relato parecido de conversión religiosa), el posterior a la muerte en la cruz de Jesús, que ocurrió a posteriori, esto lo dota este relato de modo singular, en su primera mitad lo aborda a modo de historia detectivesca de investigación en busca del “Cuerpo”, estando al cargo de la misma un tribuno politeista, enmarcándolo en un clima de tensiones políticas entre los invasores romanos y las fuerzas vivas judías, que puede resquebrajar la frágil paz en Palestina.
Un su primera mitad la cinta, a pesar de sus carencias evidentes en su minimalista ambientación, atrae por lo fresco de su propuesta, una sucesión de interrogatorios donde la verdad y la mentira son algo confuso, otorgando complejidad en lo referente a generar dudas a si hay certidumbre o fe incorruptible, pero a partir de la segunda mitad todo lo bueno desaparece para dar paso a una estampita religiosa pobre en argumentos, sin profundidad alguna, sin poder de emocionar más que a los muy ultraconvencidos. Cuando termina te das cuenta que la historia es de una simpleza y superficialidad marcada, el meollo está en la conversión de un ateo en ferviente cristiano, todo mostrado en su segundo tramo con un nivel de fuerza dramática donde nula es decir poco. El director afronta una historia tropencientas veces contada, lo hace desde una vertiente de mirada ajena que se va “convirtiendo” en base a certezas, así yo también, si todos los cristianos tuviéramos que serlo como este, lo serian muchísimos más.
El guión de Kevin Reynolds y Paul Aiello (sobre historia del segundo) posee elementos que podrían haber dado más juego, una historia cuasi-policiaca, detective con su Watson (Lucius) particular, un cuerpo por descubrir, un escenario convulso políticamente, convulso religiosamente, radicales en los bandos, violencia latente, intereses ambiguos, misterio, secretos, miedos, mimbres que se podrían haber exprimido mucho mejor para ofrecernos una reflexión sobre la fe, ello sin tener que acudir a darnos algo masticado, donde el factor sorpresa queda anulado, donde lo ordinario se apodera de la pantalla en una sucesión de situaciones que rozan lo rancio, con un aditivo penoso que quiere añadir acción, como es la persecución romana a los apóstoles por el desierto, una vez cercenada la ambigüedad el film cae en el montón de películas hechas ex profeso para cumplir cuota de cara a la Semana Santa, donde nada nuevo ofrece, ello con una sobreexposición de momentos que rozan lo cursi, con los apóstoles en actitudes un tanto infantilescas, abrazándose sin sentido y proclamando su amor cándido, ello sin introversión alguna, simplemente porque sí. No hay subtramas que sostengan la línea principal, no hay secundarios de peso, los apóstoles son simples figuras decorativas intercambiables sus nimias personalidades unos con otros, Jesús es representado de modo plúmbeo, sin punzamiento alguno, con una travesía conversa demasiado brusca del protagonista. Pretende ser una crónica de la expansión del cristianismo post-crucifixión, hurtándonos que Jesús nunca pretendió crear una nueva religión, nació, creció y fue crucificado como judío.
La cinta se puede dividir en tres partes: Lo que vendría a ser el prólogo, con la presentación de un protagonista, un centurión ajado en mil batallas dirigiendo su enésimo enfrentamiento bélico, ello en gran disciplina militar, aquí toma reo a un líder rebelde, Barrabas, luego dirige estoicamente lo que parece una crucifixión más a tres hombres, uno de ellos el problemático “Nazareno”, ello esperando su retiro a Roma. Tramo bien expuesto, dejando constancia por un lado la superioridad romana no solo en números si no en instrucción militar, y luego su flema en el ajusticiamiento en la cruz, atisbándose el cansancio vital del tribuno romano; La segunda parte es cuando acontece la trama policiaca, debe Clavius encontrar el desaparecido cuerpo que puede provocar una rebelión, una sucesión de interrogatorios incisivos donde queda patente la fe de la mayoría de interferidos, mezclándose verdad y mentira. Tramo interesante, con algo de tensión, se muestran las tensiones entre el sanedrín judío, los romanos y los “nuevos” cristianos. Aunque grotesco es caer en el mismo antisemitismo que muchas anteriores versiones, donde los judíos parecen ser los malos malísimos, cuando está demostrado que esto de poner de malos a los hebreos viene de que los evangelios se escribieron para no hacer quedar mal a los romanos; Y la tercera parte, donde la historia se convierte en una postalita religiosa, donde se pierde la ambigüedad y misterio en pos de ser algo propio de evangelizadores sin mucho punch, ganando la partida lo convencional y ordinario. Tramo que se convierte en un parche mal pegado, sin ritmo, sin calidad para hacerte pensar, sin emocionarte, ni moverte a sensación alguna, desprovisto de originalidad.
Un su primera mitad la cinta, a pesar de sus carencias evidentes en su minimalista ambientación, atrae por lo fresco de su propuesta, una sucesión de interrogatorios donde la verdad y la mentira son algo confuso, otorgando complejidad en lo referente a generar dudas a si hay certidumbre o fe incorruptible, pero a partir de la segunda mitad todo lo bueno desaparece para dar paso a una estampita religiosa pobre en argumentos, sin profundidad alguna, sin poder de emocionar más que a los muy ultraconvencidos. Cuando termina te das cuenta que la historia es de una simpleza y superficialidad marcada, el meollo está en la conversión de un ateo en ferviente cristiano, todo mostrado en su segundo tramo con un nivel de fuerza dramática donde nula es decir poco. El director afronta una historia tropencientas veces contada, lo hace desde una vertiente de mirada ajena que se va “convirtiendo” en base a certezas, así yo también, si todos los cristianos tuviéramos que serlo como este, lo serian muchísimos más.
El guión de Kevin Reynolds y Paul Aiello (sobre historia del segundo) posee elementos que podrían haber dado más juego, una historia cuasi-policiaca, detective con su Watson (Lucius) particular, un cuerpo por descubrir, un escenario convulso políticamente, convulso religiosamente, radicales en los bandos, violencia latente, intereses ambiguos, misterio, secretos, miedos, mimbres que se podrían haber exprimido mucho mejor para ofrecernos una reflexión sobre la fe, ello sin tener que acudir a darnos algo masticado, donde el factor sorpresa queda anulado, donde lo ordinario se apodera de la pantalla en una sucesión de situaciones que rozan lo rancio, con un aditivo penoso que quiere añadir acción, como es la persecución romana a los apóstoles por el desierto, una vez cercenada la ambigüedad el film cae en el montón de películas hechas ex profeso para cumplir cuota de cara a la Semana Santa, donde nada nuevo ofrece, ello con una sobreexposición de momentos que rozan lo cursi, con los apóstoles en actitudes un tanto infantilescas, abrazándose sin sentido y proclamando su amor cándido, ello sin introversión alguna, simplemente porque sí. No hay subtramas que sostengan la línea principal, no hay secundarios de peso, los apóstoles son simples figuras decorativas intercambiables sus nimias personalidades unos con otros, Jesús es representado de modo plúmbeo, sin punzamiento alguno, con una travesía conversa demasiado brusca del protagonista. Pretende ser una crónica de la expansión del cristianismo post-crucifixión, hurtándonos que Jesús nunca pretendió crear una nueva religión, nació, creció y fue crucificado como judío.
La cinta se puede dividir en tres partes: Lo que vendría a ser el prólogo, con la presentación de un protagonista, un centurión ajado en mil batallas dirigiendo su enésimo enfrentamiento bélico, ello en gran disciplina militar, aquí toma reo a un líder rebelde, Barrabas, luego dirige estoicamente lo que parece una crucifixión más a tres hombres, uno de ellos el problemático “Nazareno”, ello esperando su retiro a Roma. Tramo bien expuesto, dejando constancia por un lado la superioridad romana no solo en números si no en instrucción militar, y luego su flema en el ajusticiamiento en la cruz, atisbándose el cansancio vital del tribuno romano; La segunda parte es cuando acontece la trama policiaca, debe Clavius encontrar el desaparecido cuerpo que puede provocar una rebelión, una sucesión de interrogatorios incisivos donde queda patente la fe de la mayoría de interferidos, mezclándose verdad y mentira. Tramo interesante, con algo de tensión, se muestran las tensiones entre el sanedrín judío, los romanos y los “nuevos” cristianos. Aunque grotesco es caer en el mismo antisemitismo que muchas anteriores versiones, donde los judíos parecen ser los malos malísimos, cuando está demostrado que esto de poner de malos a los hebreos viene de que los evangelios se escribieron para no hacer quedar mal a los romanos; Y la tercera parte, donde la historia se convierte en una postalita religiosa, donde se pierde la ambigüedad y misterio en pos de ser algo propio de evangelizadores sin mucho punch, ganando la partida lo convencional y ordinario. Tramo que se convierte en un parche mal pegado, sin ritmo, sin calidad para hacerte pensar, sin emocionarte, ni moverte a sensación alguna, desprovisto de originalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tampoco ayudan sumar unas interpretaciones más planas que una mesa. Desde un Joseph Fiennes que le queda bien la primera parte de inexpresivo, que nada le afecta, frío y distante, de acuerdo con el carácter de este centurión fatigoso, pero cuando sufre su conversión espiritual, primero es muy apresurada, y segunda su rostro sigue siendo el mismo, carta de palo que transmite lo que un arenque, nada. Peter Firth en el papel del procurador Poncio Pilatos podría haber tenido impronta de sibilino y parece interpretado mirando el reloj, inane. Tom Felton como el subalterno de Clavius, Lucius, mera figura que pone mala cara y nada deja tras de sí. Cliff Curtis haciendo de Jesús, no sabe traslucir mundo interior, muy sosainas, alabo que el casting haya elegido a alguien más acorde con el color de piel de los palestinos de la época, pero al actor le falta para ser lo carismático que debiera.
La puesta en escena rezuma frugalidad, con un estimable diseño de producción de Stefano Maria Ortola (“Gangs of New York”, “Lifeaquatic” o “El talento de Mr. Ripley”), rodando en Almería (España) y Malta, recreando por lo bajini Jerusalén, sus callejuelas, el fuerte romano y los desiertos, esto bajo la fotografía de Lorenzo Senatore (“300: El origen de un imperio” o “Hercules”), que no aprovecha el juego que da el tema para dejar marca, labor rutinaria. Todo esto adornado por la música del murciano Roque Baños (“Sexy Beast”, “El maquinista” o “Celda 211”), deja destellos pero sin poder hacer nada que subsane los desatinos del guión.
Recomendable a ultracatólicos en tiempos de Pascua. Fuerza y honor!!!
La puesta en escena rezuma frugalidad, con un estimable diseño de producción de Stefano Maria Ortola (“Gangs of New York”, “Lifeaquatic” o “El talento de Mr. Ripley”), rodando en Almería (España) y Malta, recreando por lo bajini Jerusalén, sus callejuelas, el fuerte romano y los desiertos, esto bajo la fotografía de Lorenzo Senatore (“300: El origen de un imperio” o “Hercules”), que no aprovecha el juego que da el tema para dejar marca, labor rutinaria. Todo esto adornado por la música del murciano Roque Baños (“Sexy Beast”, “El maquinista” o “Celda 211”), deja destellos pero sin poder hacer nada que subsane los desatinos del guión.
Recomendable a ultracatólicos en tiempos de Pascua. Fuerza y honor!!!