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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
10
Comedia. Romance. Drama C.C. Baxter (Jack Lemmon) es un modesto pero ambicioso empleado de una compañía de seguros de Manhattan. Está soltero y vive solo en un discreto apartamento que presta ocasionalmente a sus superiores para sus citas amorosas. Tiene la esperanza de que estos favores le sirvan para mejorar su posición en la empresa. Pero la situación cambia cuando se enamora de una ascensorista (Shirley MacLaine) que resulta ser la amante de uno de los ... [+]
14 de febrero de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
196/18(31/12/14) Una de los Grandes films de la Historia del Cine, Magna Obra Maestra rebosante de un romanticismo exacerbado, y sin un solo beso, Billy Wilder en estado efervescente nos regalo tras la fantástica “Con faldas y a lo loco” un film todavía mejor, uno de los mejores si no el mejor retrato se haya hecho de la pusilanimidad del espíritu humano, del patético y anónimo currante mangoneado por todos con la esperanza de que sus jefes le den algo de migajas, desoladora fotografía de la prostitución “obrera”, del enchufismo, del peloteo, de una sociedad corrompida, en descomposición, en decadencia moral, sutil misil al capitalismo despiadado que utiliza a su antojo a su “peones”. Tras el éxito de crítica y taquilla de “Con faldas…” , Wilder y su guionista IAL Diamond querían darle otro film a Jack Lemmon. Una idea le rondaba la cabeza desde vio el film de David lean “Breve encuentro”, relata encuentros de dos amantes que se reunían en piso de un amigo, a Wilder se le ocurrió darle la vuelta a la historia y contar la vida del tipo que prestaba su vivienda, a este relato los dos guionistas añadieron y se inspiraron en sucesos reales, un alto ejecutivo de Hollywood, Jennnings Lang, fue baleado por Walter Wanger, un productor de cine, por estar Lang teniendo una aventura con su esposa, la bella actriz Joan Bennett, los encuentros de los amantes sucedían en el apartamento de un empleado de bajo nivel, otro suceso que suman friccionándolo se refiere a un amigo de Diamond al que una novia se suicidó tras romper con ella. La cinta fue otro gran éxito, avalado por 10 nominaciones a los Oscars, ganando 5, 3 fueron a Wilder, película, dirección y guión. Siendo además precursora en echar abajo el Código Hayes junto a la coetánea “Psycho”.

El guion es simplemente uno de los mejores de la historia del cine una obra de relojería donde cada pieza encaja en un puzle perfecto, en una sabrosa combinación de romanticismo, humor negro, crítica social, drama sórdido, con diálogos y frases brillantes, mordaces, ácidas, punzantes, rebosante de detalles simbólicos, con construcción de situaciones vibrantes, con un desarrollo de relato que te cala, con un increscendo dramático sublime, para llegar a uno de os finales más originales y extraordinarios del Séptimo Arte (final que creo homenajearía-copiaría Buñuel para su “Viridiana), con una construcción de personajes gloriosos, con secundarios bien edificados, destilan humanidad, matizados, mostrándose con sus virtudes y sus muchos defectos. Wilder coge una historia en apariencia sencilla sobre un tipo que no duda en prostituir su piso (por ende su alma) para tener un mejor puesto de trabajo, esto en manos de otro podría haber caído en una edulcorada comedia, pero en manos de este genial austriaco deriva en una narración a la que se le sabe dar multitud de capas de reflexión, sobre la codicia, la publicidad, la ambición, el despotismo, el amor no correspondido, el matrimonio, la mentira, la infidelidad, el enchufismo, la falsa moral, el egoísmo, la hipocresía social, la dignidad personal, la soledad, la sumisión al poder, el rebelarse contra las injusticias, derivando en una fascinante comedia agridulce en un remarcado tono melancólico, océano de perdedores donde pululan frustraciones vitales, amargura, insatisfacción o mentiras. Historia que ahonda en lo tóxico del capitalismo despiadado, en como deshumaniza a las personas, se aborda el abuso del poder, enmarcándolo en una alegoría cercana al medievalismo donde los señores feudales abusaban a su antojo de sus siervos, esperando estos recoger las migajas que estos les dejaran caer.Su humor revestido de una turbadora mezcla de ternura y patetismo tiene efluvios del mejor Chaplin, donde a partir de situaciones agrias sabía hacer relucir humor conmovedor, componiendo una estructura del éxito en función de que en que piso del edificio trabajes, cuanto más alto estés eres más grande, reflejando el ámbito de una empresa como una carrera de hienas donde lo que prima es el peloteo en vez del buen trabajo, se puede entender como una fábula satírica impregnada de ingeniosas dosis de cinismo y de muy mala leche, universo donde la cúspide de la pirámide social es representada de modo bufo como “la llave para el baño de ejecutivos”. La cinta es una loa a las personas anónimas, personas grises que se afanan en caer simpáticos para ascender, un rastrillo de las miserias humanas, fresco desolador de la mediocridad, vendiendo entre líneas su alma al diablo del dólar, y que en la travesía se dan cuenta que el alma no tiene precio. Todo esto encuadrado temporalmente en lo que se supone un tiempo de artificiosa felicidad, la Navidad y Fin de Año, me encanta esto, yo odio esas maniqueas fechas en las que hay estar alegre porque sí, me repatea este impostado tiempo y que el Maestro Wilder arremeta con fina ironía contra estos días me encanta, los desnuda con saña, las dos catarsis, una en Nochebuena y la otra en Nochevieja, mostrando el lado perverso de tas vomitivas fiestas.

Puesta en escena sobresaliente, con dirección artística de Alexandre Trauner (“El hombre que pudo reinar”) exuberante, haciendo de los escenarios fuente de impulsos emocionales, ejemplo la recreación de la cuasi-infinita oficina en la que trabajan cientos de empleados en mesas anónimas, en juego de perspectiva maravilloso, no se ve el fin, con tropecientos escritorios alineaos perfectamente, esto falseado, lo que hacen es colocar escritorios más pequeños conforme se retira la imagen, incluso para ganar en dimensión se coloca a personas más bajitas y al fondo niños, para irradiar sensación de pequeños eslabones de engranaje en que el empleado queda deshumanizado, esta oficina se inspira claramente en “Y el mundo marcha” (1928) de King Vidor. También es muy acertado el apartamento de Baxter, angosto y deprimente, para dar impresión de vetusto se utilizó mobiliario de segunda mano, parte de ello del propio Wilder. (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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