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Voto de TOM REGAN:
6
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6.9
8,200
Musical. Comedia. Romance
El fotógrafo de una importante y conocida revista de moda busca una modelo que se salga de lo habitual. La casualidad lo lleva a una librería parisina donde, inesperadamente, descubre a una joven y tímida dependienta que reúne todas las cualidades que buscaba. Decide, entonces, convertirla en la mejor modelo de París. (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
129/11(12/06/18) Sugerente comedia musical con un trasfondo de romanticismo dirigida por el maestro del género Stanley Donen, realizador de varios de los musicales más aclamados de la historia como “Un día en Nueva York”, “Siete novias para siete hermanos” y el probablemente el que está en el pódium del Olimpo, “Cantando bajo la lluvia”. Aquí en su dualidad comedia romántica y musical me resulta desequilibrada, y es que el guión de Leonard Gershe (“La bella de Moscú”) me resulta de un naif pomposo petulante simplista de parvulario de cursillo de guiones (pero de los que repiten), una historia de amor sin ningún gancho, sin intensidad, donde se mezclan críticas ridículas al existencialismo filosófico con recursos humorísticos vacíos de contenido. Estas taras acentuadas por una química bajo cero entre los grandes Audrey Hepburn (más hermosa que nunca) y el majestuoso bailarín Fred Astaire, que les separaban entonces 30 años de edad, los 28 de ella frente a los 58 de él, y lo peor es que lo aparentaban físicamente, parecían hija y padre, con lo que chirriaba. Asimismo se pretende hacer una loa al mundo “chic” de la moda, algo tan superficial como una brisa pasajera, un enfoque kitsch banal, con momentos rancios en su visión machista del mundo; Está su vertiente musical unido a la fenomenal ambientación, donde si brilla, con números esplendorosos, de coreografías coloridas, con canciones de los hermanos George e Ira Gershwin, denotándose una atmósfera sofisticada y elegante, potenciada por unos escenarios formidables (se rodó en fascinantes lugares de París), y por unos decorados muy imaginativos. Aunque tiene el mismo título que el musical de Broadway de 1927 (Funny Face) de los hermanos Gershwin, y presenta a la misma estrella masculina (Fred Astaire), la protagonizó junto a su hermana Adele Astaire, la trama es diferente y solo se incluyen cuatro canciones del musical teatral, de hecho es una adaptación de otro musical de Broadway, Wedding Bells de Leonard Gershe. Fue un fracaso de taquilla.
La cinta es una mezcla que pretende desprender glamour entre el tema de la moda elitista, con sus desfiles de modelos, el protagonismo de los icónicos Audrey Hepburn y Fred Astaire, y con el marco incomparable de París, ello aderezado por un romance sencillo con efluvios a la Cenicienta, y salpicado con algo humor muy, pero muy blanquito, emitiendo un aire festivo-alegre, donde no se pretende mínima hondura, oliendo en esto claramente a los grandes musicales que protagonizó Astaire en los 30 y 40, desprovistos de calado emocional, todo kitsch y frivolidad, don de la intensidad es un ente inexistente, donde las situaciones se suceden por imperativo del guión. Cinta que si no fuera por sus llamativos y bonitos números musicales, ninguno sobresaliente, maravillosamente coreografiados por el propio Astaire, Eugene Loring (“La Bella de Moscú”), y Sam Ledner (“El Gran Gatsby”), imaginativos y preciosistamente filmados, transmitiendo optimismo: pero en su vertiente argumental deja mucho que desear, con una subtrama bastante rancia sobre la filosofía del empatismo, arremetiendo de modo zafio contra los intelectuales, todo esto muy apolillado, con un remate donde se nos viene a decir que todos los filósofos son unos farsantes, y lo que buscan es la entrepierna de las mujeres, de un machismo apestoso; Tampoco ayuda la ya mencionada nula compenetración romántica entre Hepburn y Astaire, que deriva en que orgánicamente quede forzado.
Audrey Hepburn encarna a la idealista Jo Stockton derrocha encanto, belleza epicúrea con su esbelta figura, elegancia, magnetismo, sensibilidad, cautiva con su sonrisa, esa delicadeza que la hace adorable, irradia inocencia, pureza, bondad. Además une a esta interpretación el canto y baile, un trémulo solo en la librería “how long has this been going on”, o él romántico final “ 'S Wonderful” a dúo con Fred Astaire en el bucólico entorno del “Castillo de la Reina Blanca”, cone ella vestida con un etéreo vestido de novia, y también bailando con una frescura y soltura que la hacen notable partenaire del gran Astaire, o el divertido dúo con Kay Thompson “On How to Be Lovely” sobre un escenario disfrazadas con cortinas, o el jovial y turístico “Bonjour, Paris”, haciéndonos un apoteósico recorrido por la gloriosa Ciudad de la Luz, además en el número de danza moderna en el club bohemio; Fred Astaire encarna al prestigioso fotógrafo der moda Dick Avery (basado en el real Richard Avedon, que proporcionó varias de las fotografías vistas en la película, incluidas las fotos para los créditos de apertura, también se usaron en el salas de la revista Quality), despliega su vena simpática- flemática, arrolla con su baile en el que provoca que las leyes de la física parezcan no existir para él, y es que levita sobre el suelo, extraordinario en el solo “Let's Kiss and Make Up”, en una especie de danza seductora para Jo, realizada entre un balcón y una coqueta plaza, donde un paraguas y una gabardina que se convierte en capote de toros hacen las delicias entusiastas del espectador, vibrante, o en el ingenioso “Funny Face” filmado en el cuarto oscuro de revelado fotográfico, coronado con esa imagen icónica de Audrey Hepburn en una fotografía en un grandioso primer plano que solo deja ver sus ojos, nariz y boca, o el evocador “he loves and she loves” cantado en el mencionado entorno del “Castillo de la Reina Blanca”, o el paródico “clap yo hands”, cantado a dúo con Kay Thompson en la reunión de bohemios en casa del profesor Flostre, donde Astaire está disfrazado de “moderno”, con una perilla mefistofélica y durante el número lleva una guitarra; Kay Thompson (fue una autora, cantante, arregladora vocal, coach vocal, compositora, músico, bailarina y actriz) encarna con brío a Maggie Prescott, autoritaria editora de la revista de moda, muy buena en el fulgente de colorido tema “Think Pink!” que interpreta en solitario, así como los mencionados en grupo, demostrando una vitalidad estupenda.
La cinta es una mezcla que pretende desprender glamour entre el tema de la moda elitista, con sus desfiles de modelos, el protagonismo de los icónicos Audrey Hepburn y Fred Astaire, y con el marco incomparable de París, ello aderezado por un romance sencillo con efluvios a la Cenicienta, y salpicado con algo humor muy, pero muy blanquito, emitiendo un aire festivo-alegre, donde no se pretende mínima hondura, oliendo en esto claramente a los grandes musicales que protagonizó Astaire en los 30 y 40, desprovistos de calado emocional, todo kitsch y frivolidad, don de la intensidad es un ente inexistente, donde las situaciones se suceden por imperativo del guión. Cinta que si no fuera por sus llamativos y bonitos números musicales, ninguno sobresaliente, maravillosamente coreografiados por el propio Astaire, Eugene Loring (“La Bella de Moscú”), y Sam Ledner (“El Gran Gatsby”), imaginativos y preciosistamente filmados, transmitiendo optimismo: pero en su vertiente argumental deja mucho que desear, con una subtrama bastante rancia sobre la filosofía del empatismo, arremetiendo de modo zafio contra los intelectuales, todo esto muy apolillado, con un remate donde se nos viene a decir que todos los filósofos son unos farsantes, y lo que buscan es la entrepierna de las mujeres, de un machismo apestoso; Tampoco ayuda la ya mencionada nula compenetración romántica entre Hepburn y Astaire, que deriva en que orgánicamente quede forzado.
Audrey Hepburn encarna a la idealista Jo Stockton derrocha encanto, belleza epicúrea con su esbelta figura, elegancia, magnetismo, sensibilidad, cautiva con su sonrisa, esa delicadeza que la hace adorable, irradia inocencia, pureza, bondad. Además une a esta interpretación el canto y baile, un trémulo solo en la librería “how long has this been going on”, o él romántico final “ 'S Wonderful” a dúo con Fred Astaire en el bucólico entorno del “Castillo de la Reina Blanca”, cone ella vestida con un etéreo vestido de novia, y también bailando con una frescura y soltura que la hacen notable partenaire del gran Astaire, o el divertido dúo con Kay Thompson “On How to Be Lovely” sobre un escenario disfrazadas con cortinas, o el jovial y turístico “Bonjour, Paris”, haciéndonos un apoteósico recorrido por la gloriosa Ciudad de la Luz, además en el número de danza moderna en el club bohemio; Fred Astaire encarna al prestigioso fotógrafo der moda Dick Avery (basado en el real Richard Avedon, que proporcionó varias de las fotografías vistas en la película, incluidas las fotos para los créditos de apertura, también se usaron en el salas de la revista Quality), despliega su vena simpática- flemática, arrolla con su baile en el que provoca que las leyes de la física parezcan no existir para él, y es que levita sobre el suelo, extraordinario en el solo “Let's Kiss and Make Up”, en una especie de danza seductora para Jo, realizada entre un balcón y una coqueta plaza, donde un paraguas y una gabardina que se convierte en capote de toros hacen las delicias entusiastas del espectador, vibrante, o en el ingenioso “Funny Face” filmado en el cuarto oscuro de revelado fotográfico, coronado con esa imagen icónica de Audrey Hepburn en una fotografía en un grandioso primer plano que solo deja ver sus ojos, nariz y boca, o el evocador “he loves and she loves” cantado en el mencionado entorno del “Castillo de la Reina Blanca”, o el paródico “clap yo hands”, cantado a dúo con Kay Thompson en la reunión de bohemios en casa del profesor Flostre, donde Astaire está disfrazado de “moderno”, con una perilla mefistofélica y durante el número lleva una guitarra; Kay Thompson (fue una autora, cantante, arregladora vocal, coach vocal, compositora, músico, bailarina y actriz) encarna con brío a Maggie Prescott, autoritaria editora de la revista de moda, muy buena en el fulgente de colorido tema “Think Pink!” que interpreta en solitario, así como los mencionados en grupo, demostrando una vitalidad estupenda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La puesta en escena resulta radiante de brillo colorido, con una excelente dirección artística de George W. Davis (“La Túnica sagrada” o “Eva al desnudo”), y Hal Pereira (“Vértigo” o “Desayuno con diamantes”), rodando en los sibaritas escenarios exteriores de París (Musée du Louvre; Opéra National de Paris Palais Garnier [con sus esplendorosos interiores]; Champs Elysées; Place Vendôme; Sacré Coeur; Arc de triomphe du Carrousel; Tour Eiffel-Champ de Mars; Rue de la Paix; Place de l'Opéra; Berges de la Seine) y en sus cercanías (Parc du Château de Versailles; Chantilly-Oise; Orly Airport; Château de la reine blanche), uno de los “decorados” naturales más bello del mundo, además se filmó en los platós de los Paramount Studios (Hollywood-Los Angeles); Todoesto realzado por la formidable cinematografía de Ray June (“El Doctor Arrowsmith” o “Ciudad sin ley”), de un fulgor entusiasta, excelso en los decorados jugando con los cromatismo, así como extraordinario atomizando la belleza de la capital gala, ello inspirándose en la fotografía del afamado neoyorkino Richard Avedon, popular por sus largas sesiones que pretendía fatigar a sus modelos (en muchos casos famosos como Truman Capote, Henry Miller, Humphrey Bogart o Marilyn Monroe), y al final extraer su verdadero rostro lejos de máscaras superficiales; Como destacable es la edición de Frank Bracht (“La extraña pareja” o “Hud”), sabiendo alternar con ritmo cada momento, sobresaliente en el tramo “Bonjour, Paris!”, saltando con prodigio de un personaje a otro que pasean por Paris; Por supuesto es memorable el diseño de vestuario de la más grande, Edith Head (nadie tiene más Oscar que ella, 8), ello en colaboración con el francés Hubert de Givenchy, amigo personal de Audrey Hepburn, consiguiendo vestidos para la estrella de una beldad sensacional; Del plano musical hablo arriba.
Tuvo cuatro nominaciones al Óscar: Leonard Gershe por "Mejor guión, historia y guión: Escrito directamente para la pantalla"; Hubert de Givenchy (diseñador de vestuario de Hepburn) para "Mejor diseño de vestuario"; Ray June para "Mejor fotografía"; y Hal Pereira , George W. Davis , Sam Comer y Ray Moyer por "Best Art Direction-Set Decoration".
En conjunto me queda un musical agradable, bonito de ver, con dos estrellas eternas, disfrutable en sus números musicales, deja regusto de mueca de sonrisa, pero sumado a su romance cliché, previsible, queda un tanto lastrado en sus defectos de fluidez. Fuerza y honor!!!
P.D. Probablemente, la imagen individual más famosa de la película y una de los iconos de la actriz protagonista sea el primer plano intencionalmente sobreexpuesto de la cara de Hepburn en la que solo se ven sus rasgos faciales, sus ojos, sus cejas, su nariz y su boca. Esta imagen se ve brevemente en blanco y negro al principio de la secuencia del título de apertura, que fue diseñada por Avedon, durante el número musical "Funny Face" tiene lugar en un cuarto oscuro, y cuando Dick (Astaire) se lo presenta a Maggie (Thompson).
Tuvo cuatro nominaciones al Óscar: Leonard Gershe por "Mejor guión, historia y guión: Escrito directamente para la pantalla"; Hubert de Givenchy (diseñador de vestuario de Hepburn) para "Mejor diseño de vestuario"; Ray June para "Mejor fotografía"; y Hal Pereira , George W. Davis , Sam Comer y Ray Moyer por "Best Art Direction-Set Decoration".
En conjunto me queda un musical agradable, bonito de ver, con dos estrellas eternas, disfrutable en sus números musicales, deja regusto de mueca de sonrisa, pero sumado a su romance cliché, previsible, queda un tanto lastrado en sus defectos de fluidez. Fuerza y honor!!!
P.D. Probablemente, la imagen individual más famosa de la película y una de los iconos de la actriz protagonista sea el primer plano intencionalmente sobreexpuesto de la cara de Hepburn en la que solo se ven sus rasgos faciales, sus ojos, sus cejas, su nariz y su boca. Esta imagen se ve brevemente en blanco y negro al principio de la secuencia del título de apertura, que fue diseñada por Avedon, durante el número musical "Funny Face" tiene lugar en un cuarto oscuro, y cuando Dick (Astaire) se lo presenta a Maggie (Thompson).