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Voto de TOM REGAN:
9

Voto de TOM REGAN:
9
8.6
33,794
1 de noviembre de 2015
1 de noviembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
166/01(03/10/15) Uno de los films más famosos del genial tragicómico Charles Chaplin, su quinto largometraje mezcla con enternecedor equilibrio el humor con el drama. Lanzada cuando ya el sonoro irrumpía en los cines, Chaplin se negó a hacerla hablada, presentando el diálogo en intertítulos, entendía su cine tenía más alma siendo mudo, pero el cine hablado ya nadie lo detendría, aunque Chaplin comentó a un periodista que daba al cine sonoro dos o tres años, se equivocó, hay dos momentos sonoros en los que se puede entender es una sátira del cine hablado, dos mordaces guiños, uno en el arranque, unos políticos hacen discursos en la inauguración de una estatua, esto es oído a base de gruñidos inentendibles, chanza de lo que suelen decir estos oradores, el otro momento es cuando se traga Chaplin un silbato, parodia de lo primitivo que estaba aún el sonido. La idea de la historia le surgió a Chaplin de su anterior film, “El Circo”, donde un payaso ciego oculta su tara a su hija, de aquí la florista ciega de “Luces de ciudad”, siendo la escena final la primera escena que creó, para la trama secundaria del borracho rico Chaplin recuperó a un personaje de un corto suyo de 1921, “The idle class”. El resultado lo resumió uno de los invitados de Chaplin al estreno, el físico Albert Einstein, al salir dijo <Alguien que estudie todas mis teorías con el paso del tiempo las podrá olvidar, alguien que vea esta película con el paso del tiempo no olvidará lo que hace sentir>.
Maravillosa miscelánea entre el humor y el patetismo, historia de amor sacrificado, mete en un fluido coctel las sonrisas y la emoción que roza las lágrimas, con claros tintes platónicos. Convierte su historia en una poética sátira de nuestro clasista mundo, arremetiendo con mordacidad contra los políticos y sus discursos vacíos, contra la impostada felicidad de los ricos, contra el imperante clasismo, que incluso se da entre los más bajos, ejemplo como los chicos vendedores de periódicos se meten con el vagabundo, o el criado del millonario que hace lo mismo. Esto desarrollado con un guión sencillo, lineal, moviéndose a base gags que muestran con viveza la personalidad de los personajes.
Chaplin despliega un tropel de gags slapstick marca de la casa, hace que de las situaciones dramáticas surja el humor, hasta de un intento de suicidio sabe explotar su lado risueño, haciendo protagonista a su clásico vagabundo protagonista, siempre ilusionado, altruista, bueno, vitalista, defensor de las causas perdidas, contra el alcoholismo, contra las falsas amistades, incluso contra el pujante cine sonoro, pone en alza el amor puro, el que no espera nada del otro, solo su felicidad, el amor desinteresado, dulce, enternecedor.
La puesta en escena rezuma la clásica corrección de Chaplin, se rueda en exteriores de San Francisco y los Chaplin Studios, aunque la idea inicial era la ciudad fuese París, al final esto está indefinido, aunque los escenarios no son punto fuerte del film, resultan en algún caso teatrales, como la casa del millonario, aunque reseñable es el momento combate de boxeo, lleno de vida, se añade la correcta fotografía de Roland Totheroh (“La quimera del oro”) y Gordon Pollock (“Queen Kelly”), estática y con el foco puesto en resaltar con planos abiertos la comicidad y dramatismo del relato, sobresaliendo los estremecedores planos finales. La romántica música tiene gran importancia en crear la atmósfera emocional de la narración, compuesta por vez primera por Chaplin y arreglada por Arthur Johnston, acunando con ternura a los personajes, son el bello sustituto de los diálogos, tema principal es "La violetera", leitmotiv para florista ciega, que Chaplin quiso pasar como original suyo, pero es un plagio del tema homónimo de los maestros José Padilla, este le ganó una demanda (en parís, donde residía) por no acreditarle.
Hay que verla como he dicho como una fábula moral, hay que darle muchas licencias dramáticas, me resulta poco creíble que el rico se emborrache y cuando está sobrio no se acuerde de nada lo hecho con Charlot estando ebrio, vemos que Charlot ha encontrado un trabajo, del cual es despedido por llegar tarde, crítica al capitalismo despiadado, pero tampoco vemos a Charlot buscar más trabajos, se pega al millonario a ver si le puede sacar algo. También se le puede achacar que se siente un tanto forzado el argumento, cosido a retazos de set pieces, se nota como Chaplin proviene del cine de humor de cortos, es por ello que se atiene a juntar unos cuantos buenísimos gags de modo algo coherente, que ya la magia de la buena construcción de personajes hará el resto, es por ello que orgánicamente se siente algo deslavazada, con tres historias que se rejuntan, la de la relación de Charlot con el rico borrachín, y el combate de boxeo, la de Charlot con la chica ciega, en la primera reside la mezcla entre el humor y el drama, en la segunda es el humor puro de slapstick, sin subterfugios, apoyado en una fisicidad abrumadora, y la tercera es la hermosa historia de amor.
Charles Chaplin como siempre borda con enorme ternura y patetismo a su clásico vagabundo pícaro y de gran corazón, con una mirada profunda, y con un lenguaje gestual y físico apabullante. Virginia Cherrill creó un Icono del Cine con su chica ciega, otorgándole naturalidad, humanidad, yu desarmándote en la escena apoteósica final. Harry Myers impregna de una singular dualidad bipolar a su muchimillonario, con mucho humor y malicia con su sobriedad, poseyendo una buena química con Chaplin, bien explotada en el metraje.
Curioso ver como aún no estaba en vigor el Codigo Hayes de censura en el cine, y es que en se podría decir que a este Charlot tenía claras tendencias gays, que deja relucir en varios momentos, aparece acostado con el millonario, si este es rico debe tener más de un dormitorio, entonces porque están acostado los dos juntos (con el Código Hayes hasta los matrimonios debían aparecer en camas separadas en pantalla),... (sigue en spoiler)
Maravillosa miscelánea entre el humor y el patetismo, historia de amor sacrificado, mete en un fluido coctel las sonrisas y la emoción que roza las lágrimas, con claros tintes platónicos. Convierte su historia en una poética sátira de nuestro clasista mundo, arremetiendo con mordacidad contra los políticos y sus discursos vacíos, contra la impostada felicidad de los ricos, contra el imperante clasismo, que incluso se da entre los más bajos, ejemplo como los chicos vendedores de periódicos se meten con el vagabundo, o el criado del millonario que hace lo mismo. Esto desarrollado con un guión sencillo, lineal, moviéndose a base gags que muestran con viveza la personalidad de los personajes.
Chaplin despliega un tropel de gags slapstick marca de la casa, hace que de las situaciones dramáticas surja el humor, hasta de un intento de suicidio sabe explotar su lado risueño, haciendo protagonista a su clásico vagabundo protagonista, siempre ilusionado, altruista, bueno, vitalista, defensor de las causas perdidas, contra el alcoholismo, contra las falsas amistades, incluso contra el pujante cine sonoro, pone en alza el amor puro, el que no espera nada del otro, solo su felicidad, el amor desinteresado, dulce, enternecedor.
La puesta en escena rezuma la clásica corrección de Chaplin, se rueda en exteriores de San Francisco y los Chaplin Studios, aunque la idea inicial era la ciudad fuese París, al final esto está indefinido, aunque los escenarios no son punto fuerte del film, resultan en algún caso teatrales, como la casa del millonario, aunque reseñable es el momento combate de boxeo, lleno de vida, se añade la correcta fotografía de Roland Totheroh (“La quimera del oro”) y Gordon Pollock (“Queen Kelly”), estática y con el foco puesto en resaltar con planos abiertos la comicidad y dramatismo del relato, sobresaliendo los estremecedores planos finales. La romántica música tiene gran importancia en crear la atmósfera emocional de la narración, compuesta por vez primera por Chaplin y arreglada por Arthur Johnston, acunando con ternura a los personajes, son el bello sustituto de los diálogos, tema principal es "La violetera", leitmotiv para florista ciega, que Chaplin quiso pasar como original suyo, pero es un plagio del tema homónimo de los maestros José Padilla, este le ganó una demanda (en parís, donde residía) por no acreditarle.
Hay que verla como he dicho como una fábula moral, hay que darle muchas licencias dramáticas, me resulta poco creíble que el rico se emborrache y cuando está sobrio no se acuerde de nada lo hecho con Charlot estando ebrio, vemos que Charlot ha encontrado un trabajo, del cual es despedido por llegar tarde, crítica al capitalismo despiadado, pero tampoco vemos a Charlot buscar más trabajos, se pega al millonario a ver si le puede sacar algo. También se le puede achacar que se siente un tanto forzado el argumento, cosido a retazos de set pieces, se nota como Chaplin proviene del cine de humor de cortos, es por ello que se atiene a juntar unos cuantos buenísimos gags de modo algo coherente, que ya la magia de la buena construcción de personajes hará el resto, es por ello que orgánicamente se siente algo deslavazada, con tres historias que se rejuntan, la de la relación de Charlot con el rico borrachín, y el combate de boxeo, la de Charlot con la chica ciega, en la primera reside la mezcla entre el humor y el drama, en la segunda es el humor puro de slapstick, sin subterfugios, apoyado en una fisicidad abrumadora, y la tercera es la hermosa historia de amor.
Charles Chaplin como siempre borda con enorme ternura y patetismo a su clásico vagabundo pícaro y de gran corazón, con una mirada profunda, y con un lenguaje gestual y físico apabullante. Virginia Cherrill creó un Icono del Cine con su chica ciega, otorgándole naturalidad, humanidad, yu desarmándote en la escena apoteósica final. Harry Myers impregna de una singular dualidad bipolar a su muchimillonario, con mucho humor y malicia con su sobriedad, poseyendo una buena química con Chaplin, bien explotada en el metraje.
Curioso ver como aún no estaba en vigor el Codigo Hayes de censura en el cine, y es que en se podría decir que a este Charlot tenía claras tendencias gays, que deja relucir en varios momentos, aparece acostado con el millonario, si este es rico debe tener más de un dormitorio, entonces porque están acostado los dos juntos (con el Código Hayes hasta los matrimonios debían aparecer en camas separadas en pantalla),... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... aquí hay tomate, no será que el millonario se arrepiente de su juerguecita homosexual y por ello prefiere olvidarla y cuando bebe sale su verdadera personalidad gay? Los vemos a los dos en fiestas con mujeres, pero no se ven a ellos coquetear con ellas, no será que la esposa del muchimillonario lo ha dejado por hallar este lado homosexual en su marido? Este lado gay de Charlot puede quedar reforzado por el juego de miraditas amaneradas que tiene con el boxeador, como que tampoco intenta en momento alguno besar a la ciega, igual habría una sublectura en que Charlot (Perdóname Dios del Cine) es en realidad un chapero callejero.
Momentos recordables: La apertura del film, patente la figura vagabunda y patética de Charlot, en una concurrida plaza unos políticos se disponen a descubrir una estatua, antes realizan un discurso oído a base de graznidos bordeados por trompetas (burla a los políticos y al cine sonoro que daba sus primeros coletazos), quitan la tela que cubre la estatua y sobre el regazo de la misma reposa un durmiente Charlot, exaltado trata de levantarse pero sus pantalones quedan enganchados en la espada de la figura; El primer encuentro entre el ricachón y Charlot, en la orilla de un rio, el millonario con gran piedra amarrada se dispone a suicidarse, Charlot lo ve e intenta impedirlo con tan mala fortuna que termina él cayendo al rio con la piedra de lastre, teniendo que ser el ricachón el que lo salve a él; Primer encuentro entre Charlot y la chica ciega, él la ve y queda prendado de ella, es una vendedora de flores callejera, le compra con lo que tiene una flor y por un malentendido es tomado por adinerado por ella, él le sigue el juego, y hace como que se va, pero se sienta a admirarla, ella de un grifo echa agua en un cubo, él la mira embobado, entonces ella enjuaga el cubo y tira el agua... hacia el rostro de Charlot; Los delirantes encuentros entre el borracho rico y Charlot, sus fiestas, en una Charlot se traga un silbato sin querer y provoca el caos en un sarao, parando taxis y atrayendo una jauría de perros; Espectacular tramo del combate de boxeo, un cortometraje en sí, lección de cómo crear una conjunción de gags que son un tsunami de humor, el zenit el combate sobre el ring, delirante coreografía, imposible no soltar carcajadas ante tanta inventiva; Su escalofriante final, simplemente uno de los mejores jamás realizados en la Historia del Séptimo Arte, donde la poesía y la emoción se desbordan, Charlot sale de prisión, vaga con ropa raída por las calles, vemos que la chica ha recuperado la visión y ha abierto una floristería en un local, sus pira por encontrar a su benefactor que cree es un millonario, vemos que Charlot se agacha en la calle a recoger una flor del suelo, unos niños se ríen de sus aspecto de vagabundo, Charlot se da la vuelta y está ante el escaparate de la floristería, ella le mira con compasión, él sonríe plácidamente y comienza a alejarse del lugar, entonces ella sale fuera para darle una flor y una moneda, sus manos se tocan, y ella ve la luz, por el tacto sabe este vagabundo es su mecenas, y se produce un sencillo pero a la vez uno de los más tiernos y trémulos diálogos jamás oídos en cine: <Usted?> ella dice, Charlot asiente con tímidamente con una sonrisa y le pregunta, <Puedes ver ahora>, <Si>, responde ella entre lágrimas <Puedo ver>, (-You can see now? -Yes, I can see now), sosteniendo con dulzura la mano de un Charlot que sonríe con satisfacción, entonces hay un fundido bello a negro, dejando abierto lo que ocurre a la mente del espectador, delicioso.
Del impacto del film habla la gente que la tienen en su Olimpo, Orson Welles dijo que era su película favorita, en 1963 Stanley Kubrick la situó en el quinto lugar entre sus diez mejores films, además de ser la cinta preferida entre las realizadas por Charles Chaplin. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/10/luces-de-ciudad.html
Momentos recordables: La apertura del film, patente la figura vagabunda y patética de Charlot, en una concurrida plaza unos políticos se disponen a descubrir una estatua, antes realizan un discurso oído a base de graznidos bordeados por trompetas (burla a los políticos y al cine sonoro que daba sus primeros coletazos), quitan la tela que cubre la estatua y sobre el regazo de la misma reposa un durmiente Charlot, exaltado trata de levantarse pero sus pantalones quedan enganchados en la espada de la figura; El primer encuentro entre el ricachón y Charlot, en la orilla de un rio, el millonario con gran piedra amarrada se dispone a suicidarse, Charlot lo ve e intenta impedirlo con tan mala fortuna que termina él cayendo al rio con la piedra de lastre, teniendo que ser el ricachón el que lo salve a él; Primer encuentro entre Charlot y la chica ciega, él la ve y queda prendado de ella, es una vendedora de flores callejera, le compra con lo que tiene una flor y por un malentendido es tomado por adinerado por ella, él le sigue el juego, y hace como que se va, pero se sienta a admirarla, ella de un grifo echa agua en un cubo, él la mira embobado, entonces ella enjuaga el cubo y tira el agua... hacia el rostro de Charlot; Los delirantes encuentros entre el borracho rico y Charlot, sus fiestas, en una Charlot se traga un silbato sin querer y provoca el caos en un sarao, parando taxis y atrayendo una jauría de perros; Espectacular tramo del combate de boxeo, un cortometraje en sí, lección de cómo crear una conjunción de gags que son un tsunami de humor, el zenit el combate sobre el ring, delirante coreografía, imposible no soltar carcajadas ante tanta inventiva; Su escalofriante final, simplemente uno de los mejores jamás realizados en la Historia del Séptimo Arte, donde la poesía y la emoción se desbordan, Charlot sale de prisión, vaga con ropa raída por las calles, vemos que la chica ha recuperado la visión y ha abierto una floristería en un local, sus pira por encontrar a su benefactor que cree es un millonario, vemos que Charlot se agacha en la calle a recoger una flor del suelo, unos niños se ríen de sus aspecto de vagabundo, Charlot se da la vuelta y está ante el escaparate de la floristería, ella le mira con compasión, él sonríe plácidamente y comienza a alejarse del lugar, entonces ella sale fuera para darle una flor y una moneda, sus manos se tocan, y ella ve la luz, por el tacto sabe este vagabundo es su mecenas, y se produce un sencillo pero a la vez uno de los más tiernos y trémulos diálogos jamás oídos en cine: <Usted?> ella dice, Charlot asiente con tímidamente con una sonrisa y le pregunta, <Puedes ver ahora>, <Si>, responde ella entre lágrimas <Puedo ver>, (-You can see now? -Yes, I can see now), sosteniendo con dulzura la mano de un Charlot que sonríe con satisfacción, entonces hay un fundido bello a negro, dejando abierto lo que ocurre a la mente del espectador, delicioso.
Del impacto del film habla la gente que la tienen en su Olimpo, Orson Welles dijo que era su película favorita, en 1963 Stanley Kubrick la situó en el quinto lugar entre sus diez mejores films, además de ser la cinta preferida entre las realizadas por Charles Chaplin. Fuerza y honor!!!
Crítica sesgada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2015/10/luces-de-ciudad.html