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Voto de TOM REGAN:
6
Voto de TOM REGAN:
6
Drama. Musical Con una trompeta de segunda mano, y siguiendo los pasos de un brillante músico de blues, un chaval se convierte en un músico excelente cuyo talento le lleva de los más lúgubre tugurios a los clubs con más clase de la ciudad. Pero su desesperada búsqueda por la melodía atrapada en su mente (pero que le es imposible tocar) le lleva al tortuoso mundo de la bebida. (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2016
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
209/04(08/11/16) Interesante, aunque irregular film del húngaro Michael Curtiz, primera película que Hollywood dedica a la música de jazz a gran escala, siendo un disfrute para los degustadores de estos sonidos. Drama basado en la novela homónima de Dorothy Baker, inspirada en la vida de Bix Beiderbecke (en el film con el nombre de Rick Martin), cornetista de jazz, protagonizado por Kirk Douglas impetuoso y racial, en un rol cuasi-esbozo de su posterior Van Goch en “El loco del pelo rojo” (1956), el guión es de Edmund H. North (“Patton”), junto a Carl Foreman (“Solo ante el peligro”), que el año después entraría en la nefasta “Lista Negra” de Hollywood, se notan las notas transgresoras que introduce, importancia de personas negras en roles positivos, el alcoholismo autodestructivo, o el nada solapado lesbianismo de uno de los personajes. Posee un arranque singular para su tiempo, el pianista y compositor Hoagy Carmichael (hace de amigo de Rick/Bix, también lo fue en la vida real), rompe la cuarta pared para hacernos una presentación de la historia que veremos, tras lo que asistiremos a la vida del trompetista, desde su huérfana niñez, su embrujo por el jazz, su aprendizaje, su éxito y posterior.., y entre medias un tormentoso romance. El trompetista Harry James realizó la música que vemos tocar a Kirk Douglas.

La acción se desarrolla en varias ciudades EEUU, mayormente en Nueva York. Narra historia la de un muchacho huérfano, Rick Martin (Orley Lindgren de joven, y Kirk Douglas de mayor), acogido por su hermana, con grandes aptitudes para la música. Encuentra en el trompetista Art Hazzard (Juano Hernandez) un maestro y protector para triunfar en el mundo del jazz, Rick toca compulsivamente todas las horas del día y nunca deja la bolsa con la trompeta. Tendrá importancia en la historia Amy North (Lauren Bacall), con la que el trompetista mantendrá un romance, Willie "Smoke" Willoughby (Hoagy Carmichael), pianista amigo del trompetista, y Jo Johnson (Doris Day).

Cinta que escudriña en las obsesiones que se pueden convertir en cuasi-patológicas, haciéndonos ver que el protagonista era un tipo hecho de una pieza con su trompeta, de la que no se separaba, era su corazón y su alma, pero cual cine negro llega una pérfida femme fatale que le hace replantearse todo. Curtiz dota a su film de una grácil atmósfera jazzística, con las orquestas, los clubs, las improvisaciones, los tugurios, el humo siempre flotando en el aire, con momentos notables para los amantes del estilo musical, resaltando lo sombrío y tormentoso de estos ambientes nocturnos, aunque también resaltando el lado bueno, la amistad pura y el gusto por buscar la nota perfecta. Delinea buenos personajes secundarios (excepto a Amy), el mentor, el amigo fiel, y la mujer que le profesa un amor platónico, tiene un ritmo fluido en su primer tramo, aunque estancándose en su segundo. Un melodrama de singularidad por la importancia que se le da (para su tiempo, aun segregacionista) a la figura tutora de un negro, siendo elemento primordial.

Relato partido en dos desiguales: La primera nos relata en varias elipsis la niñez del protagonista, su orfandad, su soledad, como va a parar con su hermana (por cierto esta desaparece sin que sepamos porque de la historia), como siente el flechazo por la música jazz, su relación paterno-filial con Art. Se va formando su acética personalidad obsesiva e impulsiva, idealizando la música, no soportando imposiciones comerciales, como se desenvuelve en varias bandas, su relación con “Smoke” y Jo, ello con elipsis bien manejadas que aportan naturalidad, tramo que tampoco es que sorprenda o te punce, pero es bien llevada por el director; La segunda es su tara, arranca con su relación con la mantis Amy North, una relación vampírica en la que él lo da todo y ella lo va aniquilando espiritualmente. Este tramo no me resulta coherente con el carácter de Rick, en la primera parte no lo veo capaz de ser asfixiado, y menos con la química tan gélida que se establece entre los dos, no hay sensación de realismo, más bien de forzarlo todo, a agonizarse esto en un cuasi-bucle, te aleja de la pantalla, tampoco ayuda una Lauren Bacall fría e inexpresiva total, una roca por la que es complicado sentir algo; Luego está su tramo epílogo, donde se quiere dar una especie de redención tras la caída, este maravillosamente recreado haciendo de su descenso al abismo un cuadro gótico de imágenes subyugantes, convirtiendo Nueva York en un Averno sórdido.

El guionista Carl Foreman dijo en una entrevista que estaba muy insatisfecho del final impuesto por los productores, y es que consideraba poco valiente y acomodaticia la conclusión, me sumo a ello, me extiendo en spoiler.

Reseñable es para sus conservadores (leyes racistas aún había en varios estados USA) tiempos hollywoodienses que se haga un personaje vital a un tipo negro, creando un vínculo afectivo crucial con el protagonista, motor de muchas de sus reacciones, y lejos de la visión de figura cómica-paleta establecida en esos años. Hay otro elemento aún más políticamente incorrecto contextualmente, y es la velada insinuación de que el personaje de Amy North es cuando menos bisexual, una mujer atraída claramente por otras mujeres, llegando a decir que se iría a vivir con una pintora a París, dejando a su marido en Nueva York, tuvo que ser un shock para las biempensantes mentes de entonces, siendo esto censurado en varios países, lo pernicioso de esto es que esto es enfocado como algo negativo, la homosexualidad vista como algo retorcido que estrangula lkos buenos sentimientos del “noble” y “abnegado” protagonista, quedando maniqueo, sobre todo puesto frente al personaje de Jo Johnson, la bondad generosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La puesta en escena es excelente en su ambientación, con una estupenda dirección artística de Edward Carrere (“Al rojo vivo” o “Grupo Salvaje”), rodándose en exteriores de Los Ángeles y Nueva York, los interiores en los Warner Brothers Burbank Studios, recreando estos clubs, cafeterías, bares, el lúgubre hospital, ello con la fotografía de Ted McCord ("El tesoro de Sierra Madre" o "Al Este del Edén"), jugando con tonalidades dramáticas, con sombras, en grises, negros sólidos, con iluminación efectiva en los momentos musicales para resaltar lo importante, con contrapicados expresionistas (en el tramo de la caída al averno de Rick), con zooms vibrantes, y esto adornado con mucho humo de tabaco. Por supuesto pilar del film es su maravillosa música, como el omnipresente tema “Melancholy Rhapsody”, o las interpretaciones orquestales y canciones de Doris Day "I May Be Wrong", "With A Song In My Hearth", "The Very Thought Of You", haciendo las delicias de los degustadores del jazz.

Kirk Douglas demuestra su carisma y carácter impetuoso en un rol echo a su desbocada personalidad, da fondo psicológico a su Rick, pasional, idealista, desmedido, torturado, componiendo un esmerado arco de desarrollo desde su juventud ilusionada a su hastiada madurez, estando maravilloso y realista en sus recreaciones de tocar la trompeta. Lauren Bacall queda muy bella y elegante, pero crea a una distante y apasional mujer, nada creíble se sintiera atraído por este tempano Rick, quizás es que la actriz no entendió que hacia realmente de lesbiana frustrada. El pianista y compositor Hoagy Carmichael encarna a “Smoke”, fiel amigo de Rick, lo hace con espontaneidad y frescura, sirve también de narrador de los hechos, actor, músico y compositor además de amigo personal de Beiderbecke, para quien compuso temas como “Riverboat Shuffle”. . Juano Hernández hace estupendamente del mentor musical de Rick, aportando enormes dosis de humanidad y matices, tiene gran química en pantalla con Douglas. Doris Day cumple sin más en un complicado papel de enamorada callada de Rick, destaca sobre todo cantando temas como “With a Song in My Heart” o “I May Be Wrong”.

Spoiler:

Bix Beiderbecke murió alcoholizado a los 28 años, su edulcorado final redentor fue una imposición de los productores con vistas a atraer con su “happy end” más gente a las salas de proyección, esto no gustó a Foreman, que consideró su conclusión cobarde y chirriante.

Queda un film desequilibrado, pero apreciable en su sentido de reflexionar sobre las obsesiones que nos esclavizan y a la vez dan sentido a una vida. Fuerza y honor!!!
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