Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with TOM REGAN
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Críticas favoritas elegidas por TOM REGAN
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de TOM REGAN:
9

Voto de TOM REGAN:
9
8.6
64,443
Comedia
Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a ... [+]
2 de febrero de 2016
2 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
17/17(22/01/16) Charles Chaplin creó hace 80 años con este film imágenes que han pasado por derecho propio a ser Iconos del Séptimo Arte, una obra atemporal y universal, que produjo (con su compañía United Artists), escribió, protagonizó, compuso la música y editó (sin acreditar). Se inspira en su gira por Europa y USA para promocionar “Luces de ciudad” (1931), observó las duras condiciones laborales agravadas por la Gran Depresión. Chaplin nos regala por vez primera su voz en un largometraje cuando hacia el final lo escuchamos cantar un tema cómico de Léo Daniderff “Je cherche après Titine” (1917), pero en una versión personal ininteligible, galimatías conocido como "nonsense song", conteniendo un mejunje de palabras del francés e italiano, recurso este del galimatías que repetiría en su siguiente film, “El Gran Dictador” (1940) para los enardecidos discursos del tirano Hynkel. Asimismo aprovecha para jugar con sonidos sincronizados en algunos momentos, con lo hace en una alegoría en la que une la voz humana se asocia perniciosamente a la mecánica, se oyen las estridencias de máquinas, el bullicio de la gente, y se oye al jefe de la fábrica dar órdenes por pantalla, se oye por el disco al vendedor de la máquina de dar de comer, o por la radio en la prisión, asociándola a lo malo, como su creencia de que el sonido era malo para el cine, Chaplin pone en alza el arte de la pantomima, ensalza la expresividad corporal y gestual, el slapstick visual.
Te atrapa desde su brillante inicio con su enunciado sobreimpresionado leit-motive del film “Tiempos modernos. Una obra sobre la industria, la iniciativa individual y la cruzada humana en busca de la felicidad”, tras lo que vemos un puñado de ovejas, transmutándolas en su montaje en un gentío saliendo de la estación de metro dirigiéndose como autómatas al trabajo en sus fábricas, a esto sigue el contraste de ver a un hombre en su despacho, aburrido haciendo un puzle, es el jefe de una fábrica, ordena por una pantalla a su capataz que suba la velocidad del trabajo en cadena, y vemos una de estas cadenas obreras, apareciendo el Mítico Charlot ajustando a toda velocidad tornillos de unas piezas de metal antes de que lleguen al siguiente obrero con la misión de remacharlos, la alta velocidad le produce un tic, le sustituye otro obrero para descansar, yendo Charlot a los servicios, donde deben fichar para ver el tiempo que pierden, Charlot dentro enciende un cigarrillo, y de pronto en una gran pantalla en los servicios aparece el jefe llamándole la atención y vuelva a su quehacer, y ya nos tiene enganchados en esta fábula de carácter muy humanista.
Sátira que mana de su tiempo, de la Gran Depresión, con millones de parados, pobres, miseria, pero a la postre y con el paso de las décadas la historia se torna intemporal. Chaplin crea una dramedia, con su marca de hacer humor del drama, intenta sensibilizarnos una miscelánea entre la tristeza, el drama y el más genuino slapstick salido del cine mudo, coloca a su clásico personaje en una continua desventura, en medio de una era industrializada, aquí su nobleza, integridad, torpeza y mala suerte son puestas a prueba, deberá intentar adaptarse a una sociedad que le avasalla, sobrevivir en una era donde las máquinas deshumanizan, su mastodóntico tamaño parece empequeñecer al hombre, este se convierte en una pieza más de las máquinas. Mordaz crítica a la explotación del hombre por unos tiempos (modernos) mecanizados, la progresiva incorporación las máquinas al trabajo fue reduciendo la iniciativa individual, crítica social trazada con acidez, con mucha imaginación e inventiva, ataca con cinismo a los avances industriales, a la ambición de los ricos, a la despersonalización en el trabajo, al capitalismo salvaje, a la falta de libertad de los obreros en sus protestas, no en vano esta es una cinta con una gran capa de substrato político, no sé si comunista, pues en esto prevalece el bien colectivo, y Chaplin hace un canto al individualismo, a la persona como valor absoluto, a su libertad individual, de hecho la película se prohibió en la URSS, “Paraíso” comunista. Habla con ironía adusta de lo alienante que puede llegar a ser el capitalismo más despiadado, donde lo importante es cuanto mayor productividad mejor, y a cuanto menor coste mejor, para el resultado final sea el mayor beneficio posible, contrapuesto a las tensiones sociales obreras (manifestaciones o huelgas) aplacadas con dureza por las fuerzas policiales. Ensalza valores como la libertad, el valor, la nobleza, la justicia social, y sobre todo las ganas de seguir adelante siempre.
Se pueden encontrar referencias a films como a “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang, sobre todo en su inicio en la fábrica y en los avances futuristas mostrados, a "Á nous la liberté" de René Claire (1931), claramente se ven en la cadena de montaje, por esta incluso fue demandado por la compañía que la produjo. Toca otro tema que ya abordó en 1921 con “El Chico”, arremetiendo contra la deshumanizada burocracia de los servicios sociales que obligaban a separar a menores de la gente que les cuidaba para enviarlos, esto se da en “El Chico” y en “Tiempos Modernos”. Asimismo es destacable como en el film Chaplin es un precursor del ideario de George Orwell en su novela “1984” (1949), de cómo los obreros son vigilados de modo feroz. El film posee una estructura lineal episódica de set-pieces, para permitir a Chaplin desplegar su ingenio y gran vis cómica cual sketches, potenciando el encadenado de situaciones en increscendos que combinan con inteligencia la tensión y el humor, con coreografías y planificaciones prodigiosas. (sigue en spoiler)
Te atrapa desde su brillante inicio con su enunciado sobreimpresionado leit-motive del film “Tiempos modernos. Una obra sobre la industria, la iniciativa individual y la cruzada humana en busca de la felicidad”, tras lo que vemos un puñado de ovejas, transmutándolas en su montaje en un gentío saliendo de la estación de metro dirigiéndose como autómatas al trabajo en sus fábricas, a esto sigue el contraste de ver a un hombre en su despacho, aburrido haciendo un puzle, es el jefe de una fábrica, ordena por una pantalla a su capataz que suba la velocidad del trabajo en cadena, y vemos una de estas cadenas obreras, apareciendo el Mítico Charlot ajustando a toda velocidad tornillos de unas piezas de metal antes de que lleguen al siguiente obrero con la misión de remacharlos, la alta velocidad le produce un tic, le sustituye otro obrero para descansar, yendo Charlot a los servicios, donde deben fichar para ver el tiempo que pierden, Charlot dentro enciende un cigarrillo, y de pronto en una gran pantalla en los servicios aparece el jefe llamándole la atención y vuelva a su quehacer, y ya nos tiene enganchados en esta fábula de carácter muy humanista.
Sátira que mana de su tiempo, de la Gran Depresión, con millones de parados, pobres, miseria, pero a la postre y con el paso de las décadas la historia se torna intemporal. Chaplin crea una dramedia, con su marca de hacer humor del drama, intenta sensibilizarnos una miscelánea entre la tristeza, el drama y el más genuino slapstick salido del cine mudo, coloca a su clásico personaje en una continua desventura, en medio de una era industrializada, aquí su nobleza, integridad, torpeza y mala suerte son puestas a prueba, deberá intentar adaptarse a una sociedad que le avasalla, sobrevivir en una era donde las máquinas deshumanizan, su mastodóntico tamaño parece empequeñecer al hombre, este se convierte en una pieza más de las máquinas. Mordaz crítica a la explotación del hombre por unos tiempos (modernos) mecanizados, la progresiva incorporación las máquinas al trabajo fue reduciendo la iniciativa individual, crítica social trazada con acidez, con mucha imaginación e inventiva, ataca con cinismo a los avances industriales, a la ambición de los ricos, a la despersonalización en el trabajo, al capitalismo salvaje, a la falta de libertad de los obreros en sus protestas, no en vano esta es una cinta con una gran capa de substrato político, no sé si comunista, pues en esto prevalece el bien colectivo, y Chaplin hace un canto al individualismo, a la persona como valor absoluto, a su libertad individual, de hecho la película se prohibió en la URSS, “Paraíso” comunista. Habla con ironía adusta de lo alienante que puede llegar a ser el capitalismo más despiadado, donde lo importante es cuanto mayor productividad mejor, y a cuanto menor coste mejor, para el resultado final sea el mayor beneficio posible, contrapuesto a las tensiones sociales obreras (manifestaciones o huelgas) aplacadas con dureza por las fuerzas policiales. Ensalza valores como la libertad, el valor, la nobleza, la justicia social, y sobre todo las ganas de seguir adelante siempre.
Se pueden encontrar referencias a films como a “Metrópolis” (1927) de Fritz Lang, sobre todo en su inicio en la fábrica y en los avances futuristas mostrados, a "Á nous la liberté" de René Claire (1931), claramente se ven en la cadena de montaje, por esta incluso fue demandado por la compañía que la produjo. Toca otro tema que ya abordó en 1921 con “El Chico”, arremetiendo contra la deshumanizada burocracia de los servicios sociales que obligaban a separar a menores de la gente que les cuidaba para enviarlos, esto se da en “El Chico” y en “Tiempos Modernos”. Asimismo es destacable como en el film Chaplin es un precursor del ideario de George Orwell en su novela “1984” (1949), de cómo los obreros son vigilados de modo feroz. El film posee una estructura lineal episódica de set-pieces, para permitir a Chaplin desplegar su ingenio y gran vis cómica cual sketches, potenciando el encadenado de situaciones en increscendos que combinan con inteligencia la tensión y el humor, con coreografías y planificaciones prodigiosas. (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En su debe cabe reseñar que la historia peca de cierta redundancia, un y más y más, sin avanzar. Tampoco la relación que establece con la huérfana tiene peso, resulta sin química, no ves su amor, relación más platónica que de amor, no hay ni un beso, harto forzada, amor demasiado cándido, no emociona, parece metida con calzador, poco creíble que sea ella menor de edad, se ve talludita, poco verosímil la policía busque a la “huerfanita” desesperadamente cual criminal, estridente.
Puesta en escena notable, con un espectacular diseño de producción de Charles D. Hall (“Sin novedad en el frente”), sobre todo en lo concerniente a la fábrica y sus máquinas, con sus interiores. Música compuesta por Chaplin asistido por Alfred Newman, destacando el mítico tema romántico que años después se le dio letra convirtiéndose en “Smile” tarde se le dio la letra, se convirtió en "Sonrisa", popularizándolo muchísimos cantantes famosos, se añade la versión canción "Je cherche après Titine" de Daniderff, a cargo de Chaplin. La fotografía es de Roland Totheroh (“La quimera del oro”) e Ira H. Morgan, aportan sobriedad y ningún lujo estético, con profusión de planos generales buscando potenciar los slapstick y su visualidad.
Chaplin borda su clásico rol, con 47 años demuestra una gran agilidad y unas fenomenales dotes para el gag físico, desborda inocencia, dignidad, ternura, y mucha humanidad. De Paulette Godard no puedo decir lo mismo, no me la creo, la veo en un rol de menor que resulta inverosímil, vestida con un vestido que se nota un disfraz de pobre, es un papel equivocado que chirría. El resto de secundarios no tiene peso alguno.
Spoiler:
Momentos recordables, alguno mencionado: Todo el delirante tramo en la línea de trabajo de Charlot, jocoso en que en medio del frenesí de apretar tornillos aparece una mosca estorbando a Charlot, una coreografía delirante mientras intenta aguantar el ritmo de curro, o el Icono del Cine en que es tragado por la máquina y Charlot sigue apretando tornillos mientras circula por dentro del motor en lo que es una de las postales del Séptimo Arte, siendo expulsado por la maquina cual deshecho; Hilarante tramo, Charlot cogido cual cobaya humana para probar una máquina para dar de comer rápidamente a los obreros y de este modo economizar tiempo, planificada de modo Memorable; Gag picante para su época, Charlot alocado, sale de la fábrica con una llave de tornillos queriendo apretar todo, y aparece una mujer con un vestido con adornos de botones en el pecho...; Otro Icono del Cine es la secuencia en que Charlot coge del suelo de una calle una banderola roja que ha caído de un camión de carga, intenta avisar de la pérdida ondeándola, cuando de repente a su espalda aparece una manifestación obrera, surge la policía y ve al supuesto líder de la revuelta alzando la supuesta bandera comunista, impresionante de imaginación; El baile de patinaje de Charlot en unos grandes almacenes, con los ojos cerrados bordea el vacío de varios pisos sin darse cuenta en una coreografía otra vez fascinante; Momento onírico en que Charlot imagina su feliz vida con Ellen, todo tan bucólico como chistoso; El épico momento en que por fin se escucha la voz de Chaplin en un film, aunque sea inentendible, cantando la canción conocida como "nonsense song", versión de un tema de Léo Daniderff, “Je cherche après Titine”.
Recomendable a todos los que gusten cine de clásicos imperecederos, cine con mucho humor y a la vez con un tremendo sentido crítico. Un canto a la Individualidad. Fuerza y honor!!!
Crítica cercenada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/02/tiempos-modernos.html
Puesta en escena notable, con un espectacular diseño de producción de Charles D. Hall (“Sin novedad en el frente”), sobre todo en lo concerniente a la fábrica y sus máquinas, con sus interiores. Música compuesta por Chaplin asistido por Alfred Newman, destacando el mítico tema romántico que años después se le dio letra convirtiéndose en “Smile” tarde se le dio la letra, se convirtió en "Sonrisa", popularizándolo muchísimos cantantes famosos, se añade la versión canción "Je cherche après Titine" de Daniderff, a cargo de Chaplin. La fotografía es de Roland Totheroh (“La quimera del oro”) e Ira H. Morgan, aportan sobriedad y ningún lujo estético, con profusión de planos generales buscando potenciar los slapstick y su visualidad.
Chaplin borda su clásico rol, con 47 años demuestra una gran agilidad y unas fenomenales dotes para el gag físico, desborda inocencia, dignidad, ternura, y mucha humanidad. De Paulette Godard no puedo decir lo mismo, no me la creo, la veo en un rol de menor que resulta inverosímil, vestida con un vestido que se nota un disfraz de pobre, es un papel equivocado que chirría. El resto de secundarios no tiene peso alguno.
Spoiler:
Momentos recordables, alguno mencionado: Todo el delirante tramo en la línea de trabajo de Charlot, jocoso en que en medio del frenesí de apretar tornillos aparece una mosca estorbando a Charlot, una coreografía delirante mientras intenta aguantar el ritmo de curro, o el Icono del Cine en que es tragado por la máquina y Charlot sigue apretando tornillos mientras circula por dentro del motor en lo que es una de las postales del Séptimo Arte, siendo expulsado por la maquina cual deshecho; Hilarante tramo, Charlot cogido cual cobaya humana para probar una máquina para dar de comer rápidamente a los obreros y de este modo economizar tiempo, planificada de modo Memorable; Gag picante para su época, Charlot alocado, sale de la fábrica con una llave de tornillos queriendo apretar todo, y aparece una mujer con un vestido con adornos de botones en el pecho...; Otro Icono del Cine es la secuencia en que Charlot coge del suelo de una calle una banderola roja que ha caído de un camión de carga, intenta avisar de la pérdida ondeándola, cuando de repente a su espalda aparece una manifestación obrera, surge la policía y ve al supuesto líder de la revuelta alzando la supuesta bandera comunista, impresionante de imaginación; El baile de patinaje de Charlot en unos grandes almacenes, con los ojos cerrados bordea el vacío de varios pisos sin darse cuenta en una coreografía otra vez fascinante; Momento onírico en que Charlot imagina su feliz vida con Ellen, todo tan bucólico como chistoso; El épico momento en que por fin se escucha la voz de Chaplin en un film, aunque sea inentendible, cantando la canción conocida como "nonsense song", versión de un tema de Léo Daniderff, “Je cherche après Titine”.
Recomendable a todos los que gusten cine de clásicos imperecederos, cine con mucho humor y a la vez con un tremendo sentido crítico. Un canto a la Individualidad. Fuerza y honor!!!
Crítica cercenada por el límite de caracteres, ver íntegra en: http://tomregan.blogspot.com/2016/02/tiempos-modernos.html