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Voto de TOM REGAN:
6
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6
7.3
52,762
Thriller. Intriga. Drama
Justin Quayle (Fiennes) es un diplomático británico destinado en Kenya cuya mujer es asesinada junto a un hombre sospechoso de ser su amante, un activista defensor de los derechos humanos de la región. Quayle decide entonces investigar los asesinatos, y comienza a descubrir mucho más de lo que esperaba... (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2020
9 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
202/06(05/07/20) Film que cuando lo vi por primera vez me causó una muy buena impresión, sobre todo en su denuncia de como África puede ser un campo de pruebas ‘salvaje’ para hacer experimentos de grandes corporaciones internacionales, en este caso compañías farmacéuticas, y ello entrelazado a una bella historia de amor cuasi-necrófilo. Pero con el paso de los años la he vuelto a revisar y mi visión ha variado a ser una película muy condescendiente con los africanos, donde al parecer ellos (ósea, sus mandamases) no son culpables de nada, todo es pecado de los avariciosos y despiadados pan-colonialistas europeos, que sacaron sus banderas y ejércitos, pero continúan sus tentáculos capitalistas moviendo a su antojo todo. Y esto me es un enfoque reduccionista y muy parcial, y su mirada paternalista continua con que estos africanistas son tan ingenuos (no quiero utilizar una palabra ofensiva) que deben ser los blanquitos los que denuncien los males que a ellos le asolan, por supuesto fruto de los despiadados europeos. Todo muy sesgado y parcialista, falta dimensión y enraizar de las verdaderas causas, y es que por mucho que les desagrade no hay en África en solo país (bueno, uno, que es la excepción que confirma la regla, y no quiero decir ni el nombre, ni el porqué, pues sería alargarme demasiado) que se escape a ser una dictadura corrupta, o una democracia corrupta, o un estado fallido, y claro la culpa es de los europeos, alguna responsabilidad deben tener su gobiernos, o es que debemos verlos con esa condescendencia de que son mentalmente niños sin deberes algunos? Quedándome la sensación de que la película es un crítica furibunda contra el capitalismo globalista, pero todo ello cual mitin izquierdista facilón, sin ahondar en las causas reales, un panfleto para querer que los europeos nos sintamos malamente (puaj!). Pero cuando se va a responsabilizar a naciones independientes desde hace décadas de sus actos? Por cierto, no se puede extender un manto de negrura sobre las farmacéuticas, son empresas que buscan el beneficio, como todas, el ponerlas como el Pandemónium resulta hipócrita, pues es que la ‘aspirina’ de Bayer fue un invento de un Estado? Si es algo donde estas farmacéuticas son el reflejo de todas las grandes corporaciones como nuevo epítome del Imperialismo, solo viene a reforzar la idea de producto fílmico puesto al servicio de un demagogo mundo progre que viste con camisetas ‘Nike’.
Dirigido por (primera producción fuera de Brasil, en este caso británica) de Fernando Meirelles. Con guión de Jeffrey Caine (“Exodus: Dioses y Reyes”) se basa en la novela homónima de John le Carré de 2001, en lo que es una película que aúna romance, drama de denuncia, y thriller. Relato vertebrado sobre una historia de amor entre diferentes, arrancando de modo seco con la muerte de la mujer, Tessa (Rachel Weischz), a orillas de un desolado lago de Kenia, y con ello desplegándose una retrospectiva en flash-back (pastelosos) de como arrancó el romance de ella con un diplomático británico, Justin (Ralph Fiennes). Con ello vemos con la sensacional actuación de Fiennes como comienza a conocer a una mujer a la que apenas sabía nada de su vida, y de la que parece enamorarse de nuevo al auscultar su vida. Desarrollada de modo fragmentario, merced a una edición que va saltando de modo dramático de un tiempo a otro, ejemplo es que estamos viendo la primera vez que hacen el amor, y hay un corte para ver como Justin reconoce en la morgue el cadáver de Tessa. Ello en una realización de afán realista cercano al tono documental, apoyándose en una cámara en mano que da sensación de reportero de guerra, mezclado con potentes secuencias aéreas, donde se capta el caos y miseria en que viven en África (porque esa es otra, parece que las naciones africanas no existen individualmente. Cuando se habla de país de este continente hay que entender que se habla de todo él, es algo, como ya he mencionado, muy reduccionista) surtido el metraje de actores de gran calidad (Danny Huston, Bill Nighy o Pete Postlethwaite), que dan lo mejor de sí. Todo ello en un desarrollo bien urdido, que hace enganchar al espectador con sus constantes hilos sueltos, con sus giros, con la intriga, pero cuando todo se destapa mi sensación es de que todo estaba a la vista desde el inicio, no me siento sorprendido, esperaba algo más profundo y no que me digan que la rueda es redonda. Además su rush final resulta muy lírico visualmente en la parte de Justin, pero visto en retrospectiva me resulta incoherente (spoiler). La película fue un éxito crítico y de taquilla y obtuvo cuatro nominaciones al Oscar, ganando Mejor Actriz de Reparto por Rachel Weisz.
Estimulante el retrato de personalidad de Justin, tipo flemático, parece no sentir, ni padecer, tipo sereno, que tras la muerte de su esposa sufre un proceso de reconversión gradual muy bien llevado, sin aspavientos, donde volverá a conocer a su esposa Tessa, y en el proceso se sentirá que ha vivido en un mundo ataráxico en el que no se implicaba, y que (siguiendo un precepto hebreo) salvar a una persona puede ser salvar al mundo (esto reflejado de modo dual cuando Tessa le pide llevar a una abuela con su nieto a su poblado a muchos km. y Justin le dice que pueden llevar a todo el mundo. Pero en el tramo final él también quiere lleva en avión a una niña y el piloto le da las mismas explicaciones que el dio a su mujer). Este periplo psicológico Ralph Fiennes lo encarna con una enorme sutilidad, quiere reflejar nuestra mirada cándida ante los hechos que se nos van desplegando, ello con elegancia, parquedad de gestos, con una mirada que evoluciona, hasta su melancólico y orgulloso final.
Pero esta historia de amor cojea en sus flash-back, pues a Tessa nunca la veo enamorada de Justin, me resulta una aprovechada que utiliza al diplomático en sus ‘buenistas’ intereses. Ella es una idealista extremista, pasional en lo que defiende... (sigo en spoiler)
Dirigido por (primera producción fuera de Brasil, en este caso británica) de Fernando Meirelles. Con guión de Jeffrey Caine (“Exodus: Dioses y Reyes”) se basa en la novela homónima de John le Carré de 2001, en lo que es una película que aúna romance, drama de denuncia, y thriller. Relato vertebrado sobre una historia de amor entre diferentes, arrancando de modo seco con la muerte de la mujer, Tessa (Rachel Weischz), a orillas de un desolado lago de Kenia, y con ello desplegándose una retrospectiva en flash-back (pastelosos) de como arrancó el romance de ella con un diplomático británico, Justin (Ralph Fiennes). Con ello vemos con la sensacional actuación de Fiennes como comienza a conocer a una mujer a la que apenas sabía nada de su vida, y de la que parece enamorarse de nuevo al auscultar su vida. Desarrollada de modo fragmentario, merced a una edición que va saltando de modo dramático de un tiempo a otro, ejemplo es que estamos viendo la primera vez que hacen el amor, y hay un corte para ver como Justin reconoce en la morgue el cadáver de Tessa. Ello en una realización de afán realista cercano al tono documental, apoyándose en una cámara en mano que da sensación de reportero de guerra, mezclado con potentes secuencias aéreas, donde se capta el caos y miseria en que viven en África (porque esa es otra, parece que las naciones africanas no existen individualmente. Cuando se habla de país de este continente hay que entender que se habla de todo él, es algo, como ya he mencionado, muy reduccionista) surtido el metraje de actores de gran calidad (Danny Huston, Bill Nighy o Pete Postlethwaite), que dan lo mejor de sí. Todo ello en un desarrollo bien urdido, que hace enganchar al espectador con sus constantes hilos sueltos, con sus giros, con la intriga, pero cuando todo se destapa mi sensación es de que todo estaba a la vista desde el inicio, no me siento sorprendido, esperaba algo más profundo y no que me digan que la rueda es redonda. Además su rush final resulta muy lírico visualmente en la parte de Justin, pero visto en retrospectiva me resulta incoherente (spoiler). La película fue un éxito crítico y de taquilla y obtuvo cuatro nominaciones al Oscar, ganando Mejor Actriz de Reparto por Rachel Weisz.
Estimulante el retrato de personalidad de Justin, tipo flemático, parece no sentir, ni padecer, tipo sereno, que tras la muerte de su esposa sufre un proceso de reconversión gradual muy bien llevado, sin aspavientos, donde volverá a conocer a su esposa Tessa, y en el proceso se sentirá que ha vivido en un mundo ataráxico en el que no se implicaba, y que (siguiendo un precepto hebreo) salvar a una persona puede ser salvar al mundo (esto reflejado de modo dual cuando Tessa le pide llevar a una abuela con su nieto a su poblado a muchos km. y Justin le dice que pueden llevar a todo el mundo. Pero en el tramo final él también quiere lleva en avión a una niña y el piloto le da las mismas explicaciones que el dio a su mujer). Este periplo psicológico Ralph Fiennes lo encarna con una enorme sutilidad, quiere reflejar nuestra mirada cándida ante los hechos que se nos van desplegando, ello con elegancia, parquedad de gestos, con una mirada que evoluciona, hasta su melancólico y orgulloso final.
Pero esta historia de amor cojea en sus flash-back, pues a Tessa nunca la veo enamorada de Justin, me resulta una aprovechada que utiliza al diplomático en sus ‘buenistas’ intereses. Ella es una idealista extremista, pasional en lo que defiende... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
...Con momentos grimantes por lo forzado, como cuando interpela a Justin sobre la Guerra de Irak o cuando ‘sutilmente’ llama corruptos a dirigentes del gobierno keniata en medio de una fiesta, proclamas low-cost. La impostura falsaria del amor de ella por él es percibida en situaciones como el modo grotesco en que ella le pide casarse con él, poniendo de motivación que debe llevarla a Kenia, y como no son matrimonio, pues ya sabe lo que toca, el como calzonazos acepta. Una vez en Kenia el vive en burbuja donde incompresiblemente no se da cuenta de lo que hace su mujer, a pesar de que lo deja en evidencia en saraos, pues la sutileza no es virtud de ella. Tanto vive aislado de la realidad él, que la deja sin oponerse que viaje de un lado a otro de una ciudad caótica donde, aunque no se diga, reina el crimen, como en todos los suburbios, pero también la deja ir por todo el inhóspito país cual turista ingenua, para aderezarlo todo deja embarazada dé a luz en decrépito hospital keniata, en vez de aprovecharse de su cómoda situación y tenerlo en una clínica occidental, los caprichos agitprop de ella puestos por delante de la vida humana, así le va en el parto. Pero de él no sale una palabra de reproche, da fe de lo manso es el tipo. Todo esto me hace sentir ella no lo amaba, solo él era un instrumento para sus objetivos, ella tenía una agenda aparte de su marido que incluso no quería el supiera, no importándole esto provocara se ‘rieran’ de él porque lo creyeran un ‘cornudo’. De él se puede esperar la ame por su belleza, pero ella porque se siente atraído por él? No hay conexión alguna, más allá de que él es un medio para sus metas de activista, y como buena radical izquierdista no le importa la crean adultera o utilizar su cuerpo por un bien mayor, lo demuestra con Sandy (Danny Huston). La actriz la encarna de un modo temperamental y a la vez con ternura, pero no termino creérmela en sus comportamientos, no la veo enamorada de Justin, me chirría, por mucho que le dieran el Oscar a Mejor secundaria.
Entre los secundarios destaco a Danny Huston (hijo del gran John Huston), en un papel de artero amigo sibilino; Bill Nighy como politicucho de rostro amable que esconde a un ser implacablemente cruel; Y sobre todo al carismático Pete Postlethwaite en un rol de punta de lanza de los experimentos de las farmacéuticas, actuación inversamente proporcional a su tiempo en pantalla, formidable su credibilidad, teniendo la frase leit-motive del film, "Así es como el mundo folla con África (con las pruebas)".
Puesta en escena brillante, rodándose en Kenya, en Londres, y en Alemania; Esto realzado por formidable cinematografía César Charlone (“Ciudad de Dios”), con un cromatismo arenoso cuasi-lisérgico, con punzantes travellings, mucha cámara a hombros, con incisivas tomas aéreas, con angulaciones singulares, creando composiciones visuales de belleza turbadora de la miseria, así como hermosas tomas de la sabana africana, dando grácil impresión pictórica; Música neurálgica con melancólica música étnica creada por el donostiarra Alberto Iglesias (“Cometas en el cielo”), nominado al Oscar por una melodía vigorosa en su poder de estremecer en conjunción sibarita con las imágenes, una evocadora partitura, añadiéndose temas tradicionales como el espléndido " Kothbiro", entonado por Ayub Ogada.
Spoiler:
Un gran final para Justin, acepta con dignidad ser asesinado en el mismo lugar que Tessa, el Lago Turkana, levantándose sin mirar a sus ejecutores, cuando antes ha tirado la munición del arma, no va a haber lucha épica, muy lírico. Pero esto poéticamente resuelto tiene, analizado, bastante de incoherente, pues si quiere defender Justin el ‘legado’ de su mujer lo mejor es que lo haga el mismo, y no dejar a terceros que lo hagan mientras él se ‘suicida’, no tiene lógica.
Película que con la perspectiva del tiempo a mis ojos a perdido mucho, le veo unas grietas maniqueas con las que no comulgo, aun así tiene sus valores. Fuerza y honor!!!
Entre los secundarios destaco a Danny Huston (hijo del gran John Huston), en un papel de artero amigo sibilino; Bill Nighy como politicucho de rostro amable que esconde a un ser implacablemente cruel; Y sobre todo al carismático Pete Postlethwaite en un rol de punta de lanza de los experimentos de las farmacéuticas, actuación inversamente proporcional a su tiempo en pantalla, formidable su credibilidad, teniendo la frase leit-motive del film, "Así es como el mundo folla con África (con las pruebas)".
Puesta en escena brillante, rodándose en Kenya, en Londres, y en Alemania; Esto realzado por formidable cinematografía César Charlone (“Ciudad de Dios”), con un cromatismo arenoso cuasi-lisérgico, con punzantes travellings, mucha cámara a hombros, con incisivas tomas aéreas, con angulaciones singulares, creando composiciones visuales de belleza turbadora de la miseria, así como hermosas tomas de la sabana africana, dando grácil impresión pictórica; Música neurálgica con melancólica música étnica creada por el donostiarra Alberto Iglesias (“Cometas en el cielo”), nominado al Oscar por una melodía vigorosa en su poder de estremecer en conjunción sibarita con las imágenes, una evocadora partitura, añadiéndose temas tradicionales como el espléndido " Kothbiro", entonado por Ayub Ogada.
Spoiler:
Un gran final para Justin, acepta con dignidad ser asesinado en el mismo lugar que Tessa, el Lago Turkana, levantándose sin mirar a sus ejecutores, cuando antes ha tirado la munición del arma, no va a haber lucha épica, muy lírico. Pero esto poéticamente resuelto tiene, analizado, bastante de incoherente, pues si quiere defender Justin el ‘legado’ de su mujer lo mejor es que lo haga el mismo, y no dejar a terceros que lo hagan mientras él se ‘suicida’, no tiene lógica.
Película que con la perspectiva del tiempo a mis ojos a perdido mucho, le veo unas grietas maniqueas con las que no comulgo, aun así tiene sus valores. Fuerza y honor!!!