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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Intriga El hijo único de Charles Thenier muere atropellado por un conductor que se da a la fuga. Decidido a encontrar al criminal, empieza a investigar por su cuenta. Poco después, conoce a una mujer que podría ser la cuñada del culpable. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
342/15(16/12/23) Sugestivo thriller criminal dirigido por Claude Chabrol, adapta la novela “La bestia debe morir” (1938) de Nicholas Blake (alias del poeta Cecil Day-Lewis, padre del actor Daniel Day-Lewis), de la que en 1952 ya se rodó una versión en Argentina dirigida por Román Viñoly Barreto con Narciso Ibáñez Menta en el papel del padre vengador. En lo que es una radiografía ácida sobre el veneno de la venganza, donde lo que prima es la tensión ambiental cortante, las reflexiones existenciales, por encima de cualquier tipo de acción, deconstruyendo la complejidad entre el Bien y el mal.

Un chico (Stéphane Di Napoli) es atropellado y muerto por un conductor que huye. Su padre, Charles Thenier (Michel Duchaussoy), decide investigar y tratar de encontrar al criminal por su propia cuenta. Poco después comienza a relacionarse con una actriz que podría ser cuñada (Caroline Cellier) del asesino. En principio, Thenier finge enamorarse de ella, pero a la larga se genera un vínculo afectivo. Al ser invitado a la casa familiar del asesino, Paul Decourt (Jean Yanne), enseguida se da cuenta que es un tipo que tiene cualidades negativas para ser una "bestia". Su propio hijo (Marc Di Napoli) tiene tanto odio por su padre que llega a preguntarle a Thenier porque no lo mata.

Arranca con la escena de un niño pescando en solitario al amanecer a la orilla del mar, escena que se intercala con la de una pareja a bordo de un Ford Mustang negro circulando a toda prisa por una comarcal y acaba la secuencia con ambos (niño y coche) convergiendo en un pueblo, vemos como el coche atropella (y mata) al niño y se da a la fuga. A continuación, vemos los títulos de crédito e inmediatamente después vemos a un tipo sentado en la parte de atrás de un taxi escribiendo algo en una libreta que a través de la voz en off de sus pensamientos sabemos que son las siguientes frases: “Voy a matar a un hombre, no conozco ni su nombre, ni su dirección, ni su apariencia, pero lo encontrare y lo matare… Cuando lo encuentre, no lo mataré de inmediato… Lo conoceré y saborearé mi venganza”.

Nos atenemos al habitual estilo del cineasta parisino, una cadencia serena, proyectando un estado de ánimo frio, dejando que el poso de la narración de los pensamientos en off del protagonista cale en el espectador, pero sin apasionamiento, de un modo directo, donde el dolor se le supone, pues nunca se exterioriza en impulso alguno, siendo un tipo con solo un objetivo en la vida que es matar. Con ello Chabrol vuelve a uno de sus mantras que es la crítica a la indolencia de la burguesía, ataca a la institución del matrimonio como una forma de sumisión de la mujer, ataca a la institución de la familia como algo cainita, un nido de víboras enfrentadas unas a otras. Introduce un elemento disfuncional en la familia del asesino en este vengador alienante que pretende vampirizarlos, para ello se viste de buena persona para ir tendiendo su telaraña sobre la prole, sobre todo en el hijo. Ello expresado con énfasis en rostros gélidos, en miradas sensibles, donde la intensidad es constante.

Los pensamientos omniscientes del protagonista se traducen en un diario que escribe escrupulosamente, seco y adusto traduce sus anhelos, ahí es donde se refuerza en su idea al denominar deshumanizadoramente como Bestia a su objetivo a eliminar. Texto escrito que en el tramo final toma crucial y ambigua importancia, pero que sin embargo Chabrol termina por hacer diáfana la conclusión, lo que resta poder de profundidad y complejidad (spoiler) al resultado final. Siendo bueno el tramo final, podría haber sido mejor añadiendo las dosis de dejar al espectador que fuera el que juzgara que ha pasado, pero al darlo masticado resta.

Además de la tara mencionada hay más que baja la nota. Empezando por ese juego de casualidades infinitas que llevan al prota a dar con el asesino, esto me chirría y mucho. Lo de que Charles conozca a la cuñada del asesino, una bella actriz y esté sola este bellezón, y ella termine enamorada de él, y encima pasemos al manido de que él se enorme de ella, me resulta de un ajado que me hace torce el gesto. La forma en que Charles empuja a Helen a que sea invitado a la casa del cuñado me resulta metido con fórceps. El asesino no lo es, pues fue un accidente, su crimen fue huir. La presentación del ínclito Paul Decourt me ha sido caricaturesca, sin matices un tipo despreciable, no hay sutilidad alguna, con una actuación por su parte guiñolesca en su maldad. La relación que nos pintan de Paul con su hijo me es aparatosa y más su reacción contando a un tipo que acaba de conocer que mate a su padre, reacciones propias de una mala opereta. Y las actuaciones son de lo más asépticas, cumplidoras en su nivel máximo, no hay carisma en nadie, meros caracteres superficiales a los que no infunden demasiada alma los intérpretes. Ah, y la adre del niño fallecido? Por que no hablan de ella una sola vez. Es viudo Charles?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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