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Voto de TOM REGAN:
9
Voto de TOM REGAN:
9
2000 

6.5
34,323
Animación. Aventuras. Comedia
1959, Inglaterra. En el gallinero de la Granja Tweedy, la gallina Ginger sueña con un espacio más amplio y con la libertad. Cada día, intenta sin éxito escaparse del corral. La valiente Ginger se arma de paciencia y trata de hacer comprender a sus emplumadas amigas que la verja no está en torno a la granja, sino en sus mentes. Sus esperanzas se renuevan cuando un gallo americano, Rocky, aterriza en el corral. Ginger ve entonces en él al ... [+]
18 de octubre de 2017
18 de octubre de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
243/14(16/10/17) Excelente producción británica en animación stop-motion, dirigida por Peter Lord y Nick Park (creadores de los formidables cortos “Wallace & Gromit”, con siete nominaciones al Oscar y tres ganados) primer largometraje de Aardman Animations y primera producida en asociación con Dreamworks Animation, co-financió y distribuyó la película. Ambientada en Yorkshire, Inglaterra en 1961, narra la aventura de un grupo gallinas en su eterno intento por escapar de una granja. Mediante la paciente y ardua técnica de animación fotograma a fotograma (stop motion), Park y Lord, facturan un film realizado con mimo por el detalle, se usaron 30 juegos de plastilina y látex, con 80 animadores trabajando junto con 180 personas, se completó un minuto de película con cada semana de filmación (cada animador capaz entregar 3 segundos diarios de material rodado). Para muñecos se usan dos escalas, para lograr necesario detalle, mayoría de planos de gallinas tienen 23 cm de altura y humanos 35 cm; para planos generales se usan modelos más pequeños, para crear los decorados, se ocuparon más de 10.000 metros cuadrados de los estudios Aardman en Bristol. Se suma un guión ingenioso, divertido y con mucha aventura de Karey Kirkpatrick (“Guía del autoestopista galáctico” o “Las crónicas de Spiderwick”), sobre una historia original de los directores, parodiando con ingenio títulos clásicos como “La Gran Evasión” (1963), “Traidor En El Infierno” (1953), “La leyenda del indomable” (1967), “El vuelo del Fénix” (1965), o “Tiempos Modernos” (1936). Con unos personajes maravillosamente construidos, con sus matices, con hondura moral, defectos, aristas, muy cercanos en sus imperfecciones, desarrollando un relato trepidante de principio a fin, en el que sabe conjugar el humor infantil con el de adultos, resultando una mezcla fascinante y cautivadora, sumándolo a un encantador espíritu épico de aventura con acción vibrante, con sus dosis de romance y de terror, nos sumerge en una clásica historia carcelaria. Tras su escaparate infantil se hallan reflexiones sobre las ansias de libertad, la lucha contra la tiranía, sobre el coraje y la cobardía, sobre el trabajo en equipo, sobre la amistad y la traición, sobre la crueldad hacia los animales. El doblaje original contiene voces de prestigio como Mel Gibson, Miranda Richardson, Imelda Staunton o Timothy Spall, pero en castellano hacen un gran trabajo Ramón Langa (Rocky), Olga Cano (Ginger), Claudio rodríguez (Fowler), o el genial dúo cómico Gomaespuma (Guillermo Fesser & Juan Luis Cano) como los carismáticos ratones “consíguelo-todo”, además de adaptando algunos anglicismos al argot de la cultura popular patria maximizando el humor y haciéndolo más próximo, con jugosos juegos de palabras.
En algún lugar de Inglaterra en década 1950, estamos en la Granja “Tweedy's Egg”, donde las gallinas conviven en unos barracones rodeados por una cerca (tipo campo de concentración nazi). Los dueños son el orondo Mr. Tweedy (voz original de Tony Haygarth, en castellano Eduardo Moreno), que patrulla la granja con fieros sabuesos, mientras la rígida y cruel Mrs. Tweedy (Miranda Richardson v.o., en cast. Amparo Soto), es la encargada de la contabilidad. Entre las gallinas destaca la líder Ginger (Julia Sawalha v.o., en cast. Olga Cano), siempre ideando nuevos planes para escapar con todas juntas del gallinero, ello con la ayuda de la ingeniosa Mac (Lynn Ferguson v.o., en cast. Carolina Montijano). Tendrá importancia en la historia personajes como Fowler (Benjamin Whitrow en v.o., en cast. Claudio Rodríguez), gallo veterano de la RAF; La gran gallina mamá Bunty (Imelda Staunton en v.o., en cast. Yolanda Pérez Segoviano) y la ingenua Babs (Jane Horrocks en v.o., en cast. Begoña Hernando); el fanfarrón y artero gallo Rocky (Mel Gibson en v.o., en cast. Ramón Langa); y la pareja de ratones vende-de-todo Nick (Timothy Spall en v.o., en cast. Guillermo Fesser) y Fetcher (Phil Daniels en v.o., en cast. Juan Luis Cano).
La cinta homenajea, que no ridiculiza, el género carcelario, saca humor con esmero y mucha mordacidad, ello en una evolución prodigiosa en el tempo narrativo, con picos fenomenales, con pausas deliciosamente llevadas para dar fondo a los personajes, para darles tridimensión, sabiendo confrontar las ganas de libertad, la ternura, solidaridad, amistad de las gallinas, confrontándolo al sadismo de los villanos, en lo que se puede ver como una especie de “Rebelión en la granja” de George Orwell, se puede extraer subrepticiamente una sub-lectura sobre el (eterno) choque entre Capitalismo (salvaje) representado en los crueles Amos de la Granja, y enfrente el Comunismo (en el buen sentido idealizado del palabro), representado en el trabajo en equipo por un objetivo colectivo, la individualidad frente a la fuerza de la sociedad. Asimismo el argumento se sirve de enfrentar dos caracteres tópico, el de la sempiterna flema británica representada en el veterano y marcial gallo del corral, frente al extrovertido, arrogante y espíritu aventurero del estadounidense joven gallo Rocky.
Muy sagaz convertir un gallinero en una extrapolación de un campo de concentración (nazi), con sus barracones, alambradas, perros guardianes, celdas castigo de aislamiento, incluso en caso de no cumplir (con la cuota de huevos) te llega la ejecución (brillante en el modo fuera de campo [muy manejado por los directores este sugestivo recurso] a través de la siniestra sombra en que lo percibimos), convirtiendo a unas gallinas en sufridoras heroínas, simpáticas y empáticas, sabiendo dotarlas de ternura, de enorme expresividad. Esto sirve para infundir en subliminal estado bélico de lucha por la supervivencia, donde la única salida (épica) posible es el intentar huir para vivir.
En algún lugar de Inglaterra en década 1950, estamos en la Granja “Tweedy's Egg”, donde las gallinas conviven en unos barracones rodeados por una cerca (tipo campo de concentración nazi). Los dueños son el orondo Mr. Tweedy (voz original de Tony Haygarth, en castellano Eduardo Moreno), que patrulla la granja con fieros sabuesos, mientras la rígida y cruel Mrs. Tweedy (Miranda Richardson v.o., en cast. Amparo Soto), es la encargada de la contabilidad. Entre las gallinas destaca la líder Ginger (Julia Sawalha v.o., en cast. Olga Cano), siempre ideando nuevos planes para escapar con todas juntas del gallinero, ello con la ayuda de la ingeniosa Mac (Lynn Ferguson v.o., en cast. Carolina Montijano). Tendrá importancia en la historia personajes como Fowler (Benjamin Whitrow en v.o., en cast. Claudio Rodríguez), gallo veterano de la RAF; La gran gallina mamá Bunty (Imelda Staunton en v.o., en cast. Yolanda Pérez Segoviano) y la ingenua Babs (Jane Horrocks en v.o., en cast. Begoña Hernando); el fanfarrón y artero gallo Rocky (Mel Gibson en v.o., en cast. Ramón Langa); y la pareja de ratones vende-de-todo Nick (Timothy Spall en v.o., en cast. Guillermo Fesser) y Fetcher (Phil Daniels en v.o., en cast. Juan Luis Cano).
La cinta homenajea, que no ridiculiza, el género carcelario, saca humor con esmero y mucha mordacidad, ello en una evolución prodigiosa en el tempo narrativo, con picos fenomenales, con pausas deliciosamente llevadas para dar fondo a los personajes, para darles tridimensión, sabiendo confrontar las ganas de libertad, la ternura, solidaridad, amistad de las gallinas, confrontándolo al sadismo de los villanos, en lo que se puede ver como una especie de “Rebelión en la granja” de George Orwell, se puede extraer subrepticiamente una sub-lectura sobre el (eterno) choque entre Capitalismo (salvaje) representado en los crueles Amos de la Granja, y enfrente el Comunismo (en el buen sentido idealizado del palabro), representado en el trabajo en equipo por un objetivo colectivo, la individualidad frente a la fuerza de la sociedad. Asimismo el argumento se sirve de enfrentar dos caracteres tópico, el de la sempiterna flema británica representada en el veterano y marcial gallo del corral, frente al extrovertido, arrogante y espíritu aventurero del estadounidense joven gallo Rocky.
Muy sagaz convertir un gallinero en una extrapolación de un campo de concentración (nazi), con sus barracones, alambradas, perros guardianes, celdas castigo de aislamiento, incluso en caso de no cumplir (con la cuota de huevos) te llega la ejecución (brillante en el modo fuera de campo [muy manejado por los directores este sugestivo recurso] a través de la siniestra sombra en que lo percibimos), convirtiendo a unas gallinas en sufridoras heroínas, simpáticas y empáticas, sabiendo dotarlas de ternura, de enorme expresividad. Esto sirve para infundir en subliminal estado bélico de lucha por la supervivencia, donde la única salida (épica) posible es el intentar huir para vivir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La puesta en escena resulta magnífica con una composición de figuras impresionantes, sin buscar la bonito, experimentando con la imperfección, jugando deliberadamente con el feísmo, con la semi-oscuridad, con el tenebrismo, con esas secuencias de miradas al horizonte rebosantes de homéricos sueños de libertad, con un cromatismo exuberante, gracias a la excelente fotografía de Phil Lewis (“Wallace & Gromit: La maldición de las verduras” o “Piratas!”), que se adentra por momentos en el goticismo expresionista. Sumándose un montaje eléctrico-vibrante que se amolda al score de John Powell (“Como entrenar a tu dragón” o “The Bourne identity”), y Harry Gregson-Williams (“Shrek” o “Marte”), rebosando de ritmos marciales inspirados en la partitura que Elmer Bernstein compuso para “La Gran evasión”, provocando un sentido epopéyico-bélico maximizado.
Los personajes son una delicia en su caracterización: Ginger es una líder intrépida, valiente, soñadora, idealista, muy buena; Rocky es un gallo bravucón, engreído, ligón, fiestero, buscavidas, lo que viene a ser un gallito, pero con algún fantasma en el armario, estupendo antihéroe; Fowler un veterano ex militar de rígido carácter siempre dispuesto a contar una batallita, entrañable; Mac es la gallina materia gris, la que inventa todo tipo de gadgets para intentar escapar; Está el binomio de ratas , unos codiciosos ansiosos de huevos, dos traficantes de todo lo posible, dos secundarios de lujo que quizás merecieran un spin-off, arrolladores en su verborrea y desparpajo cómico; Los villanos, diferentes pero compenetrados, la Sra. Tweedy especie de Rottelmeier más tiesa que un palo, sádica, brutal, sin sentimientos, manipuladora, avariciosa, y su esposo, el Sr. Tweedy, un calzonazos mangoneado por su mujer, el guardián de la granja, entre los dos componen una pareja de rasgos cuasi de Quijote y sancho panza, divertidísimos en su malicie.
Spoiler:
Momentos recordables: El impetuoso e imaginativo arranque con todo un popurrí de intentos de huida de las gallinas que una y otra vez tienen como epílogo a su fracaso que Ginger va a parar a la celda de aislamiento; La reunión nocturna de las gallinas en que hacen una prueba del próximo intento de huida, se muestra una mini-catapulta, un nabo hace de gallina, y este es impactado contra una pared, desintegrándose y dejando el rostro helado delas gallinas espectadoras; La frase de una de las gallinas ante el requerimiento de imaginación para un plan de huida, pidiendo algo que nunca hayan realizado, a lo que una inocentemente dice “deberíamos intentar no huir como medio para escapar…”, delirante inocencia; La fascinante irrupción del gallo Claudio en el gallinero; El brutal momento en fuera de plano en que los granjeros Tweedy cortan el cuello con un hacha a una gallina que no cumple con su cuota de huevos; El colosal tramo en que los Tweedy van a convertir con su nueva máquina a Ginger en pastel de carne, entonces Rocky va al rescate, derivando en una gimkana apoteósica dentro de la maquinaria, en una avasalladora mezcla del espíritu de ”Tiempos modernos” e “Indiana Jones”, de esta última hay un brillante guiño cuando coge su gorro jugándose la mano-ala bajo la puerta; El sugestivo montaje paralelo entre el arreglo de dicha maquinaria por parte de los Tweedy y la construcción por las gallinas del avión que debería ayudarlas a escapar, esto en un fenomenal guiño a “El vuelo del Fénix”; El Magno clímax donde toda la magia visual se pone al servicio de la tensión e intensidad frenética, con un increscendo de encadenado de situaciones glorioso, siendo tremebundo ese duelo final en las alturas entre Ginger frente a la Sra. Tweedy, HOMÉRICO!
Film recomendable a todo el mundo que guste de pasar un rato ameno, divertido, y entusiasta vitalistamente. Fuerza y honor!!!
Los personajes son una delicia en su caracterización: Ginger es una líder intrépida, valiente, soñadora, idealista, muy buena; Rocky es un gallo bravucón, engreído, ligón, fiestero, buscavidas, lo que viene a ser un gallito, pero con algún fantasma en el armario, estupendo antihéroe; Fowler un veterano ex militar de rígido carácter siempre dispuesto a contar una batallita, entrañable; Mac es la gallina materia gris, la que inventa todo tipo de gadgets para intentar escapar; Está el binomio de ratas , unos codiciosos ansiosos de huevos, dos traficantes de todo lo posible, dos secundarios de lujo que quizás merecieran un spin-off, arrolladores en su verborrea y desparpajo cómico; Los villanos, diferentes pero compenetrados, la Sra. Tweedy especie de Rottelmeier más tiesa que un palo, sádica, brutal, sin sentimientos, manipuladora, avariciosa, y su esposo, el Sr. Tweedy, un calzonazos mangoneado por su mujer, el guardián de la granja, entre los dos componen una pareja de rasgos cuasi de Quijote y sancho panza, divertidísimos en su malicie.
Spoiler:
Momentos recordables: El impetuoso e imaginativo arranque con todo un popurrí de intentos de huida de las gallinas que una y otra vez tienen como epílogo a su fracaso que Ginger va a parar a la celda de aislamiento; La reunión nocturna de las gallinas en que hacen una prueba del próximo intento de huida, se muestra una mini-catapulta, un nabo hace de gallina, y este es impactado contra una pared, desintegrándose y dejando el rostro helado delas gallinas espectadoras; La frase de una de las gallinas ante el requerimiento de imaginación para un plan de huida, pidiendo algo que nunca hayan realizado, a lo que una inocentemente dice “deberíamos intentar no huir como medio para escapar…”, delirante inocencia; La fascinante irrupción del gallo Claudio en el gallinero; El brutal momento en fuera de plano en que los granjeros Tweedy cortan el cuello con un hacha a una gallina que no cumple con su cuota de huevos; El colosal tramo en que los Tweedy van a convertir con su nueva máquina a Ginger en pastel de carne, entonces Rocky va al rescate, derivando en una gimkana apoteósica dentro de la maquinaria, en una avasalladora mezcla del espíritu de ”Tiempos modernos” e “Indiana Jones”, de esta última hay un brillante guiño cuando coge su gorro jugándose la mano-ala bajo la puerta; El sugestivo montaje paralelo entre el arreglo de dicha maquinaria por parte de los Tweedy y la construcción por las gallinas del avión que debería ayudarlas a escapar, esto en un fenomenal guiño a “El vuelo del Fénix”; El Magno clímax donde toda la magia visual se pone al servicio de la tensión e intensidad frenética, con un increscendo de encadenado de situaciones glorioso, siendo tremebundo ese duelo final en las alturas entre Ginger frente a la Sra. Tweedy, HOMÉRICO!
Film recomendable a todo el mundo que guste de pasar un rato ameno, divertido, y entusiasta vitalistamente. Fuerza y honor!!!