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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama En los años treinta Celestine (Jean Moreau), una joven parisina, entra a trabajar como doncella en casa de una familia aristocrática en Normandía. Su presencia alterará la vida de los excéntricos residentes de la mansión. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2019
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
179/19(29/12/18) Entretenida, sugestiva aunque esquemática y obvia primera producción gala del aragonés Luis Buñuel, incidiendo en el mantra buñueliano arremeter contra la burguesía y la clase alta, contra su decadencia moral, pero a la vez no dejando esperanza cuando descubre las miserias de la clase baja, más ansiosa de trepar que de acabar con las diferencias. El guión es del propio realizador junto a Jean-Claude Carrière (se guarda un pequeño rol como el cura), con el que trabaja por vez primera de las seis en que lo hicieron (aunque muchos más de sus proyectos se quedaron en el cajón), aquí adaptan la novela homónima de 1900 de Octave Mirbeau. Es un relato con clara tendencia político activa que mezcla en una atmósfera malsana el drama, comedia, thriller, y sobre todo crítica social contra el Capitalismo y la Religión, dos elementos que el director veía asociados al fascismo. Una narración enmarcada en la década de 1920 donde el fascismo en Europa galopaba a sus anchas extendiéndose como un virus. Vemos la acción a través de los ojos de la recién llegada a la mansión Monteil, y con ella somos testigos de sus vicios, perversiones, despotismo, abusos de poder, fetichismos, voyeurismo, e incluso pedofilia. Como es habitual en Buñuel introduce animales (caballos, gallinas, ocas, vacas, perros, ratones, y hasta insectos como abejas, hormigas, mariposas y unos caracoles colocados en una escena perturbadora) en sus historias a modo de hacernos ver que no somos tan lejos de serlo nosotros. Buñuel vuelve a hablarnos de que la Condición humana es ser dominado por nuestros deseos.

Céléstine (Jeanne Moreau) es una bella sirviente de modales refinados que llega desde París, a una casona campestre en la que habitan el mandamás del lugar, el Señor Rabour (Jean Ozenne), vejete fetichista de los zapatos femeninos, su hija la Señora Monteil (Françoise Lugagne), una frígida y maniática de la limpieza, y el Señor Monteil (Michel Piccoli), esposo de la anterior y siempre presto a buscar el sexo que su mujer dice no poder ofrecerle -por un supuesto “dolor” pélvico- en las sirvientas que llegan al hogar, las que su compañera debe despachar después vía sumas considerables de dinero para que se vayan en silencio. Completando el panorama bien bizarro que debe sobrellevar, la treintañera también se topa con Marianne (MargueriteDupuy), una criada muy sumisa y algo discapacitada a nivel mental, Joseph (Georges Géret), el cochero militante de extrema derecha de la casa, su amigo el Sacristán (Bernard Musson), una nena llamada Claire (Dominique Sauvage) que suele visitar la propiedad y finalmente un par de vecinos bastante extraños, el Capitán Mauger (Daniel Ivernel), quien está peleado con el Señor Monteil y por eso gusta de tirar piedras y basura hacia su residencia, y Rose (GilberteGéniat), su criada/ amante regordeta.

Los dardos buñuelescos tienen un amplio espectro atacando a la ociosa burguesía en su hipocresía, culto a las falsas apariencias, sus vicios, sus prejuicios, su esnobismo, ello con el amparo de la Iglesia, a la que hace cómplice de sostener este status. Ello el director de Calanda lo desarrolla con habitual estilo en turbador entre malsano y poético (bucólico-terror, es el tramo en ese bosque por el que una niña juega y un “lobo” anda cual depredador en celo), con escenas cautivadoras y a la vez febriles, reflejando un submundo de personajes tóxicos y disfuncionales (se dan cita pedófilos, sádicos, fetichistas, asesinos, fetichistas, frígidos, racistas, advenedizos, lujuriosos,…), ninguno se salva, son mezquinos, miserables, retorcidos, ello salpicado de un humor ácido y sombrío.Presos de códigos que los hacen infelices e intentan saltárselos, la represión sexual frente al libertinaje, la religión frente al fetichismo, la bondad frente a la envidia.

Film partido en dos fondos tonales, y es que la primera parte parece estamos ante una comedia negra, sobre las “excentricidades” de la burguesía, sobre conservadurismo moral demagogo. A mitad de camino se produce un vil crimen que deriva en una thriller de sospechas. Este cambio de tono se torna naif cuando nos damos cuenta que a Buñuel este asunto solo le importa para hacer llevar a sus personajes al límite y que salga su verdadero carácter. Pero esta subtrama se vuelve incongruente y falta de solidez, pues las reacciones de los protagonistas son confusas y poco verosímiles, ejemplo es cuando Celestine acusa a Joseph del crimen y este responde con una declaración de amor, me chirría.

Roles cada uno representa una debilidad humana: Celestine es la clase baja, claro ejemplo de la misoginia de Buñuel, donde las mujeres son sensuales, son objeto del deseo de hombres que ellas manipulan a su antojo, provocando que sus bajos instintos sean los hilos que ellas mueven cual femme fatales. En este caso no es diferente, una fémina inteligente que sabe dar cuerda a los hombres para poder aprovecharse de ellos, una mujer velada en su personalidad, que no terminamos de saber si es una arribista o una justiciera (al final todo queda nítido). Jean Moreau la encarna de modo fenomenal, con ambigüedad, con sutilidad, con coqueteos, con mirada encantadora, pero que no se sabe si es una nihilista o una cazafortunas; Su antítesis es Joseph, el mayoral de la hacienda, un radical político chauvinista, de ideas fascistas, antisemitas, militarista, anti-comunista, y con tendencias proxenetas, tipo de predica el orden y el clasismo que emana también de la Iglesia. También tiene sus dosis de sádico, reflejado cuando retuerce hasta matar a un ganso, aseverando a Celestine “cuanto más sufre, mejor sabe. Además, me gusta”; Monsieur Rabour es un viejo fetichista que se aprovecha de su condición para saciar sus parafilias con los pies femeninos y el calzado. Jean ozone lo encarna con una mezcla de viejo verde y ternura, muy bueno;... i8sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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