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Voto de TOM REGAN:
10

Voto de TOM REGAN:
10
2009 

Documental, Intervenciones de: Jacques Perrin, Lancelot Perrin
8.0
12,865
Documental. Drama
Surcar los mares a 10 nudos cazando atunes, acompañar a los delfines en sus inverosímiles piruetas, nadar con el gran tiburón blanco, hombro, contra aleta... es como ser un pez más entre ellos. Después de la película "Le peuple migrateur", Jacques Perrin y Jacques Cluzaud nos transportan, gracias unas novísimas técnicas de rodaje, a lo más intrincado de los océanos para descubrir allí a unas criaturas marinas ignoradas y desconocidas. ... [+]
18 de agosto de 2010
18 de agosto de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
205/19(23/07/10) Majestuoso documental sobre la vida en los océanos, los cineastas galos, expertos en documentales que ya hicieron ‘Nómadas del viento’, nos regalan el trabajo documental de más presupuesto de la historia, unos 50 millones de euros, rodándose en más de 50 territorios distintos, haciendo falta 4 años para realizarla. La cinta es a la vez un tributo y una denuncia, algo tan de moda en este tiempo cuando se toca un tema relativo a la naturaleza. La película es un colosal canto a la vida marina, con escenas que sobrecogen, que emocionan, que te hacen sentir que estas buceando entre este mágico universo, ayudadas por una magnífica fotografía (han sido muchos los cinematógrafos) y adornadas por la deliciosa música del gran Bruno Coulais. La obra es una sucesión de imágenes de una belleza visual descomunal, desde el principio hay un hilo argumental, intenta ser una obra didáctica y para ello empieza con unos niños corriendo por una playa, se paran para contemplar el mar, es la mirada de la inocencia, es la visión de aquellos que son el futuro, los que deben cuidar nuestro insignificante planeta, para después iniciar este épico viaje por el Océano. Vemos salvajes olas rompiendo salvajemente contra acantilados, saltamos a las Islas Galápagos para pasear entre iguanas, disfrutamos con una espléndida danza de cienes de medusas, salimos a la superficie para disfrutar de un grupo enorme de delfines desplazándose rápidamente, mientras van saltando, continuamos con lo que es el ciclo de la vida en el que un escuadrón de alcatraces realizan espectaculares picados en el agua, como si cohetes fuesen, en pos de su alimento en forma de peces, al festín se le unen ballenas y tiburones, saltamos a una escena más apacible como es el placentero deslizamiento de ‘mantas marinas’ bajo el mar cual nave espacial fuera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Admiramos una coreografía extraordinaria como es la de un infinito banco de peces que se mueven en espiral asemejándose a un tornado, vemos inmensas ballenas jugando en la superficie, saltando y dando golpes con sus enormes aletas, tornamos al cruel pero necesario ciclo de la vida en una brutal escena en la que un tiburón caza a una foca, así como una Orca busca atrapar también focas cerca de la orilla, se desplaza dejando sobre la superficie su tenebrosa aleta, preludio de muerte, nuevo giro en este marino relato, pasamos a ver exóticos animales acuáticos, saltamos a la playa, en la que unas tortugas reciennacidas se ven en la obligación de hacer una desesperada carrera de supervivencia para llegar al mar, pues unas aves intentan que sean su alimento, hasta que aparece al mayor destructor de este armónico ecosistema, ‘El humano’, que en su despiadado afán consumista no repara en todo el daño que provoca, escenificado en varias escenas, una de ellas desgarradora, es la de unos pescadores devolviendo al mar a un tiburón aún vivo, pero sin aletas, con lo que cae hasta el fondo, donde se mueve y desangra en una irremediable agónica muerte, así como somos testigos de la devastadora contaminación a la que se abocan los mares, el halo de esperanza viene dado por unos que bucean entrañablemente junto a ballenas, también vemos a otro que bucea al lado de un inmenso tiburón blanco, se pone el vello de punta, el epilogo es uno de los niños que al principio miraba el mar, esta vez viendo un grandioso acuario, para después este niño contemplar la Tierra desde un mirador en el espacio, metáfora de lo que puede pasar si no salvaguardamos el planeta. El resultado del conjunto una descomunal postal que intenta hacernos ver lo que tenemos y a la vez lo que nos estamos arriesgando a perder. Fuerza y honor!!!