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Voto de TOM REGAN:
4
Truman
Voto de TOM REGAN:
4
Drama. Comedia Julián y Tomás, dos amigos de la infancia que han llegado a la madurez, se reúnen después de muchos años y pasan juntos unos días inolvidables, sobre todo porque éste será su último encuentro, su despedida. (FILMAFFINITY)
5 de mayo de 2016
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
83/03(04/05/16) Sobrevalorado trabajo de Cesc Gay, me encuentro contracorriente frente a un film alabado por la crítica en general, mis esperanzas eran notorias, primero por las referidas loas, por su pareja protagonista y por ser el Goya del año al mejor film. Mis esperanzas se han ido difuminando a medida que avanzaba el metraje, he chocado con que lo leído de que era film nada sensiblero ni maniqueo era justo lo contrario, una obra artificiosa, forzada, sentimentaloide, con momentos de vergüenza ajena, con otros impostados, con diálogos poco naturales, con situaciones grimantes, con personajes que de buenistas rozan la estupidez. Una edulcorada propuesta que caer en todos los errores y más que podía caer al tratar el tema de una enfermedad terminal, intenta sortear la lágrima fácil, la sensiblería y a cada paso que da se hunde más y más, machacándonos una y otra vez con que tiene cáncer, no pasan cinco minutos sin que salga a colación, la sutilidad es algo que brilla por su ausencia más que un día soleado en el Sahara. La supuesta oda a la amistad me queda plúmbea, sin fuerza alguna, con una construcción de personajes más plana que una mesa camilla, nada sabremos de su pasado, de momentos en los que se forjó su camaradería, todo más vacío que mi caja fuerte, con lo que su relación cojea por todos lados. Un almibarado drama que intenta transmitir buen rollo, buenas intenciones, en una superficial y metida con calzador radiografía de cómo afrontar el adiós, sobre lidiar con los miedos, pero donde debería haber emotividad hay frialdad, confunden debería haber humor hay falta de ideas, donde debería haber dignidad hay autovictimismo. Me ha sido decepcionante su desarrollo en base a viñetas nada originales, a confrontamientos chirriantes, a charlas de pretendida profundidad que emiten desnaturalidad. Todo sumado me da una obra de nula hondura, con constantes subrayados, con continua condescendencia, con excesiva autocomplacencia.

Ricardo Darín está bien, como en él es habitual, aún así hay algunos momentos en que le encuentro forzado en sus diálogos, siento que al igual que yo se los cree. Javier Cámara resulta tan inexpresivo como inane, sin atisbo de emocionalidad, siempre con el mismo gesto, insípido. Dolores Fonzi como la prima tiene la tarea de enseñar cacho del modo más gratuito posible. Oriol Pla como el hijo de Julián demuestra que debería escoger en el Erasmus una profesión muy, pero muy lejana a la actuación, menudo carapalo. Destacar las apariciones de grandes actores en papeles cuasi-testimoniales, solo destacaría en su carisma a Eduard Fernández, el resto meros presencias bulto, como Pedro Casablanc, Silvia Abascal, Javier Gutiérrez o José Luis Gómez. Ah, y Trlio en el complicado rol de Truman, el perro, la alegoría de la amistad y la importancia de no estar solo, tan falto de emoción como el film.

En una historia que se dice que no es sensiblera no se hace más acudir a los recursos más rancios para empujar a emocionarte, un sinsentido, resulta que Tomás (Javier Cámara), el gran amigo de Julián (Ricardo Darín) que vive en Madrid, se entera de que este tiene cáncer, vive en Canadá y decide ir a visitarlo en la última vez que lo verá vivo, cuatro días (porque no más), menuda birria de colega, y Julián en vez de hacer una celebración de la vida con Tomás, hacer por no hablar de la enfermedad y recordar viejos tiempos, irse de fiesta, divertirse a fin de cuentas, NOOOO!... (continua en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... Lo lleva a visitar al oncólogo para que escuche que ha decidido dejar la quimio y morir, por que hacer pasar a Tomás por este mal trago? Principalmente porque todo el film es desde el punto de vista de Tomás y tenemos que enterarnos de primera mano de su decisión y así emocionarnos con su supuesta dignidad, y un copón! Lo lógico es que llames a la consulta y digas que otro día irás, y mientras disfrutar de tiempo con tu amigo, pero el film en su sutilidad apenas quiere hablar de la enfermedad para no forzarnos a compadecernos de Julián (trato de ser sarcástico). Julián lleva a Tomás al veterinario para darle la vara al pobre con la psicología de los chuchos ante la pérdida de su dueño (seguimos sin mencionar la enfermedad, jajá!), ello con un dialogo más antinatural Sergio Ramos en una biblioteca, luego seguimos con el perro llevando Julián de tour a Tomás en busca de una familia adoptiva para su perro (Truman, el que da título al film), todo estridente, rezuma impostura. Julián lo lleva a un restaurante donde arremete contra un matrimonio que no le ha saludado, por según él, tener cáncer, y es que el film resulta muy sutil tocando el tema de la nefasta enfermedad (trato de ser sarcástico, pues no hacen más que restregar una y otra vez el temita de marras), en otro restaurante un amigo se compadece de él por tener la susodicha enfermedad (que raro, otra vez con la enfermedad letal, si apenas la mencionan), le añaden que este “amigo” fue “corneado” por Julián para hacerlo más melodramático. En el colmo de lo chusco y maniqueo, un insulto a la inteligencia, una escena que sirve por sí sola para denigrar este producto, me refiero a la visita a la funeraria, pero que necesidad tiene Julián de llevar al amigo aquí? Porque no hacer esta triste visita cuando Tomás se haya marchado? NO!!! Había que empozoñarnos aún más en la que Julián se iba a morir, por si no nos lo hubieran restregado ya suficientemente, un recurso que me causa nauseas de forzado y sensiblero. Van a visitar al hijo de Julián a Amsterdam y este recibe a su padre como a un apestado, y para colmo luego sabremos que sabía de su estado terminal. Un despropósito tras otro. Una noche a las 4 de la madrugada Julián llama al hotel a Tomás y este que ha recorrido medio mundo para verlo le contesta displicentemente, sabiendo que Julián necesita hablar. El modo tan chusco en que el dueño del teatro lo despide por estar enfermo, menuda escenita sin pies ni cabeza, empezando porque nadie se puede creer que Julián no se le haya dicho que tiene cáncer, pero si le falta ir con un megáfono anunciándolo por la calle. O Julián y lo rata que es, un aprovechado colosal, un tipo que es protagonista en una exitosa obra de teatro en Madrid, dice no tener dinero alguno y va gorroneando una y otra vez a Tomás, dando una imagen patética de él, llegando a sacarle dinero de la cartera para dárselo al hijo, menudo padre. Tenemos la cenita entre Julián, la prima de este Paula (Dolores Fonzi) y Tomás, donde Julián debe seguir con la matraca de su autovictimismo, soltando que piensa suicidarse cuando empiece a sufrir, y es que Julián demuestra a mi modesto entender poca dignidad, necesitando que se compadezcan de él permanentemente. Y cuando parece que no se pueden amontonar más tropelías nos cuelan una escena de cama con menos sentido que pensar que Fernando Alonso ganará este año la F1, menudo tramo estrafalario, es que había que meter una escena de sexo y que lo hubieran hecho Julián y Tomás era políticamente incorrecto? Un desvarío que encima despoja de dignidad y orgullo a Tomás, engañando a su esposa, dejando aparte el modo burdo en que se enrollan.

Decepcionante y habla muy mal del año de cine hispano si esto es lo mejor que salió del 2015, sé que voy contra la mayoría, pero igual es que estos son los súbditos del Emperador y su traje mágico que solo podían ver los inteligentes. Fuerza y honor!!!
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