Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
You must be a loged user to know your affinity with TOM REGAN
Voto de TOM REGAN:
8
Noche de circo
Voto de TOM REGAN:
8
Drama Albert, el propietario de un circo, abandona a su familia para entregarse a Anne, una orgullosa y apasionada amazona que mantiene relaciones esporádicas con un joven y neurótico actor. Pero el circo es un desastre y Albert y su compañera se ven obligados a mendigar para sobrevivir. (FILMAFFINITY)
7 de diciembre de 2023 Sé el primero en valorar esta crítica
319/21(28/12/23) Notable e intenso drama dirigido y guionizado por el más aclamado en esta labor de los suecos, Ingmar Bergman. Lo he visto con motivo del 70 aniversario de su estreno (14/09/1953), y me he encontrado con un film radiante en su poder de transmitir emociones, indagando en aquello de la tristeza que esconden tras su aparatoso maquillaje los payasos, extendido esto a lo que hay en la trastienda de los circos (universo circense y compañías de feriantes revisitadas en posteriores títulos por Bergman en "El Rostro" o "El Séptimo Sello"), esos espectáculos ambulantes que pretenden transmitir a los públicos buen rollo y alegría vital, pero que en su patio trasero esconde traumas y resquemores turbios. Es una Batalla de Sexos cargado de víctimas, autopsia de las bajas pasiones, una farsa trágica punzante, nadie sale bien parado, un fresco ácido sobre este micro universo, expuesto por el realizador de Uppsala con sordidez ambiental, apoyado en una puesta en escena gótica, potenciada por la formidable cinematografía en glorioso b/n de Sven Nykvist, en lo que era su primera colaboración demostrando un trabajo sensacional. En 1953, debido a la indisposición de Gunnar Fischer, director de fotografía habitual de Bergman, Nyskist tuvo la oportunidad de trabar por primera vez con él aquí, a partir de este momento y debido a una conexión especial que se produjo con el director, Nykvist pasó a ser uno de los integrantes del equipo técnico de Bergman (le gustaba trabajar siempre con un grupo fijo y reducido de personas de confianza). Nykvist exhibe una estética funesta, con planos que recuerdan a su posterior albor en “El Séptimo Sello” (ejemplo es esa caravana de carrozas avanzando sobre el horizonte en el alba), deudora la fotografía del expresionismo alemán, jugando con los claroscuros, ello punteado por primeros planos demoledores dramáticamente, con mucha toma de reflejos en espejos, con planos secuencia descriptivos.

Esta una cinta oscura, agria, malsana, enmarañándonos en una telaraña adusta donde el director del circo, no tiene ni para ropa, le ruega a su mujer que le deje volver a casa, la amazona (con la que el director está ‘amancebado’) se malvende a un pomposo actorzuelo de teatro, el payaso es un pobre cornudo, el oso es ya no sirve para actuar por viejo. Todo sumido en una red de engaños, egoísmo, desengaños, traiciones, amores fatales, violaciones, rechazos, infidelidades, ello explorando el dolor y la desesperanza, el deseo y el masoquismo, la degradación sexual, asistido por diálogos puntiagudos, radiografiando con saña la retorcida naturaleza humana, profundizando en la psicología humana compleja, donde la dignidad y la humillación son líneas difusas. Ello en el escenario de un circo (Circo Alberti), poblado de seres dañados, esto remarcado por el amargo prólogo de la mujer ninfomaníaca del payaso exhibiéndose lujuriosa ante unos soldados en la playa, un circo acuciado por la escasez de dinero, no tiene ni ropas para los desfiles, con un oso viejo, apaleados en los pueblos, humillados por un productor teatral, es un erial de ilusión, solo un huir hacia delante por inercia, donde se contempla incluso el suicido para escapar. También se puede entender como una reflexión sobre el duro oficio del artista. Y Bergman dejando sus marcas por todos los fotogramas, incluso con esos monólogos existencialistas que aquí (no siempre es así) quedan engarzados de forma estremecedora. Todo en un crescendo emocional tenso que se desborda en su acerbo rush final.

Comienza con un prólogo desgarrador con la historia del payaso Frost, descubre que una bella dama que se baña desnuda es en realidad su esposa. El dueño del Circo Alberti, Albert, y su amante, Anne (Harriet Anderson), se enfrentan a dificultades financieras y problemas de relación. Piden ayuda a un director de teatro, quien insulta su apariencia, pero les presta ropa. Anne se encuentra con un hombre llamado Frans, que la persigue a pesar de su rechazo. Los miembros del circo se enfrentan a la humillación y la confiscación de los caballos por parte de la policía. Anne le ruega a Albert que no la deje, pero él sigue decidido a regresar con su esposa.

Tiene un arranque evocador con los protagonistas, pues taremos con el despertar Alberti y su pareja en una caravana, emitiendo dulzura y placidez. Pero todo esto es un trampantojo, pues tras este bucólico inicio, primero Albert contará la historia, que veremos en flash-back, donde el payaso Frost (Anders Ek) del circo es vejado por su esposa Alma (Gudrun Brost), a la que descubre contoneándose desnuda en el agua del mar cual pastel a ser devorado por un grupo de militares, parece ser que sufre taras mentales la mujer, ello expuesto bellamente en imágenes poéticamente enfermizas con ese Frost llevándola a su esposa en brazos a contra sol, filmado con saturaciones de sol que transmiten niveles pesadillescos. Tras ello nos hundiremos poco a poco en el drama de la pareja protagónica con los celos, resquemores, infidelidades, mentiras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tiene momentos mostrados con enorme crudeza, como es la visita al teatro para pedir ayuda con los trajes, donde el director del mismo, Sjuberg (Gunnar Björnstrand), desprecia con saña a los circenses, diciéndole que los del teatro arriesgan mucho más que los artistas de circo, ellos ponen en un brete su orgullo, mientras los otros solo ponen en riesgo sus vidas, dejando claro por omisión que los circenses carecen de dignidad. Esto es un dardo afilado de Bergman contra un medio en el que él trabajo muchísimo a lo largo de su vida; la charla entre Albert y Anne previa a que él visite a su ex esposa Agda (Annika Tretow), en un crescendo emocional punzante; la parada circense por el pueblo anunciando su espectáculo, que termina con ellos vejados por la policía cual parásitos; como Albert se viste con sus mejores galas para visitar a su ex y a su hijo, este no le reconoce. Él se humilla pidiéndole volver y ella lo rechaza de forma flemática; la visita de Anne al pedante actor Franz (Hasse Ekman) y como este termina abusando de ella y al final timándola, escena rodada con un gusto por las tomas retorcidas brillante, con ello trasladando al espectador un estado de ánimo incómodo; la actuación circense que culmina con el duelo entre Albert y Franz, todo un canto a los perdedores, sangrante; el poderoso rush final con Albert frente al espejo (ello en modo circular, pues comienza así), spoiler.

Albert Johansson es encarnado por un sensacional Ǻke Grönberg, es el dueño del ruinoso circo, que amenaza con desmoronarse. Tiene de amante a una amazona, está en crisis vital, y pretende en principio abandonar a su pareja, sin decírselo y volver con su ex, pero es un perdedor. El actor es arrollador en su rol muy similar en su expresividad al Emil Jannings de “El Último” o al de “El Ángel Azul”, vemos su caída al vacío a cámara lenta expresada de modo fascinan te en su rostro. En realidad, él es el oso del circo, en el ocaso de su vida; Harriet Andersson es fenomenal como Anne, una belleza sensual ardiente, capaz de transmitir una gran convulsión de mundo interior, una pobre mujer a la que todos humillan en su inocencia, su amante la quiere dejar, y el tipo en quien pretende apoyarse abusa sexualmente de ella, y con ello deprende una tremenda dulzura de joven dañada por el mundo; Hasse Ekman es perversamente viscoso como el melifluo reptil Franz; Gunnar Björnstrand como Sjuberg está maravilloso como el arrogante dueño teatral con labia viperina; Anders Ek como el payaso triste Frost borda su papel de forma vigorosa; Annika Tretow como Agda, impregna de seguridad en sí misma, de dignidad y mucha contención a su papel de ex esposa (en realidad lo siguen siendo, pero se separaron hace mucho), la forma en que trata con displicencia la vista de Albert es prueba de ello.

Spoiler:

El rush final con Albert encerrado en su caravana con una pistola a punto de pegarse un tiro mientras se mira al espejo es trémula. Entonces decide de forma violenta que debe matar al oso, cuando es al animal decadente al que al parecer ha visto en el cristal reflejado, él es el oso. Tras ello, hay una elipsis y vemos la caravana de carrozas surcar de nuevo, como al inicio el horizonte al contraluz, cual condena del Mito de Sísifo, donde deben de volver a subir la piedra por la pendiente una vez más. ‘Show must go on’.

Me queda una muy notable obra, de las que cala emocionalmente en la disección de la Condición Humana. Gloria Ucrania!!!

Últimas películas visitadas
Wakaba Girl (Serie de TV)
2015
Masaharu Watanabe
Muñeca reina
1971
Sergio Olhovich
arrow
Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
Se muestran resultados para
Sin resultados para