291/20(22/10/23) Mediocre film de acción de artes marciales, solo recomendable a los incondicionales del mito Bruce Lee, muy por encima su fama de lo que merece su cine, entre flojo y malo (siendo benévolo). Recuerdo que en mi niñez era aficionado a este tipo de cine, y ahora me doy cuenta que era por que es muy infantiloide, propio de mentes muy simples, de preescolar por lo menos. Este que me atengo lo he visto por tener un legendario combate, Bruce Lee vs Chuck Norris, esto se da en el clímax del film y con el vistoso escenario del Coliseo de Roma, aunque esto en los prolegómenos, pues la lucha en sí brilla es en un decorado cartón piedra. El bueno de Norris era entonces campeón Mundial de Karate, no dice una sola palabra en su papel, y sobre todo destaca por no ser amigo de la depilación, luciendo un matorral de vello que pareced grotesco, siendo en la parte superior de la espalda cual osito caricaturesco. Para más inri la coreografía de este combate no me ha parecido nada espectacular, muy ordinaria, sin épica alguna, por mucho melodramatismo que le quieran incrustar en su rush final, me resulta artificiosa. Y es que tiene los defectos de toda la cinta (y de la mayoría del sub género) en las peleas, y es que se nota demasiado que nunca se dan, se ve como se rozan únicamente, y esto lo intentan sustituir por una labor de edición de sonido aparatosa, ridícula, los golpes humanos no suenan así, es muy chusco.

Bruce Lee produce, guioniza, dirige (la única que dirigió en solitario) y protagoniza, un film con un argumento propio un niño con acné, inverosímil. Todo el deux machine es que, en la capital italiana de Roma, un chino (Chung-Hsin Huang) ha abierto un restaurante, y un mafioso local (Jon T. Benn) quiere comprarle el local, pero el dueño se niega, por lo que le presionan violentamente, por lo que el chino llama a su primo de Hong Kong Bruce Lee, aquí llamado Tang Lung para que le defienda. Porque quiere comprarle el restaurante no se sabe, simplemente es así y punto. Como no se sabe porque no utilizan pistolas en sus combates, o cuchillos, simplemente peleas sin más armas que en una escena unos nunchakus, en otra un palo, y esos especie de lápices que lanza Lee cuial si fuera Robocop por su puntería. Y como he dicho las coreografías me han resultado muy manufacturadas, con un Bruce Lee omnipotente frente a los numerosos rivales que se le enfrentan, aparte queda la manía de enfrentarse a él todos a la vez, si no caballerosamente de uno en uno (¿?). Me es grimante la forma de pelear de Bruce Lee, muy guiñolesco, parece una parodia de sí mismo, luciendo músculos, con grititos aquí y allí, saltitos, con poses chuscas, me parecen propias de un sketch malo descartado de José Mota. Al parecer hay una sub trama donde Lee defiende su arte marcial del Kung fu y frente a los malos que son partidarios del kárate (Chuck Norris es el epítome), no me pidáis que diga que diferencias hay entre uno y otro, pues amén de no explicarse en la cinta, me importa un bledo. Por supuesto no hay diálogos mínimamente pasen el filtro de adultos, todo un sinfín de situaciones bochornosas en las idas y venidas de malos y buenos, secuestros, intentos de francotirador del todo a un euro.

Encima es un despropósito en el tono. Pues en casi todo el film es más bien de comedia ligera (se supone debemos reírnos cuando Bruce Lee pide todo el repertorio de la carta de un restaurante, esto debe ser para Bruce humor inteligente ¿?), donde nos colocan a un malo malísimo Ho (Ping-Ou Weigay), de vergüenza ajena en su amaneramiento (puaj!). Pero en el rush final comienzan a haber muertos, pero de una forma burlesca, donde ya los personajes parecen poseídos por un mono con dos pistolas y se comportan cual perro borracho sin sentido alguno, como pollo sin cabeza. También nos meten con calzador algo cercano a un romance de Lee con una chica italiana (Malisa Longo).