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Voto de EL ATENEISTA:
8
Voto de EL ATENEISTA:
8
7.0
86,120
Fantástico. Aventuras. Acción
Precuela de la trilogía "El Señor de los Anillos", obra de J.R.R. Tolkien. En compañía del mago Gandalf y de trece enanos, el hobbit Bilbo Bolsón emprende un viaje a través del país de los elfos y los bosques de los trolls, desde las mazmorras de los orcos hasta la Montaña Solitaria, donde el dragón Smaug esconde el tesoro de los Enanos. Finalmente, en las profundidades de la Tierra, encuentra el Anillo Único, hipnótico objeto que será ... [+]
28 de diciembre de 2012
28 de diciembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace diez años la crítica y el público se rendían a los pies de Peter Jackson. El poder que había adquirido hacía recordar a un Cecil B. De Mille a bordo de una carroza romana, convertido en un emperador dispuesto a conquistar no sólo los horrendos campos de Moldor si no el viejo imperio de Hollywood.
Con su trilogía de El señor de los anillos demostró que todavía se podían hacer mega producciones de carácter épico con un alto impacto entre el ciudadano de a pie. Poco importaba que los nombres de los personajes, castillos, imperios y países salidos de la mente de Tolkien proliferaran como hongos después de la lluvia, los muchachos estaban dispuestos a aprender a hablar si era posible el idioma de Sauron o recitar de memoria los conjuros de Saruman con tal de sentirse parte así sea un momento de ese universo.
Una década ha pasado y Peter Jackson ha vuelto a sus dominios. De entrada sabía al peligro al que se exponía. Va a ser muy difícil convencer a su público que esta película no tiene nada que ver con su trilogía. Tolkien escribió El hobbit como un cuento para su hijo. El escrito que no rebosa las cincuenta páginas está ante todo cargado de humor. No existe como en El señor de los anillos una lucha férrea entre el bien y el mal, es solo la búsqueda de los enanos por recuperar su amada Erebor, ahora en manos de un temible Dragon que ha llegado hasta allí atraído por el oro que guardaba celosamente su rey. Para recuperar el reino Gandalf ha pensado en Bilbo Bolson. Si bien los Hobbits no se caracterizan por su espíritu guerrero tienen unos pies y un corazón grande; a veces eso puede ser suficiente para vencer cualquier cosa… incluso a un terrible Dragón Tira Fuego.
El reto de Jackson era volver ese relato corto en una trilogía. No creo que esto tenga nada que ver con lo que se pudiera recoger en taquilla (Cifra que sin duda no va a ser una bicoca) si no a su ego coppoliano. Lo anterior no es una crítica. Al cine de nuestros días lo que le hace falta es precisamente eso, alguien que se arriesgue, que ponga sus millones en sus sueños y que luche, como un Hobbit, contra los gigantes de la industria que imponen a como de lugar sus criterios. Jackson ha convertido las primeras 20 páginas del libro en una espectacular película de tres horas, cargada de diálogos inteligentes, situaciones extremas llenas de resoluciones ingeniosas, magos adictos a las sustancias alucinógenas y un dragón al cual tememos pero que aún no hemos visto.
A pesar de todo esto y a un día de haberse estrenado mundialmente las críticas no son las mejores. La gente al parecer había pagado la boleta para volver a ver a Frodo retozar con sus amiguitos en una de las camas de la tierra media. Acusan al Hobbit de ser demasiado larga, de que hay tantos nombres que uno no puede hacer otra cosa que confundirse, de que hay demasiados diálogos y poca acción, cosa que por supuesto nos alegramos porque no existe nada que nos pueda confundir más que esas batallas. Claro que hay momentos de acción y de tensión, lo que hace Peter Jackson es dilatarlos para crear el suspenso necesario y cuando sea el momento lo deja rodar como un tronco en llamas y TRAS! El impacto es más contundente.
Eso sí, con unanimidad se dijo que la imagen de la película era una belleza lo cual no es un elogio menor teniendo en cuenta de que el cine es un arte audiovisual. La música conserva la potencia de la trilogía y por momentos la supera. Esa canción de los enanos añorando Erebor te pone los pelos de punta así nunca hayas pasado vacaciones en ese país.
Yo en realidad no sentí en ningún momento las cacareadas tres horas. Estuve todo el tiempo con Bilbo y Gandalf sumergido en la aventura, riéndome de los chistes, disfrutando de las conversaciones y haciendo fuerza porque los desterrados vuelvan a su hogar. Me desligué por completo de El señor de los anillos y comencé a sentirme parte de esta nueva aventura, menos densa que la anterior pero a la vez más entrañable y divertida.
Con El hobbit Peter Jackson vuelve a demostrar que es un maestro, algo que empezamos a dudar después de el desperdicio de King Kong y la simplona Desde mi cielo de un cuento ha podido construir una trilogía de nueve horas. No sé ustedes pero desde ya me apresto a seguir la aventura de estos enanos con su poderoso mago y su valiente Hobbit.
No escuchen a sus vecinos, no lo duden, vayan a verla.
Con su trilogía de El señor de los anillos demostró que todavía se podían hacer mega producciones de carácter épico con un alto impacto entre el ciudadano de a pie. Poco importaba que los nombres de los personajes, castillos, imperios y países salidos de la mente de Tolkien proliferaran como hongos después de la lluvia, los muchachos estaban dispuestos a aprender a hablar si era posible el idioma de Sauron o recitar de memoria los conjuros de Saruman con tal de sentirse parte así sea un momento de ese universo.
Una década ha pasado y Peter Jackson ha vuelto a sus dominios. De entrada sabía al peligro al que se exponía. Va a ser muy difícil convencer a su público que esta película no tiene nada que ver con su trilogía. Tolkien escribió El hobbit como un cuento para su hijo. El escrito que no rebosa las cincuenta páginas está ante todo cargado de humor. No existe como en El señor de los anillos una lucha férrea entre el bien y el mal, es solo la búsqueda de los enanos por recuperar su amada Erebor, ahora en manos de un temible Dragon que ha llegado hasta allí atraído por el oro que guardaba celosamente su rey. Para recuperar el reino Gandalf ha pensado en Bilbo Bolson. Si bien los Hobbits no se caracterizan por su espíritu guerrero tienen unos pies y un corazón grande; a veces eso puede ser suficiente para vencer cualquier cosa… incluso a un terrible Dragón Tira Fuego.
El reto de Jackson era volver ese relato corto en una trilogía. No creo que esto tenga nada que ver con lo que se pudiera recoger en taquilla (Cifra que sin duda no va a ser una bicoca) si no a su ego coppoliano. Lo anterior no es una crítica. Al cine de nuestros días lo que le hace falta es precisamente eso, alguien que se arriesgue, que ponga sus millones en sus sueños y que luche, como un Hobbit, contra los gigantes de la industria que imponen a como de lugar sus criterios. Jackson ha convertido las primeras 20 páginas del libro en una espectacular película de tres horas, cargada de diálogos inteligentes, situaciones extremas llenas de resoluciones ingeniosas, magos adictos a las sustancias alucinógenas y un dragón al cual tememos pero que aún no hemos visto.
A pesar de todo esto y a un día de haberse estrenado mundialmente las críticas no son las mejores. La gente al parecer había pagado la boleta para volver a ver a Frodo retozar con sus amiguitos en una de las camas de la tierra media. Acusan al Hobbit de ser demasiado larga, de que hay tantos nombres que uno no puede hacer otra cosa que confundirse, de que hay demasiados diálogos y poca acción, cosa que por supuesto nos alegramos porque no existe nada que nos pueda confundir más que esas batallas. Claro que hay momentos de acción y de tensión, lo que hace Peter Jackson es dilatarlos para crear el suspenso necesario y cuando sea el momento lo deja rodar como un tronco en llamas y TRAS! El impacto es más contundente.
Eso sí, con unanimidad se dijo que la imagen de la película era una belleza lo cual no es un elogio menor teniendo en cuenta de que el cine es un arte audiovisual. La música conserva la potencia de la trilogía y por momentos la supera. Esa canción de los enanos añorando Erebor te pone los pelos de punta así nunca hayas pasado vacaciones en ese país.
Yo en realidad no sentí en ningún momento las cacareadas tres horas. Estuve todo el tiempo con Bilbo y Gandalf sumergido en la aventura, riéndome de los chistes, disfrutando de las conversaciones y haciendo fuerza porque los desterrados vuelvan a su hogar. Me desligué por completo de El señor de los anillos y comencé a sentirme parte de esta nueva aventura, menos densa que la anterior pero a la vez más entrañable y divertida.
Con El hobbit Peter Jackson vuelve a demostrar que es un maestro, algo que empezamos a dudar después de el desperdicio de King Kong y la simplona Desde mi cielo de un cuento ha podido construir una trilogía de nueve horas. No sé ustedes pero desde ya me apresto a seguir la aventura de estos enanos con su poderoso mago y su valiente Hobbit.
No escuchen a sus vecinos, no lo duden, vayan a verla.