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Voto de Mortadelo:
10
Drama Johnny Friendly (Lee J Cobb), el jefe del sindicato portuario, utiliza métodos mafiosos para controlar y explotar a los estibadores de los muelles neoyorquinos. Terry Malloy (Marlon Brando), un boxeador fracasado que trabaja para él, se ha visto involuntariamente implicado en uno de sus crímenes. Cuando Malloy conoce a Edie Doyle (Eva Marie Saint), la hermana de la víctima, se produce en él una profunda transformación moral que lo lleva ... [+]
26 de febrero de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elia Kazan aprovechó su traslado desde los grandes estudios de Hollywood a Nueva York, para llevar a cabo un viejo sueño: realizar una película ambientada en los muelles.

Rodada en vivo, La ley del silencio, de 1954, describe con realismo documentalista la dura situación vivida por los trabajadores de los muelles neoyorquinos, que sometidos al control de gánsters, vivían subyugados a la "ley del silencio". El miedo que se respiraba en los muelles era tan profundo, que nadie se atrevía a levantar su voz. Sólo la inocente brutalidad de Terry (Brando) servirá para desarticular este sistema, convirtiéndose así en salvador de una causa que él casi desconocía.

Destacaría la excelente interpretación de M. Brando en el papel del ex boxeador Terry Malloy, aunque ya había sobresalido a las órdenes del propio Kazan en "Un tranvía llamado deseo" y en "¡Viva Zapata!".

Para darle mayor realismo, Kazan rodó en escenarios naturales e incluso en horas laborables. Lo curioso es que al rodar se veía envuelto por el ambiente de los muelles, por lo que necesitaría la protección, en todo momento, de guardaespaldas. El resultado es un film dotado de una enorme carga social.

La película obtuvo 8 Oscars, además de conseguir una gran afluencia de público. Todo ello trajo como consecuencia que se convertiría, no sólo en la realización más significativa del año, sino en un auténtico "fenómeno social". La historia de un hombre común que lucha contra el sistema preestablecido, defendiendo valores como la libertad y la verdad, caló muy hondo en una sociedad que necesitaba lecciones de humildad, como la otorgada por el director en esta gran obra.

Con La ley del silencio Kazan llegaría a crear escuela en la costa este norteamericana. De hecho, tras sus pasos han surgido nombres tan ilustres como Sidney Lumet, que han defendido un cine más independiente que el de las grandes productoras californianas. Sin ánimo de competir con las multinacionales de la costa oeste, en Nueva York se llegará a hacer un cine muy digno, avalado por una gran aceptación social.
Mortadelo
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