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6.8
78,991
Fantástico. Acción. Ciencia ficción. Thriller. Drama
Estados Unidos, años 80. La Guerra Fría está en su apogeo, y los superhéroes, que antes habían sido admirados, ahora son perseguidos por la ley. Un día aparece muerto uno de ellos, "El Comediante", que trabajaba para la CIA. Su amigo Rorschach, el único héroe enmascarado en activo, emprenderá la investigación de su muerte, tras la que se oculta algo muy importante. Esperadísima adaptación del cómic de Alan Moore y Dave Gibbons (1986). (FILMAFFINITY) [+]
9 de marzo de 2009
9 de marzo de 2009
13 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sé que tiendo a ser tremendista y extremista a partes iguales, que muy a menudo caigo en la indignación absoluta cuando me siento timado, cuando meto la mano en la cartera y me doy cuenta de que me han robado mi dinero dinero. Sé que soy así, así que antes de empezar quiero partir de una premisa base: Zack Snyder me parece un impostor.
Me lo pareció desde el primer fotograma de esa epopeya extrañamente homoerótica, hiperanabolizada e ideológicamente resbaladiza llamada 300 (adaptación pop y colorida de la obra homónima de otro gran neo-farsante: Frank Millar), y me lo sigue pareciendo ahora, después de ver Watchmen, la plasmación al cine de la Biblia del cómic, de la historia definitiva que dio a luz a una nueva mitología dónde los superhéroes se pasan al lado oscuro de la fuerza, al lado real de la vida.
El problema de Snyder es que intentando no ser devorado por los fans de los Vigilantes, intentó convertir la novela gráfica de Alan Moore (que renegó del proyecto) en un cómic en movimiento, y descuidó el alma y el corazón de una criatura monstruosa. El resultado es una superproducción espectacular a ratos, aburrida en 2/3 del metraje, fría, trasnochada y vacía, muy vacía. Adiós al discurso político de Moore. No sirve, no interesa, no atrae a las salas a su público objetivo: niñatos que lo flipan con una buena explosión y jovenzuelos que aprovechan la voz en off interminable y los discursitos literarios para meterle la lengua hasta al fondo a su pareja. De tal manera, que Nixon ya no es Nixon (perverso, brillante, calculador, manipulador) sino un abuelete adormilado y entrañable (el actor y el director deberían aprender del Langella de Frost/Nixon), el reparto es una vergüenza (salvando a Jackie Earle Haley, lo único, junto con la música, realmente bueno de este trailer de 2 horas y media de duración), y las diversas situaciones y connotaciones de la historia caen en el mayor del los ridículos sin vislumbrar si quiera su objetivo: la ironía.
Después de todo lo visto sólo me viene algo a la cabeza: “¡Chris Nolan te necesitamos!”
Me lo pareció desde el primer fotograma de esa epopeya extrañamente homoerótica, hiperanabolizada e ideológicamente resbaladiza llamada 300 (adaptación pop y colorida de la obra homónima de otro gran neo-farsante: Frank Millar), y me lo sigue pareciendo ahora, después de ver Watchmen, la plasmación al cine de la Biblia del cómic, de la historia definitiva que dio a luz a una nueva mitología dónde los superhéroes se pasan al lado oscuro de la fuerza, al lado real de la vida.
El problema de Snyder es que intentando no ser devorado por los fans de los Vigilantes, intentó convertir la novela gráfica de Alan Moore (que renegó del proyecto) en un cómic en movimiento, y descuidó el alma y el corazón de una criatura monstruosa. El resultado es una superproducción espectacular a ratos, aburrida en 2/3 del metraje, fría, trasnochada y vacía, muy vacía. Adiós al discurso político de Moore. No sirve, no interesa, no atrae a las salas a su público objetivo: niñatos que lo flipan con una buena explosión y jovenzuelos que aprovechan la voz en off interminable y los discursitos literarios para meterle la lengua hasta al fondo a su pareja. De tal manera, que Nixon ya no es Nixon (perverso, brillante, calculador, manipulador) sino un abuelete adormilado y entrañable (el actor y el director deberían aprender del Langella de Frost/Nixon), el reparto es una vergüenza (salvando a Jackie Earle Haley, lo único, junto con la música, realmente bueno de este trailer de 2 horas y media de duración), y las diversas situaciones y connotaciones de la historia caen en el mayor del los ridículos sin vislumbrar si quiera su objetivo: la ironía.
Después de todo lo visto sólo me viene algo a la cabeza: “¡Chris Nolan te necesitamos!”