Esta es una obra breve pero intensa de H.G.Wells que en sus tres adaptaciones cinematográficas contó con repartos de lujo. Es, no obstante, la primera entrega la más inspirada y sutil. Probablemente debido a la técnica de rodaje y a conceder a la interpretación el resto. Ahí reside el encanto de La isla de las almas perdidas y su contemporánea El malvado Zaroff.
En esta entrega, los intérpretes no dan la talla: Burt Lancaster está contenido y su 'conmigo o contra mí' no convence, Michael York es exasperante a ratos y Bárbara Carrera ni está ni se la espera.
La música es hermosa y la pieza que inicia los créditos atrapa con su épica melancólica. Como curiosidad, en el haber del compositor se encuentra la adaptación televisiva de La Fuga de Logan, la serie para el mismo medio de Las Aventuras del Joven Indiana Jones o la banda sonora del filme Furia de Titanes (1981).
En cuanto a maquillaje, no aporta nada destacable en comparación con su hermana mayor, La isla de las almas perdidas, de 1932.
spoiler:
En la versión en DVD, no se corresponde el final con lo que se ofrece en la galería de fotos. María no sufre transformación alguna con lo que la licencia creativa de la adaptación queda en agua de borrajas.