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Voto de Jon:
3

Voto de Jon:
3
5.1
23,622
Ciencia ficción. Acción. Drama
Un monstruo marino prehistórico, que ha permanecido décadas aletargado después de que la humanidad tratara de destruirlo, se enfrenta a malvadas criaturas que, animadas por la arrogancia científica del hombre, amenazan la vida de la raza humana. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2015
30 de marzo de 2015
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Nueva versión del clásico japonés, Godzilla, intentando hacer olvidar la versión ideada por Ronald Emmerich, partiendo de una base argumental nueva, pero que tiene que enfrentarse a innumerables prejuicios. Ése es el gran enemigo de este Godzilla, su predecesora y lo que ofrece, una enésima película de monstruos con el sello de Godzilla, pero nada más.
Cuando los americanos se empeñan en trasladar a la pantalla grandes clásicos, lo intentan hacer a lo grande, sin mirar costes, con un reparto de renombre que aporte entidad a la película, pero se olvidan de respetar la obra original, ofreciendo un relato insulso, previsible y carente de interés donde lo único que destaca son los elaborados efectos especiales.
Cuenta con un reparto de renombre, con intérpretes como Ken Watanabe, una de las hermanas gemelas Olsen y el intérprete de la serie, Breaking Bad, para atraer al público, pero lo cierto es, que la estrella es el monstruo y sus rivales, el resto son actores de relleno, como el argumento en el que se basa la trama. Un argumento inconexo, endeble, pobre y mediocre, sin pies ni cabeza, pero que sirve de excusa para presentar a la criatura sin grandes complicaciones y dar paso a unos combates estelares entre criaturas y ejercito.
Cine espectáculo, para consumir rápido y sin grandes quebraderos de cabeza, para visualizar sin cuestionarse muchas cosas mientras se va comiendo una buena ración de palomitas. Las palomitas son lo único que llena al espectador, puesto que la historia que se le ofrece, resulta muy floja.
Los efectos especiales son convincentes, logran generar grandes criaturas e introducirlas en grandes ciudades donde sembrar crisis y destrucción. Gran parte de las escenas de combate y apariciones de las criaturas están ubicadas en plena noche y no son muy nítidas, algunos podrían pensar que a los responsables de la película les gusta sugerir antes que mostrar todo, pero lo cierto es, que posiblemente sea para camuflar algunos posibles errores.
El aspecto gráfico de las criaturas es aplastante, llenan la pantalla por completo y resulta complicado que interactúen los humanos y las criaturas en la misma pantalla. Los personajes son muy pobres y lo único que interesa de la película es la confrontación entre las criaturas. Godzilla resulta convincente, pero sus rivales parecen bocetos fallidos de Transformers 4: la era de la extinción, puesto que parecen grúas y maquinaria de construcción más que seres vivos. El esquema argumental me recordó, en exceso, a la nueva versión de Superman: El hombre de acero, un argumento inexistente para dar paso a toda una galería de combates y destrucción.
A pesar del atractivo de los efectos especiales y de la aparición de grandes criaturas, la película se enfrentaba a un gran reto y no consigue ofrecer nada que resulte verdaderamente interesante. Godzilla es grande, pero esta película se queda en un gran nada.
Cuando los americanos se empeñan en trasladar a la pantalla grandes clásicos, lo intentan hacer a lo grande, sin mirar costes, con un reparto de renombre que aporte entidad a la película, pero se olvidan de respetar la obra original, ofreciendo un relato insulso, previsible y carente de interés donde lo único que destaca son los elaborados efectos especiales.
Cuenta con un reparto de renombre, con intérpretes como Ken Watanabe, una de las hermanas gemelas Olsen y el intérprete de la serie, Breaking Bad, para atraer al público, pero lo cierto es, que la estrella es el monstruo y sus rivales, el resto son actores de relleno, como el argumento en el que se basa la trama. Un argumento inconexo, endeble, pobre y mediocre, sin pies ni cabeza, pero que sirve de excusa para presentar a la criatura sin grandes complicaciones y dar paso a unos combates estelares entre criaturas y ejercito.
Cine espectáculo, para consumir rápido y sin grandes quebraderos de cabeza, para visualizar sin cuestionarse muchas cosas mientras se va comiendo una buena ración de palomitas. Las palomitas son lo único que llena al espectador, puesto que la historia que se le ofrece, resulta muy floja.
Los efectos especiales son convincentes, logran generar grandes criaturas e introducirlas en grandes ciudades donde sembrar crisis y destrucción. Gran parte de las escenas de combate y apariciones de las criaturas están ubicadas en plena noche y no son muy nítidas, algunos podrían pensar que a los responsables de la película les gusta sugerir antes que mostrar todo, pero lo cierto es, que posiblemente sea para camuflar algunos posibles errores.
El aspecto gráfico de las criaturas es aplastante, llenan la pantalla por completo y resulta complicado que interactúen los humanos y las criaturas en la misma pantalla. Los personajes son muy pobres y lo único que interesa de la película es la confrontación entre las criaturas. Godzilla resulta convincente, pero sus rivales parecen bocetos fallidos de Transformers 4: la era de la extinción, puesto que parecen grúas y maquinaria de construcción más que seres vivos. El esquema argumental me recordó, en exceso, a la nueva versión de Superman: El hombre de acero, un argumento inexistente para dar paso a toda una galería de combates y destrucción.
A pesar del atractivo de los efectos especiales y de la aparición de grandes criaturas, la película se enfrentaba a un gran reto y no consigue ofrecer nada que resulte verdaderamente interesante. Godzilla es grande, pero esta película se queda en un gran nada.