Remake de la original y satisfactoria Abre los ojos, de Alejandro Amenábar, que encandiló a Tom Cruise, lo que hizo que éste se decidiera a producir y participar en este proyecto endeble y pobre.
Donde la obra de Amenazar triunfaba con un manejo exquisito del suspense, apoyándose en un guión sólido, atrevido y lleno de imaginación, que cerraba con coherencia y claridad las cuestiones que presentaba, aquí Cameron Crowe, tira por la borda todo el material y fracasa en su adaptación.
Demuestra varias cosas, entre ellas que por mucho presupuesto con el que se cuente, la clave reside en la calidad y manejo que tiene uno, de la historia que maneja.
Crowe no es capaz de hacer funcionar una maquina, que ya estaba construida alrededor de un exquisito guión, echando a perder las amplias posibilidades que ofrecía la historia original.
No funciona ni el romance, ni el suspense, se pierde en ofrecer iconos de la cultura pop, eliminando cualquier atisbo de interés en cuanto a la trama de suspense. Crowe, cuenta con las mismas piezas de la película original, pero convierte un puzzle exacto y eficaz, en otro inconexo, en el que rellena los huecos con piezas musicales.
Tom Cruise encaja en el papel protagonista de un millonario caprichoso, como anillo al dedo, así que no se puede considerar una gran interpretación lo que ofrece, puesto que simplemente hace de si mismo, Penélope Cruz vuelve a repetir en el mismo papel y sigue sin aprobar, únicamente destaca positivamente la participación en el reparto de Kurt Rusell, que ofrece una buena interpretación en su papel secundario.
Una verdadera lastima que se plagie gratuita e indiscriminadamente, una buena historia, para convertirla en una caricatura de lo que fue la original.