Poco se salva de esta versión de la tradicional casa encantada, que peca de abusar de unos efectos especiales un tanto endebles, que llegan a resultar irrisorios.
Pudiendo haber jugado más con el suspense, se vuelca en una serie de sustos absurdos, con secuencias inconexas y que en muchos momentos pueden hacer dudar si nos encontramos ante una película de terror o una comedia barata, sobre todo por la participación de Owen Wilson.
No hay nada peor que pretendas transmitir terror y que por el contrario obtengas alguna que otra sonrisa, evidentemente algo no funciona.
Promete más miedo del que realmente ofrece, llegando a producir mayor aburrimiento del esperado.
Destacar negativamente la interpretación de la protagonista, que después de este papel cayó en el olvido merecidamente, no creo que vuelvan a darle un papel protagonista.