Dos amigos que comparten novia y negocio de drogas, ven como ésta es secuestrada por un cartel mexicano que les somete a presión para dejen el negocio y paguen por la mujer.
Trabajo de Oliver Stone que intenta abrir nuevas fronteras arguméntales, presentando un triangulo amoroso que en ningún momento resulta convincente y alguna que otra licencia salvaje, apoyándose en un guión que el propio director firma, que resulta absurdo y bochornoso.
Nada del argumento resulta creíble, ni las situaciones que se suceden ni las interacciones que se producen entre los diferentes personajes, únicamente la gana enteros, en el momento que Oliver Stone da rienda suelta a la contundencia de la violencia y la acción, pero lamentablemente el vacío argumental que existe, resulta insalvable.
Se apoya en un reparto novel, al que acompañan viejos rostros conocidos de la gran pantalla, que sirven para otorgar entidad al débil reparto, destacando positivamente la participación de Salma Hayek y Benicio del Toro, sin duda el que imprime mayor intensidad y credibilidad a su personaje.
La forma de contar la historia a través de la voz en off de una de las protagonistas, no funciona y el desarrollo de la trama alcanza una duración excesiva para lo que esta contando, llegando a resultar pesado y aburrido.
Stone vuelve a emplear diversos enfoques de cámara y cambios de tonalidad en la fotografía, repitiendo técnicas que funcionaron en trabajos del pasado, pero que en este caso no hacen más que acrecentar la crisis creativa por la que esta pasando el director.
Decepción salvaje de un director, que empieza a ser mas conocido por sus polémicas declaraciones contra la gestión del gobierno de su país, que por su buena labor tras las cámaras.