Con este más que notable film, Fritz Lang iniciaba su carrera en el cine estadounidense. El increíble realizador no podía empezar con un tema menos atrevido y polémico que incluso hoy en dia da mucho de que hablar.

Spencer Tracy, como era de esperar, brillante, actúa a un hombre con recursos económicos bastante modestos que trabaja con sus dos hermanos en una gasolinera para al ganar algún dinero con el deseo de casarse con la mujer que ama, interpretada por Sylvia Sidney. La pareja se ve obligada a vivir separados una temporada para ganar ese dinero, y, cuando el marido ya puede regresar con ella, es confundido por un secuestrador en un pueblo que provoca el recelo de sus habitantes con rumores y afirmaciones falsas que provocan un linchamiento que termina trágicamente.

La propuesta de Lang no podía ser más interesante y además resulta estar muy bien llevada acabo. La película consigue hacerse realmente entretenida hasta su desenlace. Los actores cumplen muy bien, Tracy como siempre, está fabuloso y Sylvia Sydney cumple bien su función pese a que su papel no es tan relevante. Aún así, el producto adolece de ciertos fallos, propios de la inocencia de la época a la que se realizó la película, pues la forma en como termina todo el drama peca de ser algo inocentón e idealista, rozando incluso la ridiculez. No obstante, ese error que empaña el conjunto no es demasiado significativo y "Furia" se convierte en un film de lo más solvente e ideal para todo amante de los casos judiciales, de Spencer Tracy y del realizador Fritz Lang.