Después de la sorprendente "Closer", Nichols se atreve a hacer una historia donde trata de mezclar la comedia y el drama a partes iguales en basándose en el conflicto bélico entre los rusos y los afganos durante los años ochenta.

Desde el inicio de la cinta, nos damos cuenta que el director tiene la intención de dotar de un fuerte cinismo en toda la obra a partir de sus personajes (en especial el de Tom Hanks) y de sus logrados y bastante eficientes diálogos. La película se deja ver con bastante soltura por su frescura, pese a que no sea ni mucho menos la gran comedia que pudo haber sido.

Sus mayores bazas se encuentran en el buen hacer de las actuaciones de un Tom Hanks muy cínico y cumplidor en su papel y de un Philip Seymor Hoffman en estado de gracia, pues dota a su personaje de una gran gracia y personalidad. No se puede decir lo mismo de la mediocre Julia Roberts, aún así no lo hace mal como dama de la alta sociedad.

Otro punto positivo en la obra son sus nutridos diálogos junto con una buena forma de su realizador en llevar a cabo toda la trama de forma bastante acertada sin hacer que esta decaiga en ningún momento y sin que pierda su gracia gracias a ciertos momentos divertidos cuyas situaciones rozan lo absurdo y lo estúpido. Aún así, "La guerra de Charlie Wilson" no consigue apartarse demasiado de su condición de comedia algo modesta y el producto termina siendo una ágil y entretenida comedia pero que se aleja de otros films de su misma categoría mucho más eficientes e inteligentes.

Nichols crea un más que solvente film de denúncia con buenos toques de comedia, bastante cínica que es puro deleite para el espectador, pero no es ni mucho menos la gran comedia ágil, inteligente y desgarradora que pudo haber sido.