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España España · Bilbao
Voto de HHH:
10
Romance. Drama Hong Kong, 1962. Chow, redactor jefe de un diario local, se muda con su mujer a un edificio habitado principalmente por residentes de Shanghai. Allí conoce a Li-zhen, una joven que acaba de instalarse en el mismo edificio con su esposo. Ella es secretaria de una empresa de exportación y su marido está continuamente de viaje de negocios. Como la mujer de Chow también está casi siempre fuera de casa, Li-zhen y Chow pasan cada vez más ... [+]
31 de octubre de 2007
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia arranca con una mudanza. Hong Kong, 1962. Dos parejas se instalan en habitaciones alquiladas, una al lado de la otra. Lo que parece azar se descubrirá un paso más de un extraño plan que el espectador debe suponer. Ella (Maggie Cheung) es guapa y elegante, está casada con un hombre de negocios que viaja mucho. El (Tony Leung) es guapo y elegante, está casado con una mujer muy ocupada. Los respectivos cónyuges no aparecen en imagen porque han salido de la vida de los dos protagonistas, que no sabemos si sólo se consuelan, se desean o se aman. Wong Kar-Wai confía en que el poder de sugestión que tienen sus imágenes ilumine la imaginación del espectador para que éste reconstruya la película a su gusto y sepa montar el film que más se ajuste a su mentalidad. Wong, si encuentra un espectador activo, propone una película fascinante que revisa, estética y narrativamente, el melodrama clásico que resuena en mucho cine de vanguardia, con el cine de la incomunicación de Antonioni como referente de cabecera.

Ahondando en esta influencia, Wong presenta unas relaciones personales teatralizadas por sus personajes, temerosos de caer en el mismo pecado en que han caído sus respectivos y pérfidos cónyuges. Petenden jugar a prohibirse la posibilidad de enamorarse porque quieren diferenciarse a toda costa de aquello que ellos mismos han sufrido, de aquello que los ha hecho como son. En realidad, enamorarse les supone, por culpa de una férrea y aleatoria santificación de unas determinadas convicciones sociales, lo contrario de lo que "debe ser" el amor en cualquier sociedad desarrollada, enamorarse les conduce inexorablemente hacia la desaprobación social, hacia la separación.

Wong Kar-Wai cambia de registro visual, abandona su estética anterior de cámara al hombro y se alinea con el montaje vivo basado en planos fijos en el que casi siempre predomina la verticalidad, ofreciendo una estilización que casa perfectamente con una dirección artística y vestuario tan puntillosos como lo habrían sido bajo las batutas maestras de estetas como Ophüls o Sternberg. Wong cambia de vestido a su protagonista en cada secuencia, juega con la fragmentación metódica del tiempo por medio de un recurso tan rara vez empleado como es ese vestuario. El director privilegia la estética sobre una trama que voluntariamente nunca queda resuelta. Wong Kar-Wai acuerda el trato de sus personajes con maquillajes premeditadamente falsos y exagerados, con peinados fuera de época en su propia época, con luces deliberadamente embellecedoras e imposibles, con un encuadre siempre desde el ángulo preciso y perfecto para destacar la belleza y el poder de la actuación de Maggie Cheung, uno de los grandes valores de la interpretación contemporánea, con las cámaras lentas y una música que se reitera para señalar el estado de ánimo de unos personajes prendidos por los sentimientos que inspira el título original.
HHH
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