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España España · Málaga
Voto de Lukas:
7
Romance. Drama Isabelle y Magali son dos amigas que viven en un valle de la Provenza. Isabelle se ha empeñado en casar a Magali, que está viuda y se ha quedado sola tras la marcha de sus hijos, razón por la cual recurre a los anuncios por palabras. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2024
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En esta ocasión son tres mujeres y dos hombres. Una vez más, el escenario en donde transcurre la acción está muy bien escogido, nada menos que el Valle del Ródano, en donde hay tan buenos viñedos (sólo afea la vista esas chimeneas de una central nuclear). Es, tal vez, el cuento más natural de los cuatro. Desde el comienzo, todo fluye, como el agua cantarina de un río cristalino. Rohmer nos mete en la historia enseguida, y ya estamos atrapados, embelesados incluso. Qué tres actrices maravillosas: Béatrice Romand como Magali, la protagonista; Marie Rivière como Isabelle, la amiga; y Alexia Portal, como la jovencita, Rosine, la novia del hijo de Magali, que se ha hecho muy amiga de ésta. Tanto una como otra tratan de encontrarle un buen partido a la pobre mujer, que se ha quedado sola, viuda. La mujer no es que sea muy guapa, pero tiene su aquél. La gracia de la peli está en ese tira y afloja, en la oposición libertad de movimientos, y cálculo y “manipulación”, en el festivo terreno del amor…

Todo discurre maravillosamente, estamos ante una de las mejores cintas del francés, por detrás de Mi noche con Maud (obra maestra absoluta) y El rayo verde (obra maestra). La cámara, que parece invisible, como si rodara un documental de la vida misma de cada uno de nosotros, apenas se inmiscuye. La música da sus toques, aquí y allá, pero deja que escuchemos el viento, si hace falta. Los diálogos son limpios, naturales, podrían salir de cualquier casa de campo. Todo en esta cinta destila naturalidad y buen hacer. Parece mentira, que un hombre de 77 años ya, tuviese esa capacidad para retratar situaciones de personas mucho más jóvenes. Aquí, como bien indica la estación, los personajes son ya algo mayores, están en la mediana edad, y el único juego tonto entre jovencita / hombre mayor es el que protagonizan Rosine y Étienne, su antiguo profesor de filosofía (pero son secuencias breves y secundarias). Por fin Rohmer parece centrarse en el amor maduro, un hombre, una mujer, cuarentaytantos, cincuenta y pocos. ¡Lo que habría disfrutado el francés en esta época de las plataformas de citas online! Aquí, Isabelle ha de recurrir a los anuncios por palabras de los periódicos de entonces. Hoy en día, hubiese sido Meetic o eDarling, el medio elegido…

¿Por qué Rohmer es tan bueno, por qué nos hace pasar tan buenos ratos? Esta peli es la prueba de ello. Con un guión brillante (premiado en Venecia), consigue crear una impresión de vida, por las dos horas en las que nos sumergimos en esta encantadora historia. Benditas las actrices que intervinieron en estas cintas, porque se acordarán del maestro todos los días de sus vidas. Marie Rivière ya no volvió a hacer ninguna peli buena, ni Alexia Portal, que será recordada por esta cinta. Y qué decir de Béatrice Romand… Ya sabemos que el amor no es un juego, y que tratar de encontrar el amor de forma forzada, es el más difícil todavía. Pero quién sabe. Siempre hay la posibilidad de que dos almas en pena, que no soportan la soledad, se encuentren al fin. Las secuencias del “coqueteo” Isabelle-Gérald son tan deliciosas, ¡tan realistas! Todo lo que pasa en la secuencia de la fiesta tras la boda, es tan maravilloso y “real”, a la vez que teatral, que uno no tiene ganas de marcharse nunca de esa fiesta.
Lukas
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