Una chica cree que un tío es un pederasta, y lo mortifica hasta forzarle al suicidio (no es explícita en las torturas físicas pero sí en las psíquicas). No hay cambios de guión ni giros inesperados. Tortura sin más. Si no recuerdo mal, el hombre confiesa a la chica que participó (o quiso participar) en la violación de una adolescente, para echar unas fotos, pero que él no la mató. Ese es el único dibujo que el argumento hace de la perversión del hombre, y lo hace en el minuto final de la peli. El resto del tiempo ves como una chica de unos catorce años demuestra una crueldad sobrenatural para su edad torturando física y psicológicamente a un hombre que, hasta el final de la película, ves como inocente. Y digo en el título que la peli remueve las entrañas porque, aun si él fuera el violador y/o pederasta, la niña no se queda corta... Pienso que dibujar tanta crueldad (al menos, con ese realismo tan sórdido) en un adolescente, es de las imágenes más tristes que he visto en el argumento de una película.