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España España · ourense
Voto de Fado:
10
Romance. Drama Jesse y Celine se conocieron en un tren y pasaron juntos una noche inolvidable paseando por Viena. Aunque prometieron encontrarse de nuevo seis meses más tarde, esa cita nunca llegó a producirse. Nueve años después, se vuelven a ver, pero esta vez en París. Jesse, que está de gira promocionando una novela, la ve en la librería donde está firmando ejemplares. Ella vive desde hace tiempo en París; él, en Nueva York. Jesse inmediatamente ... [+]
25 de septiembre de 2005
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La librería Shakespeare and Company es un pequeño milagro en medio de la ciudad de la luz. Y eso no es poca cosa. Una vivienda con sus habitaciones, fregadero y camas incluidas, tapizadas de libros usados con estanterías dobladas no se sabe muy bien si por el peso de las letras o la humedad del Sena que enamora desde fuera a las páginas gastadas como si de un vecino insolente se tratase. En este lugar mágico empieza una historia, que contradice una vez más, eso de que segundas partes nunca fueron buenas.
En menos de hora y media la cámara escribe una de las más bellas y sinceras historias de amor que nos ha regalado una pantalla de cine en los últimos veinte años. Un libro digno de adornar las estanterías antes mencionadas.
La película transcurre casi en tiempo real, apenas unas horas donde los protagonistas de Antes del Amanecer se encuentran diez años después para pasear y hablar de historias pequeñas, motas de polvo transparentes a la luz del atardecer, cosas intranscendentes a simple vista pero tan grandes e inabarcables como una galaxia. Romper con la soledad, escuchar a la vida y a los sueños, cumplidos y rotos, mirar al futuro con una sonrisa, mientras la brisa de París nos da en la cara, es lo más parecido a ver esta obra de arte. Y contemplamos atónitos como los protagonistas somos nosotros, una generación con 30 años a la espalda, decepcionada e ilusionada al mismo tiempo, demasiado racional y responsable en sus actos.
Lo más increíble del film es que aunque los diálogos son insuperables, como una buena taza de té que nunca te cansas de saborear, Antes del Atardecer podría ser perfectamente una película muda y no perder un ápice de su interés. Las miradas y gestos, sobre todo de Julie Delpy, son poemas a la altura de muy pocas actrices. Siempre nos quedará París.
Fado
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