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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Serie de TV. Drama Miniserie de 7 episodios. Kentucky, años 60. En plena Guerra Fría, la joven Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) es una huérfana con una aptitud prodigiosa para el ajedrez, que lucha contra sus adicciones mientras trata de convertirse en la mejor jugadora del mundo ganando a los grandes maestros, en especial a los rusos.
6 de noviembre de 2020
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gambito de dama - The Queen's Gambit

“Alguna vez los hombres tuvieron que ser semi-dioses; si no, no hubieran inventado el Ajedrez”. Alexander Alekhine

Hace muchos, pero muchos años, más de los que me gustaría, un amigo aficionado al ajedrez me enseñó algunos conceptos muy básicos del juego. Pero si a mi frágil memoria, históricamente confabulada contra mí, le añadimos el escaso interés que siempre he mostrado por todo aquello que me obligue a concentrarme durante más de dos segundos, entenderán cómo mi buen amigo perdió -o le hice perder- su precioso tiempo.
Aun así -y muy a pesar de mi lamentable ignorancia-, sin un solo parpadeo y de un tirón, veo “Gambito de dama”, la miniserie estadounidense de siete episodios basada en “The Queen's Gambit”, una novela del escritor californiano Walter Davis ambientada en la década de los 60.

“El Ajedrez es una guerra en un tablero. El objetivo es aplastar la mente del oponente.” Bobby Fischer

¿Y cómo un guión sustentado en un lenguaje absolutamente ininteligible para este cronista, tanto o más que un voluminoso ensayo sobre física cuántica, es capaz de atraparme al extremo de hacerme perder la noción del tiempo? Pues, como casi siempre ocurre, tras la enigmática luz que ilumina la excelencia, se encuentra el talento de su creador, en este caso el de Scott Frank, autor también de la extraordinaria “Godless”, una serie “western” que devoré con la misma insaciable glotonería de mis años adolescentes y que, en su día, reseñé en este mismo espacio.

“El ajedrez es la vida en miniatura. El ajedrez es esfuerzo, el ajedrez es lucha. El Ajedrez es una tortura mental.” G. Kasparov

“Gambito de dama” es un prodigio de técnica cinematográfica. Encuadres, movimientos de cámara, agilidad narrativa, ritmo y sincronización, expresividad en los primeros planos y contraplanos, banda sonora, vestuario, localizaciones y ambientación, componen una instructiva y magistral lección de cine que el espectador va a recordar durante un largo tiempo. Porque a pesar de la enorme complejidad que supone adaptar la muy conceptual ficción literaria de Tavis en imágenes cinematográficas, Frank resuelve esta dificultad con la pasmosa sencillez que solo el don de la genialidad permite. Y para interpretar esta hermosa partitura resulta determinante la inspirada participación de Anya Taylor-Joy dando vida a Beth Harmon, la precoz y superdotada jugadora de ajedrez, una criatura compleja, atrapada entre la genialidad y la locura, impenetrable, reservada y portadora de una acusada inclinación al consumo de alcohol y otro tipo de drogas que potencien su ya extraordinaria e innata percepción del juego.

“No se puede luchar por la victoria, si en el fondo del corazón lo que se busca son las tablas”. A. Karpov

La historia de Harmon es amarga y en momentos despiadadamente dramática. Sin embargo, está contada sin tremendismos, evita los estereotipos sin caer en manoseados clichés populistas y contiene sobradas dosis de emoción y suspense. Inteligencia, cálculo, paciencia, sangre fría, control, estrategia, concentración, audacia, parecen ser algunos de los atributos que necesariamente deben acompañar a un gran jugador de ajedrez. Y en “Gambito de dama”, todas y cada una de estas cualidades están muy presentes e inequívocamente subrayadas en la lúcida mente de los contendientes, lo que contribuye a imprimir credibilidad, fuerza y carácter a esta apasionante y adictiva serie estadounidense.

“Aprendí a jugar al ajedrez antes que a leer”, J. R. Capablanca.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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