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Voto de FATHER CAPRIO:
8
Voto de FATHER CAPRIO:
8
7.3
1,787
29 de noviembre de 2008
29 de noviembre de 2008
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sería un error valorar esta película únicamente desde la perspectiva de haber sido el primer film en conquistar el Oscar a la mejor película. Es muy posible que ésta sea una pregunta de concurso televisivo. Pero Wings es más que eso. Wings es un poco aquellos chalados con sus locos cacharros (léase, aviones, o si lo prefieren cámaras cinematográficas), otro poco una comedia sentimental y un mucho un documental sobre la guerra y los sentimientos humanos, especialmente la amistad, por encima incluso de aquello de Rey y Patria tan frecuente en este tipo de producciones.
Viendo la película llegué a cuestionarme si lo que estaba viendo era una representación o era real. Con posterioridad he descubierto que William A. Wellman y John Monk Saunders (autor de la historia) formaron parte de los Lafayette Flying Corps y que gran parte de las escenas de combate provienen de documentos fílmicos originales. Esto no resta méritos a la película sino que por el contrario la confiere un realismo absolutamente impactante que ha servido de referencia obligada para films bélicos posteriores sobre las contiendas mundiales.
Pero todavía hay más. Una serie de efectos especiales originales y notables por los que la película también alcanzó el Oscar en esa categoría. Y aunque estemos en el año 28 no es tan fácil verles el truco. Se lo aseguro. Los efectos "burbujas de champán", supongo que francés por lo de el Folies Bergeres y esas cosas, no tienen nada que envidiar a los anuncios navideños habituales de la marca de cava catalán superconocida. Por un momento ¡hasta me creí que eso pudiera suceder!. Ese es el cine que engancha, el que seduce...
Verdad también que la historieta de amor, bien llevada por cierto, resulta normalita dentro del cine de la época, como también es cierto que el desenlace resulta un tanto predecible. Una estrella fugaz y una cruz de hierro no están condenadas, precisamente, a entenderse. Pero, aún así la película cautiva, desde su mutismo más absoluto y sus 139 minutos que siendo muchos no nos lo parecen.
Viendo la película llegué a cuestionarme si lo que estaba viendo era una representación o era real. Con posterioridad he descubierto que William A. Wellman y John Monk Saunders (autor de la historia) formaron parte de los Lafayette Flying Corps y que gran parte de las escenas de combate provienen de documentos fílmicos originales. Esto no resta méritos a la película sino que por el contrario la confiere un realismo absolutamente impactante que ha servido de referencia obligada para films bélicos posteriores sobre las contiendas mundiales.
Pero todavía hay más. Una serie de efectos especiales originales y notables por los que la película también alcanzó el Oscar en esa categoría. Y aunque estemos en el año 28 no es tan fácil verles el truco. Se lo aseguro. Los efectos "burbujas de champán", supongo que francés por lo de el Folies Bergeres y esas cosas, no tienen nada que envidiar a los anuncios navideños habituales de la marca de cava catalán superconocida. Por un momento ¡hasta me creí que eso pudiera suceder!. Ese es el cine que engancha, el que seduce...
Verdad también que la historieta de amor, bien llevada por cierto, resulta normalita dentro del cine de la época, como también es cierto que el desenlace resulta un tanto predecible. Una estrella fugaz y una cruz de hierro no están condenadas, precisamente, a entenderse. Pero, aún así la película cautiva, desde su mutismo más absoluto y sus 139 minutos que siendo muchos no nos lo parecen.