Había oído hablar mucho de esta película, pero nunca la había visto, hasta esta tarde. De hecho no sabía bien bien cuál era su argumento, y me ha sorprendido.

Realmente es una película atemporal , fresca, máxime hoy en día (justo ha habido cambio de Papa).

Sin tener un ritmo ágil, es un filme que ha conseguido mantener atento durante todo su metraje, que no es corto. Los recovecos del Vaticano son retratados en esta cinta con maestría. Creo que hay un despliegue de medios importante, no en vano se rodó en el mismo Vaticano, cosa que es harto sorprendente.

La visión de la película permite meter al espectador en una trama que tiene mucho de documental, cosa que me parece muy acertado (más tratándose de la Ciudad del Vaticano), a la vez que toca temas teológicos que generan bastante controversia. Me parece sorprendente que se pudiera rodar una película así en el año 68.

Anthony Quinn, a pesar de que no es santo de mi devoción, da mucha credibilidad al personaje, pero no es el único; el secundario Oskar Werner hace una estupenda interpretación.

En definitiva, es una cinta que consigue captar tu atención aunque el tema religioso no sea cercano a uno mismo. Las escenas, y su fotografía, creo que tienen mucha parte de este mérito. Altamente recomendable.

Además, y para los que nos gusta las "curiosidades", parece ser que el fime tiene bastante de premonitorio, pues unos años después Juan Pablo II fue nombrado Papa, por primera vez un Papa no italiano...