Me gustan mucho las películas de Guy Ritchie. La capacidad de liar el argumento, de darle giros a la trama, de cocinar perfectamente la acción en Lock & Stock y en Snatch, me parece algo increíble, complicado y muy muy divertido.

Fui al cine pensando en ver algo parecido. Y la verdad es que así fue. Sin embargo:

· Los personajes no tienen ni la mitad de carisma que la mayoría de los anteriores que salieron de la factoría mental Ritchie (joder, hasta Vinnie y Sol de Snatch tienen más chicha que la mayoría de los personajes de esta película, a excepción de Johnny Quaid, los matones rusos y Archibald. Si el Ladrillo levantara la cabeza...).

· La explosión final de acción trepidante a la que nos tiene acostumbrados Ritchie, y que, en mi opinión, le pone a la guinda a muchas de sus películas, está ausente, y te quedas como si hubieses encendido un petardo y se mojara la mecha...

· Los diálogos se quedan en nada. Flojos y tirando de humor muy muy fácil...


Eso si, la música cojonuda, como nos suele tener acostumbrados.

Una pena, preparándola con un poco más de tiempo podría haber salido una movida muy buena, divertida y llamativa. Pero supongo que el divorcio quita mucho tiempo, libras y neuronas...