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6.5
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Terror. Thriller. Ciencia ficción
'Tú, pero mejor en todos los sentidos'. Esta es la promesa, un producto revolucionario basado en la división celular, que crea un alter ego más joven, más bello, más perfecto. Tentada por la oportunidad Elisabeth Sparkle, una celebridad en decadencia, consume este suero del mercado negro creando una versión rejuvenecida de sí misma, Sue, con efectos tan inesperados como aterradores.
12 de marzo de 2025
12 de marzo de 2025
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Os ahorro el pésimo trago, huid de este bodrio.
En el panorama del cine contemporáneo, donde la originalidad y la audacia deberían ser la norma, "La Sustancia" emerge como un ejemplo paradigmático de cómo la ambición desmedida y la falta de criterio pueden converger en un desastre cinematográfico.
La película, que pretende ser una sátira mordaz sobre la obsesión por la juventud y la belleza, se hunde en un mar de excesos visuales y narrativos que rayan en lo grotesco. La trama, que gira en torno a un producto revolucionario capaz de crear una versión joven y perfecta de uno mismo, se desenvuelve de manera caótica y predecible, sin ofrecer un ápice de profundidad o coherencia.
Demi Moore, se ha precipitado hacia un abismo de decadencia cinematográfica con su participación en "La Sustancia". La pregunta que resuena con fuerza es: ¿qué la llevó a mancillar su legado con semejante bodrio?
Un acto de desesperación, en lugar de elegir proyectos que honren su talento, Moore se ha rebajado a protagonizar una película que explota la explotación visual y el grotesco.
Con cada escena de esta película, Moore erosiona el legado que construyó con tanto esfuerzo. Sus admiradores, que la recuerdan por sus papeles icónicos, ahora deben soportar la visión de su degradación en pantalla.
La dirección, lejos de imprimir un sello distintivo, se limita a encadenar escenas de violencia gratuita y efectos especiales de dudosa calidad, sin lograr construir una atmósfera inquietante o perturbadora. La banda sonora, estridente y repetitiva, no hace más que acentuar la sensación de hastío que invade al espectador.
En definitiva, "La Sustancia" es una película fallida en todos los aspectos, que no logra cumplir con sus pretensiones de ser una obra provocadora y transgresora. Su único mérito reside en evidenciar la decadencia de un cine que parece haber perdido el rumbo, donde la forma prevalece sobre el fondo y la provocación gratuita se confunde con la creatividad.
En el panorama del cine contemporáneo, donde la originalidad y la audacia deberían ser la norma, "La Sustancia" emerge como un ejemplo paradigmático de cómo la ambición desmedida y la falta de criterio pueden converger en un desastre cinematográfico.
La película, que pretende ser una sátira mordaz sobre la obsesión por la juventud y la belleza, se hunde en un mar de excesos visuales y narrativos que rayan en lo grotesco. La trama, que gira en torno a un producto revolucionario capaz de crear una versión joven y perfecta de uno mismo, se desenvuelve de manera caótica y predecible, sin ofrecer un ápice de profundidad o coherencia.
Demi Moore, se ha precipitado hacia un abismo de decadencia cinematográfica con su participación en "La Sustancia". La pregunta que resuena con fuerza es: ¿qué la llevó a mancillar su legado con semejante bodrio?
Un acto de desesperación, en lugar de elegir proyectos que honren su talento, Moore se ha rebajado a protagonizar una película que explota la explotación visual y el grotesco.
Con cada escena de esta película, Moore erosiona el legado que construyó con tanto esfuerzo. Sus admiradores, que la recuerdan por sus papeles icónicos, ahora deben soportar la visión de su degradación en pantalla.
La dirección, lejos de imprimir un sello distintivo, se limita a encadenar escenas de violencia gratuita y efectos especiales de dudosa calidad, sin lograr construir una atmósfera inquietante o perturbadora. La banda sonora, estridente y repetitiva, no hace más que acentuar la sensación de hastío que invade al espectador.
En definitiva, "La Sustancia" es una película fallida en todos los aspectos, que no logra cumplir con sus pretensiones de ser una obra provocadora y transgresora. Su único mérito reside en evidenciar la decadencia de un cine que parece haber perdido el rumbo, donde la forma prevalece sobre el fondo y la provocación gratuita se confunde con la creatividad.