Podrido engendro del ser humano es el puto maltrato, cuántas vidas y familias destrozó, y qué bien retratado está en esta película. Un maltrato que no tiene por qué ser siempre físico, de hecho esta película principalmente el que nos plasma es el psicológico que es tanto más duro que el otro. Anular, acabar con una persona y con los que tienes alrededor es algo indescriptible, es un dolor incomparable.

Esta película nos acerca de manera magistral a ese mundo que nadie quiere vivir o presenciar. Y lo hace sobre todo a través de unas actuaciones soberbias, Luis Tosar nos muestra en Te doy mis ojos lo que es ser un actor con mayúsculas.

Gran película.