Lo que más me llevo de Supersalidos es esa última mirada entre los protagonistas. Esa mirada es el darse cuenta de que una etapa de tu vida terminó para dar comienzo a otra. Casi todos pasamos por eso, esa transición de joven a adulto que (en algunos casos) empieza cuando dejas atrás la vida en tu pueblo, con todo lo que allí creaste durante tantos años, con todo lo que allí viviste, con todos los amigos que allí hiciste y con todo lo que allí juntos pasasteis para emprender tu propio camino. Por muy unido que estuvieras a ese amigo, al que veías cada día, con el que compartías todo, al que conocías como si fuera tu hermano, la ley de la vida hace que, en la mayoría de los casos, poco a poco os vayáis distanciando, hasta ser casi perfectos desconocidos, hasta que un buen día, muchos años después, os reencontréis por casualidad, cada uno con su vida, crucéis las 2 palabras de cortesía y sigáis por vuestro camino, quedando tan solo, aunque para siempre, ese recuerdo imborrable de tantos y tantos momentos compartidos.

Por lo demás la película es una comedia adolescente que se deja ver, que es entretenida y fresca, con buenos personajes y con un trío de pringaos que lo hacen de lujo. Ah! y con la chica que todo adolescente quisiera tener por novia: Emma Stone.