Seguramente si cogemos esas pequeñas joyas del universo de Michel Gondry llamadas ¡Olvídate de mí! y La ciencia del sueño y las unimos con un toque de la catársis de Origen, nos daría como resultado esta curiosa tv-movie.
La historia nos presenta a dos personas con vidas muy distintas pero a su modo desdichadas, pero con la esperanza de escapar de esas vidas (o espiral sin salida) acceden a un método de pruebas experimentales que les prometen ayudarles en sus traumas personales.
Emma Stone es la luz que más brilla en toda la serie ya que el abanico de personajes a interpretar es de lo más variado.
El guión, que aunque sólido casi todo el tiempo flojea en un par de capítulos con algún que otro delirio de personaje histriónico.
Fukunaga no decepciona dirigiendo, ni tampoco con la ambientación, algo claramente difícil de superar (esa mezcla ochentera y freaky japonesa).
El fondo de toda esta historia podría ser lo creciente que es el germen de la locura en nuestra sociedad/vida o que somos unos autómatas que llevamos vidas anodinas y vacías. Todos podemos vernos reflejados en este prisma.