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Voto de Fernando_C_:
8
Voto de Fernando_C_:
8
6.9
1,702
6 de diciembre de 2022
6 de diciembre de 2022
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Un wéstern Shakespeariano.
Lanza rota es un western que coge argumentos shakspirianos y bíblicos para hablarnos de un hombre que defiende el honor de su hijo pequeño mestizo frente a una sociedad con prejuicios, por decirlo suavemente.
La película empieza presentándonos al personaje de Robert Wagner que acaba de salir de la cárcel, se reúne con sus hermanos por parte de padre quienes le ofrecen un territorio en Oregón a cambio de que no regrese nunca a la ciudad natal; pero él rehusa de muy mala gana, y según avanza la película entendemos porque,
Lo primero que hay que dejar claro, el protagonista es Spencer Tracy, muy acertadamente.
El personaje de Spencer Tracy, un hombre de negocios con un rancho muy próspero que dirigía con sus hijos. Y que no tiene miramientos en desterrar, casi como un patriarca bíblico y tiene mucho de eso la verdad, a dos de sus hijos cuando los pilla traficando con ganado a sus espaldas, que le da un bofetón a uno cuando le levanta el tono. Pero también es un hombre justo, pues sus hijos habían cogido a dos indios para cargarles el muerto si su padre les pillaba y él lo sabe, y se lo dice: a estos déjalos, no han hecho nada malo, han sido mis hijos. Para que tengan un referente piensen en Viserys de Casa Dragón, solo que a este con que le toques un poco las narices ya aparece su carácter tempestuoso, pero es un hombre noble y justo. Pero la relación con sus hijos es complicada, pues no les deja mucha actuación en el negocio, y es frío, seco y distante con ellos, salvo con el pequeño. La referencia a Shakespeare es muy evidente y funciona muy bien, funciona porque el personaje de Spencer Tracy es maravilloso y el actor es maravilloso, funciona porque los personajes están muy bien definidos.
Con el personaje de Katy Jurado, su esposa, que le tiene un respeto y un amor conmovedor.
Si es cierto que tiene sus momentos de ética o razón cuestionable, como la forma en la que soluciona lo del cobre Del Río, pero para mí es algo bueno, porque así ofrecen un personaje más gris. Y de hecho, lo peor que tiene la película, lo que le quita las cinco estrellas, son los momentos donde los grises se van e imperan los claro oscuro; porque el personaje de Robert Wagner no es tan potente como el de Tracy o incluso el de Widmark, es el bueno buenísimo, y cuando asume el protagonismo en la postrimería de la película es lo más flojo, ademas, se cargan al personaje de Richard Widmark convirtiéndole en el malo malísimo, cuando le habían dado una profundidad brillante con esa maravillosa charla con Tracy. Y también, hay que decir, que Wagner no está a la altura ni de Widmark, ni de Jurado y mucho menos de Tracy; de hecho, el día anterior vi la Verdadera historia de Jesse James de Nicholas Ray, donde Jeffrey Hunter se lo come con patatas, ademas, viendo el Último hurra de John Ford está más claro que esta película se habría ganado más puntuación con Hunter.
Visualmente es notable, con momentos épicos y de acción brutales, o esa última cabalgada. Tiene mucho de la poesía de John Ford. El retorno a casa del inicio es muy Ford.
Pero si hay un motivo para ver esta película, recordarla y tener ganas de volver a verla, es Spencer Tracy. Porque tiene un personaje maravilloso y él está brutalerrimo; se come la pantalla, se come a Wagner y a Widmark, es una presencia arrolladora. Yo le habría nominado al Oscar por esta película. Se hecha mucho de menos en el cine gente como Tracy
Lanza rota es un western que coge argumentos shakspirianos y bíblicos para hablarnos de un hombre que defiende el honor de su hijo pequeño mestizo frente a una sociedad con prejuicios, por decirlo suavemente.
La película empieza presentándonos al personaje de Robert Wagner que acaba de salir de la cárcel, se reúne con sus hermanos por parte de padre quienes le ofrecen un territorio en Oregón a cambio de que no regrese nunca a la ciudad natal; pero él rehusa de muy mala gana, y según avanza la película entendemos porque,
Lo primero que hay que dejar claro, el protagonista es Spencer Tracy, muy acertadamente.
El personaje de Spencer Tracy, un hombre de negocios con un rancho muy próspero que dirigía con sus hijos. Y que no tiene miramientos en desterrar, casi como un patriarca bíblico y tiene mucho de eso la verdad, a dos de sus hijos cuando los pilla traficando con ganado a sus espaldas, que le da un bofetón a uno cuando le levanta el tono. Pero también es un hombre justo, pues sus hijos habían cogido a dos indios para cargarles el muerto si su padre les pillaba y él lo sabe, y se lo dice: a estos déjalos, no han hecho nada malo, han sido mis hijos. Para que tengan un referente piensen en Viserys de Casa Dragón, solo que a este con que le toques un poco las narices ya aparece su carácter tempestuoso, pero es un hombre noble y justo. Pero la relación con sus hijos es complicada, pues no les deja mucha actuación en el negocio, y es frío, seco y distante con ellos, salvo con el pequeño. La referencia a Shakespeare es muy evidente y funciona muy bien, funciona porque el personaje de Spencer Tracy es maravilloso y el actor es maravilloso, funciona porque los personajes están muy bien definidos.
Con el personaje de Katy Jurado, su esposa, que le tiene un respeto y un amor conmovedor.
Si es cierto que tiene sus momentos de ética o razón cuestionable, como la forma en la que soluciona lo del cobre Del Río, pero para mí es algo bueno, porque así ofrecen un personaje más gris. Y de hecho, lo peor que tiene la película, lo que le quita las cinco estrellas, son los momentos donde los grises se van e imperan los claro oscuro; porque el personaje de Robert Wagner no es tan potente como el de Tracy o incluso el de Widmark, es el bueno buenísimo, y cuando asume el protagonismo en la postrimería de la película es lo más flojo, ademas, se cargan al personaje de Richard Widmark convirtiéndole en el malo malísimo, cuando le habían dado una profundidad brillante con esa maravillosa charla con Tracy. Y también, hay que decir, que Wagner no está a la altura ni de Widmark, ni de Jurado y mucho menos de Tracy; de hecho, el día anterior vi la Verdadera historia de Jesse James de Nicholas Ray, donde Jeffrey Hunter se lo come con patatas, ademas, viendo el Último hurra de John Ford está más claro que esta película se habría ganado más puntuación con Hunter.
Visualmente es notable, con momentos épicos y de acción brutales, o esa última cabalgada. Tiene mucho de la poesía de John Ford. El retorno a casa del inicio es muy Ford.
Pero si hay un motivo para ver esta película, recordarla y tener ganas de volver a verla, es Spencer Tracy. Porque tiene un personaje maravilloso y él está brutalerrimo; se come la pantalla, se come a Wagner y a Widmark, es una presencia arrolladora. Yo le habría nominado al Oscar por esta película. Se hecha mucho de menos en el cine gente como Tracy