Nos encontramos ante la típica película que toma como referencia una clásica en la que los perros hablan y viven aventuras, pero añade un toque irreverente, repleto de groserías y chistes escatológicos de manera constante. Algo que uno esperaría de Seth Rogen, pero en esta ocasión, su presencia brilla por su ausencia.

Es verdad que tiene momentos divertidos, razón por la cual no la he calificado negativamente, pero el exceso de chistes vulgares y obscenos se torna excesivo y resulta bastante repetitivo a medida que avanza la trama, hasta llegar al punto en que deseas que termine.

En conclusión, si estás aburrido, puede sacarte del apuro, pero no esperes mucho más de ella.