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España España · Shangri-la
Voto de Trusco:
1
Romance. Drama Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, pasa el cálido y soleado verano de 1983 en la casa de campo de sus padres en el norte de Italia. Se pasa el tiempo holgazaneando, escuchando música, leyendo libros y nadando hasta que un día el nuevo ayudante americano de su padre llega a la gran villa. Oliver (Armie Hammer) es encantador y, como Elio, tiene raíces judías; también es joven, seguro de sí mismo y atractivo. Al ... [+]
17 de noviembre de 2021
27 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es una poderosa arma geopolítica.

Esto no es ningún secreto. EEUU lleva décadas bombardeando el planeta y difundiendo su forma de ver la vida a través de él. Nos han dicho quiénes eran los buenos y quiénes los malos desde principios de siglo XX. Hemos visto mil veces vilipendiados a los alemanes, rusos, iraníes (próximamente prepárense para mil películas contra los chinos) etc etc. Por contraparte, siempre hemos sabido que los buenos son ellos, que los judíos lo han pasado muy mal (de lo que lleva haciendo décadas Israel ni mú, of course) y hasta nos pintaron a los muyahidines que formaron y financiaron y que fueron el germen de Al-qaeda como "guerreros por la paz" en Rambo III (el enemigo era la URSS, claro). El colectivo LGTB nunca les importó mucho, salvando alguna honrosa excepción.

Pero ahora las cosas han cambiado.

Con una clase obrera difusa y alejada de la que surgió tras la revolución industrial y que perduró hasta hace no tanto, los grupos de poder que se apoyan en determinados partidos políticos han decidido ahora que la piedra angular de su base social van a ser las minorías. Sean religiosas, étnicas, orientación sexual, mujeres, raciales... Todo vale para tocar poder.

Esta película condensa en buena medida la propaganda más infame de estos grupos de poder, que se sirven de la plataforma suprema especializada en contenido basura: Netflix. Una plataforma que, por increíble que nos parezca a muchos, es pagada religiosamente por millones de hogares, deseosos de consumir lo que sea que les echen.

La película blanquea la historia de un tío de casi cuarenta palos que se tira a un menor de edad. Todo dentro de un ambiente burgués y de una pedante pseudo intelectualidad. En la peli se habla francés, inglés e italiano indistintamente (hasta hay un fragmento en alemán) cuyo único objetivo es hacerla aún más comercializable (español no, que somos pobres). Respecto al tema religioso te meten con un calzador tamaño XXL el tema de que el señoro y sus hospedadores sean judíos. Te sacan la estrella de David veinte mil veces y hasta se lanza el mensaje de que hay que llevarla con orgullo.

En definitiva, la película es propaganda ideológica de lo más deleznable. Si alguien quiere ver películas comprometidas de verdad, y no aquellas que obedezcan a dictámenes políticos que se busque otra, que muchas hay. Películas que dieron voz a los sin voz y que contaron historias inauditas.

Call me by your name es una falta de respeto total y absoluta. Es una instrumentalización de los oprimidos en pro del poder.

La náusea de Sartre es un tímido flato al lado de lo que he sentido al ver este producto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Trusco
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