Antes de nada, quiero advertir que este filme sólo es apto para incondicionales de la saga "Crepúsculo". No tiene mucho sentido que la veas si no te gustó, o al menos encontraste pasable, la primera entrega. Está claro que este producto va dirigido a un sector de público muy joven, más que nada a chicas adolescentes, y sobre todo esta secuela (la primera todavía tenía posibilidades de que abarcara una gama más amplia de espectadores). Personalmente, cuando vi "Crepúsculo" no me pareció gran cosa, pero al menos poseyó un acertado cóctel de misterio, romance y aventura que logró funcionar durante la mayor parte del metraje. En parte debido a su guión basado en una historia de amor prohibido, en ese ideal de una visión romántica del amor que tenemos en la juventud. Y también a que su pareja protagonista, Robert Pattinson y Kristen Stewart, transmitían una buena química y supieron mantener a flote el producto. "La saga Crepúsculo: Luna nueva" ha mejorado bastante a nivel técnico con respecto a su antecesora (efectos especiales, decorados, vestuario, trabajo de maquillaje y fotografía), pero ha perdido la capacidad de sorpresa por la trama y los personajes, su pulso narrativo es más irregular, y lo peor, y más importante, es que su argumento es más pobre. Las más de dos horas de metraje se te hacen muy largas, y qué decir de ese desenlace propio de una telenovela barata de sobremesa... ¡puff!. Desde luego, a mí me ha decepcionado esta nueva entrega. Se han equivocado en mantener alejados durante tanto tiempo al vampiro y a la chica humana, es que básicamente su relación fue lo que gustó de "Crepúsculo", y ahora pues no es lo mismo, no tiene ese carácter protagónico en la historia que se nos cuenta. Sobre los actores seré breve: Robert Pattinson pierde muchísimo peso y minutos de metraje en la película, hasta el punto de que diría que es casi un personaje secundario (como mínimo su papel es el de menos presencia en el trío protagonista). Kristen Stewart es en realidad la protagonista absoluta del filme, la trama gira en torno suya y en sus problemas de amor y desamor. Y por último, Taylor Lautner adquiere un protagonismo que no tenía ni por asomo en la primera película. Su personaje es el peor de los tres, ya que se pasa la película entera sin camiseta enseñando los marcados abdominales y pectorales que posee. Esto hará las delicias de las quinceañeras con las hormonas revueltas, pero la pregunta es obvia: ¿era realmente necesario?. Y poco más voy a añadir, salvo que esta saga ha tomado un descarado tinte de telenovela fantástica para adolescentes que no es de mi agrado. Evidentemente no veré la tercera entrega.