Soy aficionado al género de ciencia ficción, en especial por culpa de la saga Star Wars, pero mi preferencia varió con la franquicia ya en manos de Disney y el episodio VII de JJ Abrams, que consiguió lo imposible al hacer buena la segunda trilogía, así que de Rogue One no me fiaba ni un pelo por mucho que hubiera cambiado de director y por muchas buenas críticas que tuviera. En cualquier caso fui a verla y no me ha disgustado.

Rogue One se sitúa entre el episodio III y el episodio IV, muy cercano en el tiempo al de la trilogía original, con personajes nuevos distintos a los grandes protagonistas de la saga, aunque por momentos aparecen algunas caras conocidas como Darth Vader, y otros actores digitalizados, que por cierto cantan mucho, estos actores reales hechos por ordenador siguen sin parecer creíbles. Darth Vader da igual porque el actor está detrás de una máscara, pero es que este Darth Vader también parece otro, se mueve y gesticula como un adolescente muy mal actor, muy alejado del carisma del original. Hasta aquí lo peor de la cinta, junto que en el guión la historia de los protagonistas no se hayan trabajado lo suficiente. El resto resulta una historia clásica, con un decente comienzo y desarrollo de la trama, y con un final más espectacular. Sin inventar nada nuevo, pero al menos está muy alejado del engendro de Abrams: viviendo del pasado, con los encuentros casuales absurdos, un malo niñato, y finalizando lleno de incógnitas, todo en ese tono general descarado a episodio de serie de televisión, que de siempre se ha tomado como un género menor.

Rogue One sí parece más una película clásica, el mayor problema puede ser que sus personajes son de usar y tirar. En cualquier caso es una película recomendable.