Cuando vas a ver The Expendables, lo primero que tienes que tener en cuenta es saber lo que entras a ver... No esperes ver profundas reflexiones sobre el ser humano, no pretendas encontrarte con hermosas relaciones de románticas de ensueño, no quieras asistir a una importante lección de ética y moral... No, nada de eso. Vas a ver a Stallone y amigos haciendo cosas de tipos duros: tipos duros teniendo conversaciones de machos; tipos duros luchando como auténticos hombres; muertes que sólo un auténtico tipo duro podría causar; etc.

El cine de acción de los 80-90 ha vuelto. The Expendables es un increíble homenaje a esos años de acción viril en las que sólo hacían falta unos cuantos tipos musculados que repartían hostias más que hablaban. Aquel cine en el que el argumento no importaba, la música era algo secundario, las actuaciones eran lo de menos... tú sólo querías ver a tu machote favorito matando malos, pegando tiros y repartiendo golpes por doquier.

Lo dicho, puede que la película no destaque por su guión, música o interpretaciones, pero ¿demonios, a quién le importa? Stallone, Rourke, Jet Li, Staham, Dolph Lundgren... ¿quién necesita más? Si eres de los que en su día disfrutaba con el buen cine de acción palomitero, no puedes perdértela.