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Voto de The Psycho:
5

Voto de The Psycho:
5
7.2
168,281
Ciencia ficción. Aventuras. Bélico. Acción. Fantástico. Romance
Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington), un ex-marine condenado a vivir en una silla de ruedas, sigue siendo, a pesar de ello, un auténtico guerrero. Precisamente por ello ha sido designado para ir a Pandora, donde algunas empresas están extrayendo un mineral extraño que podría resolver la crisis energética de la Tierra. Para contrarrestar la toxicidad de la atmósfera de Pandora, se ha creado el programa Avatar, gracias al cual los seres ... [+]
7 de julio de 2023
7 de julio de 2023
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Como le ocurre a Titanic, la dirige James Cameron. Como le ocurre a Titanic, al dirigirla James Cameron, técnicamente es impecable. Como le ocurre a Titanic, arrasó en taquilla resultando un exitazo de crítica y público. Y, como le ocurre a Titanic, creo que está tremendamente sobrevalorada.
La película luce unos efectos especiales con CGI absolutamente impresionantes, y unas 3D que ahora sí que son algo que puede llegar a merecer la pena, y no como en aquella horrorosa Freddy vs Jason (con unas gafas hechas de celofán azul y rojo, que lo único bueno que podían conseguir es que te quedaras ciego a media película, y así no habrías tenido que aguantarla),
Pero, con todo ello, Cameron, a quien muchos admiramos (y seguiremos admirando) como el genio del cine de acción que hizo maravillas como Aliens: el regreso, Terminator (1 y 2, las demás no merecen la pena), o Mentiras arriesgadas, esta vez dio gato por liebre a la mayoría de espectadores y críticos, presentándoles en un muy bonito envoltorio una película que sólo es eso, un envoltorio.
El guión es una historia simplona, nada novedosa, y de poco interés, que además es (intercambiando el oeste americano por una luna llamada Pandora, nativos americanos por extraterrestres azules, y un soldado yankee por un marine) un remake, sin más, del guión de Bailando con lobos. Con la diferencia de que el guión de Michael Blake para la película de Kevin Costner consigue despertar bastante más emoción e interés, y que Kevin Costner, sin ser Alec Guinness, es bastante mejor actor que Sam Worthington. Y el resto del elenco de Avatar tampoco destaca. Ni siquiera Sigourney Weaver. Tal vez yo rescataría sólo a Giovanni Ribisi, actor secundario, pero que siempre me resulta solvente.
Así que, en resumen, Avatar entretendrá a fanáticos de los efectos especiales y la tecnología de las películas, y a aquéllos que se dejen cegar por el espectáculo de colores y no busquen además un buen guión o unas interpretaciones que merezcan la pena (apasionados de los Fast and Furious y gente de similar perfil).
Y, para más pecado, la aparición en los cines de esta película con el título de "Avatar" pisó el copyright cinematográfico de una buenísima serie de animación, "Avatar: la leyenda de Aang" (Avatar: The last Airbender), causando que años después, al hacer la adaptación al cine de dicha serie, el bueno de Shyamalan no pudiera darle ese título, y tuviera que conformarse con llamarla a secas "The last Airbender". Cosas que pasan.
La película luce unos efectos especiales con CGI absolutamente impresionantes, y unas 3D que ahora sí que son algo que puede llegar a merecer la pena, y no como en aquella horrorosa Freddy vs Jason (con unas gafas hechas de celofán azul y rojo, que lo único bueno que podían conseguir es que te quedaras ciego a media película, y así no habrías tenido que aguantarla),
Pero, con todo ello, Cameron, a quien muchos admiramos (y seguiremos admirando) como el genio del cine de acción que hizo maravillas como Aliens: el regreso, Terminator (1 y 2, las demás no merecen la pena), o Mentiras arriesgadas, esta vez dio gato por liebre a la mayoría de espectadores y críticos, presentándoles en un muy bonito envoltorio una película que sólo es eso, un envoltorio.
El guión es una historia simplona, nada novedosa, y de poco interés, que además es (intercambiando el oeste americano por una luna llamada Pandora, nativos americanos por extraterrestres azules, y un soldado yankee por un marine) un remake, sin más, del guión de Bailando con lobos. Con la diferencia de que el guión de Michael Blake para la película de Kevin Costner consigue despertar bastante más emoción e interés, y que Kevin Costner, sin ser Alec Guinness, es bastante mejor actor que Sam Worthington. Y el resto del elenco de Avatar tampoco destaca. Ni siquiera Sigourney Weaver. Tal vez yo rescataría sólo a Giovanni Ribisi, actor secundario, pero que siempre me resulta solvente.
Así que, en resumen, Avatar entretendrá a fanáticos de los efectos especiales y la tecnología de las películas, y a aquéllos que se dejen cegar por el espectáculo de colores y no busquen además un buen guión o unas interpretaciones que merezcan la pena (apasionados de los Fast and Furious y gente de similar perfil).
Y, para más pecado, la aparición en los cines de esta película con el título de "Avatar" pisó el copyright cinematográfico de una buenísima serie de animación, "Avatar: la leyenda de Aang" (Avatar: The last Airbender), causando que años después, al hacer la adaptación al cine de dicha serie, el bueno de Shyamalan no pudiera darle ese título, y tuviera que conformarse con llamarla a secas "The last Airbender". Cosas que pasan.