Los que fueron al cine pensando que las carcajadas iban a ser el pan nuestro de esa tarde, se encontraron que no era lo único que traía consigo, bajo el brazo, este recién nacido de la comedia.

Y es que la película no es un montón de sketches, sin gracia y cutres, es una historia bien enalbada, usando como hilo conductor la comedia, para mostrarnos una tierna historia de amistad juvenil entre dos amigos y sus prominentes futuros, en una sociedad con un arquetipo moralmente preestablecido.

Si hablamos del guión, se puede ver, que los momentos cómicos, son eso, cómicos, sin forzarlos, manteniendo siempre la sinceridad y la espontaneidad que se pide a toda película del género. Luego están los momentos emotivos, son esos que se han desarrollado durante el film, y que todos podemos verlos y sentirlos, y que hacen que seamos parte de ellos al mismo tiempo que hacen que nuestra memoria reviva momentos de antaño olvidados en nuestra, oscura y lúgubre, memoria, y es que los hechos que nos presentan, a casi todos, en cierto modo, nos han ocurrido.

Otro tema a tratar es la actuación, se nota el buen rollo y la proximidad que había entre los dos jóvenes actores principales, algo que muchas veces suele ayudar y al final resalta perfectamente en la pantalla, y es que a veces no hay que saber actuar, hay que ser un profesional y buen compañero, y eso hace, que ayude a uno mismo y a la película, haciendo el trabajo de dirección mucho más fácil.

Bueno, en resumen, no dejéis de verla, y no esperéis la carcajada del siglo, verla como lo que es, una buena película, con más historia de lo que hay a simple vista, que trabaja la carcajada y goza la memoria.