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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
5
Terror. Fantástico En Nueva York, una epidemia provocada por cucarachas provoca una terrible enfermedad que afecta a los niños. Cuando una entomóloga consigue crear un insecto modificado genéticamente, con el fin de que sea el depredador de las cucarachas, la plaga desaparece. Sin embargo, tres años después... (FILMAFFINITY)
14 de septiembre de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del Toro, y es lo que más jode, comete el más grave de los pecados posibles en una mala película (que lo es): el de empezar bien. He aquí que lo primero con lo que se topa el espectador es con un soberbio prólogo, lleno de intriga y que consigue ponerle los dientes largos al más escéptico, seguido de unos de los mejores títulos de crédito jamás visto: en definitiva, todo parece indicar que estamos ante todo un peliculón… Pero no. Ese magnífico inicio va degenerando rápidamente para dar lugar a un nudo deshilachado e incoherente que, finalmente, y tras muchos minutos de creciente hastío, desemboca en un final completamente ridículo, digno de la más casposa serie B.

El más grave problema de la película es su trama, que es poco menos que inexistente. Todo apesta a improvisación, y las situaciones y personajes parecen estar yuxtapuestos sin más sentido que le de rellenar hora y media de metraje. Es bastante evidente que, más allá del puñado de interesantes ideas iniciales (de acuerdo), del Toro fue incapaz de construir algo que les diera forma y de dotarlo del ritmo narrativo adecuado. Dicho esto, y como se comprenderá, la comparación que la crítica americana hizo en su momento con Alien es poco menos que insultante (Es cachondeo, ¿no?) Y es que, sintiendo mucho, ya hubiera querido Del Toro aproximarse al absoluto dominio de la tensión y del sentido de la narración de aquel Ridley Scott en estado de gracia. Mimic, y con eso queda bien claro su fracaso, es una película de Terror que no da miedo: si acaso, en un par de momentos muy concretos, resulta ligeramente inquietante, y de ahí no pasa. Y bastante asco, eso sí…

Sin embargo, dicho todo esto, hay que decir que un puñado de cosas la dignifican, salvándola de la catástrofe. En primer lugar, la estética. No descubro nada si digo que Guillermo del Toro posee un fabuloso y personalísimo sentido de lo visual, y esta película no es excepción: algunos planos nos revelan ya, en su segunda película, a un fabuloso cineasta. También se le puede agradecer la originalidad y la valentía: en pocas películas, y menos de Hollywood, verás algo tan políticamente incorrecto como el asesinato de un niño (ni siquiera en manos de una cucaracha con esteroides). Por último, hay que destacar el reparto, que hace lo que puede con el ridículo guión que les toca en suerte: jamás nadie le ha dado vida con tanta dignidad a un personaje tan vacuo y deshilachado como Mira Sorvino.

En definitiva: decepcionante, estereotipada y llena de clichés. Solo algunos toques de talento de Del Toro y sus cinco primeros minutos la salvan de la quema.
Jinete nocturno
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